«¿LIBERTAD QUIERES ROMA?. La libertad no se pide. La libertad se toma». Ésta podía ser una de las respuestas que podría darse a Aznar ante las cuatro ruedas de prensa de esta semana en las que el tema vasco ha sido su asunto recurrente con preguntas, emplazamientos, críticas, ridiculizaciones y desafíos.
Decir que en ninguna Constitución aparece el derecho de Autodeterminación y quedarse tan satisfecho, como Cantinflas, tras una cantinflada, es una solemne majadería. ¿Y Canadá?. ¿Y Checoslovaquia?. ¿Y Estonia, Letonia y Lituania?. ¿Y Alemania?. ¿Dónde tenían estos países reconocido el derecho de Autodeterminación?.
En ningún sitio, pues éste es un derecho inherente a todo pueblo y, si no, se toma.
De ahí que lo que ha hecho Aznar cerrando cualquier posibilidad a la acción política civilizada y democrática no sea más que una apelación a la fuerza bruta como dirimidora de conflictos.
Decir que el País Vasco nunca ha tenido semejante nivel de autogobierno, es mentir. Lo que ocurre es que este buen señor no tiene ni idea de historia. ¿Le suena a Aznar la ley abolitoria de los Fueros de 1839 y 1876?. ¿Qué eran los Fueros?. ¿No surgió el nacionalismo como respuesta a un expolio?.
Pero ahí se ve su estrategia. Confrontación total con el PNV y con el Lehendakari mirando al voto español, que, aunque diga Felipe González que cada vez es menos nacionalista, no es verdad. Cada vez se les ve más a todos el pelo de la dehesa y cada vez más con su intransigencia y hostilidad, están logrando convencer a muchos vascos tibios que con este planteamiento español sectario y excluyente no hay nada que hacer.
Le preguntaba Aznar al Lehendakari si quiere o no la Independencia.
La respuesta de todo nacionalista es: Sí.
Sobre todo de esta España excluyente y vengativa como acabamos de ver en la elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial.
Ahí está retratada la España que te hiela el corazón, como decía Machado.
Ahí está resumida la manoseada palabrería que sobre la Constitución española utilizan a todas horas, mientras se reparten, como en un patio de monipodio, un poder del estado que, en teoría, es independiente.
LA APISONADORA EXCLUYENTE CONTRA
EL PNV. Adrián Celaya, Wenceslao Díaz Argal y Emilio Olabarria han sido los vocales propuestos por el Grupo Vasco en Madrid en estos últimos quince años. Ante el nuevo Consejo no teníamos muchas esperanzas de revalidar un candidato en este importante Consejo habida cuenta que el PP, con su mayoría absoluta, nos había excluido de la Mesa del Congreso, del Consejo de RTVE, del Tribunal de Cuentas, del Tribunal Constitucional, del Consejo de Universidades. De todo. Mientras en Euzkadi el PNV ahormaba consejos plurales, el PP en Madrid nos machacaba. Pero se atisbó una posibilidad y presentamos el nombre de nuestra diputada Margarita Uria, reconocida en Madrid por su trabajo y como jurista de prestigio. Existía el precedente de Emilio Olabarria, quien con su trabajo había demostrado la importancia de la presencia nacionalista en este órgano de gobierno de los jueces. Euskera, traspasos, medios y la defensa de los intereses vascos en general resumen un brillante trabajo de cinco años.
En principio fue admitida pero en el último segundo, y quizás como excusa, se nos argumentó el haber presentado una candidata con demasiado perfil político. Decisión de Aznar. La Constitución española debería dejar de describirse como monarquía parlamentaria, para llamarse «monarquía sospechosamente parlamentaria», teniendo en cuenta que una trayectoria es invalidada por tener perfil político. Como en el franquismo. Ya lo decía el dictador: «Haga usted como yo, no se meta en política». La política como concepto sucio y no como servicio. De ahí que no admitiéramos el chantaje antidemocrático y mantuvimos nuestra candidata. Pero los demás ¿qué eran?. ¿Espíritus puros?. Pues no. Biógrafos de Fraga, un antiguo gobernador franquista, el responsable de los servicios jurídicos de Convergencia, ex ministros….. Normal. Los de la Asociación Profesional de la Magistratura… Los de la "Francisco de Vitoria" y "Jueces para la Democracia", del PSOE.
