
(En el 450 aniversario de su muerte)
En el elenco de vascos notables, que han destacado por su actividad y por las funciones desempeñadas al servicio de la humanidad, sobresale la imponente figura de un hijo de la villa de Durango, el franciscano Fray Juan de Zumárraga, primer obispo de México, y de quien hoy se cumple el 450 aniversario de la muerte.
Fray Juan de Zumárraga, afortunadamente, ha contado de bastante reconocimiento entre sus compatriotas, aunque en ningún caso del que podría corresponderle por sus grandes y singulares merecimientos. Ya en el siglo pasado, Labayru en Bizkaia y García Icazbalceta en México, pusieron de manifiesto la trayectoria humana y la importancia histórica del personaje. Vinculado a los linajes más ilustres del Duranguesado, era de la casa solariega de los Zumárraga; su madre, originaria de la también duranguesa casa-torre de Láriz, estuvo casada en primeras nupcias con el propietario de Muncharaz. Fray Juan de Zumárraga nunca olvidó sus orígenes familiares e, incluso, atendió económicamente, siendo ya obispo, en sus últimos años, desde las, entonces, lejanas tierras de México. Sin embargo, su espíritu benefactor no sólo miraba por sus familiares, a los que tuvo gran afecto, sino también por su Orden religiosa, ya que deseaba que se creara una hospedería de franciscanos en Durango.