La estricta vara de medir sólo se aplicó al PNV. Aznar, vengativo y sectario, se saca la espina de su derrota electoral, machacando al adversario, calentando el puchero antes de la entrevista con Ibarretxe como cuando le dijo que le iba a decir todo y por su orden. ¿Quieren ustedes la independencia?. De usted sí, Sr. Aznar.
OS ESPERAMOS EN LA CARRERA DE SAN JERONIMO. La casta y pudorosa "Doña España Profunda" está de los nervios. Dicen que los vascos quieren autodeterminarse y de eso, ni hablar. El artículo 8 de la Constitución lo impide con claridad, aunque la novedad ha sido el que un internacionalista del nuevo socialismo como Rodríguez Zapatero apueste por el discurso más cerrado de la derecha española: «Siempre defenderé la unidad de España» decía en «La Razón» el jueves con rotundidad. El contrapunto estriba en que nosotros «siempre defenderemos la unidad de Euzkadi». Y ése es el conflicto. No otro. Por cierto. Habrá tenido que destruir todas las fotografías en las que se le ve a Rubial, Benegas y Redondo con la pancarta de la Autodeterminación. Lo malo es el activismo de ETA. Mata a un policía municipal en Madrid, mata a un concejal en Leiza el sábado de la Investidura de Ibarretxe, mata en Leaburu a un ertzaina, y es en ese momento en el que tanto el PP como el PSOE sacan del armario su argumento de oro: mientras exista ETA, nada de reivindicaciones que coincidan con los objetivos de ETA. Pero, ¿cuáles son los objetivos de ETA?.
Está claro que hacer el mayor daño posible a las personas en particular y al pueblo vasco en general. No nos engañemos. ¿Y Batasuna?. Nada que hacer con ese mundo que sólo existe en relación de una violencia terrorista ciega. Pasará mucho, pero que mucho tiempo, antes que una brizna de sol entre en el cerebro de gentes que a lo sumo que llegan es a lamentar un asesinato, no a condenarlo. La ley de la selva en estado puro.
Pero este discurso inhumano le viene de cine al Madrid político. Nunca ha estado más eufórico Aznar, tras la derrota del 13 de mayo, que el pasado lunes tras el Consejo Político del PP y en cada rueda de prensa que ha ido dando esta semana. No quiero decir que se alegre de las acciones de ETA, pero sabe que políticamente abonan su discurso. Y eso es lo que ha logrado ETA el pasado fin de semana. Aznar vuelve a ser el Aznar del discurso previo a las elecciones. Sus intelectuales de Cámara están de nuevo en combate, los ha reunido y animado. Mayor Oreja ha recuperado la sonrisa y el ataque en los medios, gracias al espacio que abren las terribles escenas de familias deshechas, preocupación con la seguridad, plenos en los ayuntamientos propios de Kosovo, y discurso enfrentado entre un nacionalismo vasco democrático que nada tiene que ver con eso y un nacionalismo español, que no acepta le digan que es un nacionalismo español y por tanto un antinacionalismo vasco, todo eso nos vuelve al discurso de hace un año.
¿Que más querían Aznar y su cocina de veneno que este escenario para enturbiar una serena y prometedora discusión política de fondo?
Una vez más, gracias a ETA y a la sempiterna cobardía de Batasuna y sus milongas, la pelota mediática, que no real, vuelve a estar en los pies del Real Madrid. Y eso se lo debemos a ese submundo infantil por una parte y asesino por la otra que además, en su paranoia, dicen que quieren salvarnos. Lo que hay que hacer es salvarse de ellos. Y tener las ideas claras.
LOS AZURMENDIS. El Lehendakari Ibarretxe tuvo el gesto de acudir a un acto de entrega de premios a Mikel Azurmendi y Edurne Uriarte en Gasteiz tras ser elegido Lehendakari. Fue su primer acto en esta legislatura.
Puedo entender la dureza de la intervención de Edurne Uriarte en relación a la barbaridad que supone vivir amenazada. Pero no entiendo la generalización de su discurso en una profesional de la docencia. Pero lo respeto.
Lo que ya no entiendo nada es que Mikel Azurmendi dijera en el acto del Kursaal que iba a dejar de hablar en euskera porque era una lengua en la que se mataba y utilizara nuestra hermosa lengua en acto tan señalado, aunque en castellano le pidió al Lehendakari que le dijera a "los Anasagastis", que tuvieran una mayor sensibilidad con las víctimas y que no estaban financiados irregularmente.
Una argumentación que tenía muchos matices, sacada de contexto, me ha valido dos querellas, una de la AVT y otra del "Basta Ya" en clara demostración de lo que denuncié: la beligerancia de un discurso agresivo contra el nacionalismo democrático. Y eso fue lo que dije cuando hablé de desactivar agresividades, no plataformas, aunque las de nuevo cuño sean tan bien tratadas en Madrid y gocen de amplia cobertura. Esa alusión fue la primera noticia del Telediario de esa noche el mismo día en el que Ibarretxe había sido reelegido Lehendakari. Sin embargo fue más importante el acto privado de Gasteiz que la investidura de un presidente al que, esa misma televisión, por espacio de un año, le había pedido que convocara elecciones.
Y esto también es violencia. De tipo incruento, pero violencia antidemocrática, a fin de cuentas.
Por lo que se ve no se va a desactivar la agresividad y eso es lo único que yo pedí.
ERANDIO. Preguntaba Aznar cómo se puede gobernar con HB y condenar la violencia de ETA. Había que replicarle que el PNV no gobierna con HB, pero eso no saldría en ningún sitio, pero sobre todo recordarle lo que denuncié la pasada semana.
En el Ayuntamiento de Erandio el PP vota, en asuntos municipales, con HB y el PSE. Y lo denunciamos con datos concretos.
Aunque digan que lo de ellos es coincidencia y lo nuestro pacto, además de no ser verdad, tratan de camuflarlo con demagogias varias como que en Erandio el PNV no está cerca de las víctimas, desviando la atención de lo principal.
Nosotros seguiremos denunciando esta manipulación sectaria que además es fácilmente comprobable.
ACTO DE GERNIKA. El sábado, conmocionados por el atentado de Leiza y en vísperas del de Leaburu, Juan José Ibarretxe juró su cargo como Lehendakari.
Este precioso acto, que hubiera omitido Mayor Oreja, no consta en reglamento alguno.
José Antonio Aguirre fue elegido por los representantes de los ayuntamientos el 7 de octubre de 1936. Tenia el frente de Elgueta a cuatro pasos, pero el PNV pidió se aprobara en Cortes el primer Estatuto de autonomía que fue votado el 1 de octubre. Lo institucional por encima de todo, a pesar de la guerra. Antes de ir a Gernika juró en el camerino de la Basílica de Begoña fidelidad a Euzkadi y al EBB. Era la época. En Gernika, tras la elección, leyó un texto magnífico: «Humillado ante Dios». Allí presentó su gobierno de concentración: cuatro del PNV, tres socialistas, dos republicanos, un comunista y uno de ANV. La derecha estaba haciéndonos la guerra.
Santiago Aznar, uno de los consejeros socialistas, siempre recordaba aquel acto en Gernika por su solemnidad y su belleza plástica.
En 1977, en el campo de fútbol de Gernika, tuvimos un mitin previo a las elecciones del 15 de junio. A nuestros invitados de otras nacionalidades no les dejaron hablar y antes de que cerrara Juan Ajuriaguerra a mí se me ocurrió leer aquel juramento como compendio de un compromiso. Al terminar, Juan Ajuriaguerra me dijo picado que eso lo debería haber leído él, pues él lo había redactado y que algún día ese debería ser el juramento de todos los presidentes. Murió en 1978.
Elegido Garaikoetxea en Gernika en marzo de 1980, Leizaola había vuelto del exilio en diciembre de 1979, se le propuso a Garaikoetxea repetir la fórmula cosa que hizo. Cuatro años después se le añadió lo de "ante los representantes de la soberanía popular". Tras él, tanto Ardanza como Ibarretxe la han utilizado, dando a la ceremonia un altísimo componente simbólico y un gran contendido a una ceremonia juradera que tiene pocos elementos.
Al salir de la Casa de Juntas llovía. Coincidí con el ministro de Administraciones Públicas, Jesús Posada, quien me comentó que la ceremonia había sido preciosa por lo medida, por la jura, por la inexistencia de largos parlamentos, por el entorno, la guardia y la liturgia.
¿Qué harán en su día el PP o el PSE con este acto?. Seguramente eliminarlo por su alta densidad, casi de estado soberano.
Por eso hay que mantenerlo, mucho más cuando esta semana se han cumplido 65 años de la sublevación militar de Franco y muchos quieren jubilar el recuerdo de lo que fue el 18 de julio.
Más que nunca hay que recordar al Lehendakari Aguirre y decirle a Aznar que aquí hubo un gobierno que actuó casi de forma independiente. Eso en respuesta a sus continuas observaciones incultas de la historia de Euzkadi.
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