No fue fácil para el nacionalismo humanista digerir lo que ocurrió un infausto día del año pasado en Chile cuando el PP, en su Cruzada por eliminar al PNV de cualquier ámbito internacional, logró que se aprobaran los estatutos internos de tal forma que para pertenecer a la Internacional Demócrata Cristiana se tenía que formar parte simultáneamente del Partido Popular Europeo, donde campan a sus anchas Berlusconi, Galeote, Martens, Margallo y, hasta hace poco, Arias Cañete.
Aquello fue una puñalada trapera hecha sin el menor pudor a un partido fundador de los "Nuevos Equipos Internacionales" en 1947 con Agirre y Landaburu en el comité de Honor y en el Ejecutivo, respectivamente.
Nuestros males comenzaron cuando Aznar, siendo liberal, necesitaba un traje para andar por el mundo y en lugar de ir a la Internacional Liberal, porque para eso se declara liberal, le gustó el traje democristiano. Nosotros nos opusimos hasta que el partido Popular se definiera como tal. Aquello no lo olvidó.
Gracias a Marcelino Oreja y al pastelón de Wilfried Martens logró su objetivo que además coincidía con una crisis abierta en el seno de esta familia ideológica que había entrado en crisis total en Italia y Alemania. Se quedaba pues Aznar de rey del mambo de esta plataforma y, en ese contexto, molestaba un pepito grillo como el PNV que le recordaba a todas horas sus orígenes.
Al final logró su cometido que fue toda una brutalidad. Nada que ver con el cristianismo.
El pasado lunes 16 de julio de 2001 en su sede de la Calle Génova 13, ante la Junta Directiva del PP, después de agredir al PNV y al Lehendakari, Aznar se proclamó como el único propietario del centro político. En su partido anunciaron que será proclamado presidente de la Internacional de Centro Reformista el próximo 21 de noviembre en la convención que la Internacional Demócrata Cristiana celebrará en la capital de México. Un traje a la medida. El PPespañol ha impuesto a la antigua IDCéste nombre para presentarse así ante la presidencia española de la Unión Europeaen el primer semestre de 2002 como presidente también de la ICR. Martensle ha hecho el trabajo sucio.«Nosotros estamos donde tenemos que estar y el centro está donde tiene que estar, en el PP» acaba de decir sin ruborizarse. Lo había dicho en Bulgaria antes de ganar las elecciones el Rey Simeón: «el PP asume el centro político como espacio natural y como el único medio para construir amplias mayorías. Se gobierna desde el centro o se renuncia a gobernar».
Pura palabrería porque dice una cosa y hace la contraria. Aznar es el típico representante de la derecha autoritaria de siempre.
Lógicamente el 21 de noviembre no estaremos en México. No se nos ha perdido nada en ese foro que es una chaqueta a la medida de un dirigente que no sabe nada de lo que fue aquella democracia cristiana como tercera vía entre la derecha causante de la guerra y una izquierda totalitaria. Tampoco sabe nada de los ideólogos de la Democracia Cristiana. Seguramente no le suena el nombre de Jacques Maritain, teórico de este movimiento político. Sin embargo en el caso vasco, no solamente Agirre leyó lo escrito por Maritain, sino le conoció personalmente y logró incorporarlo a la Liga Internacional de Amigos de los Vascos junto al Premio Nobel francés, Francois Mauriac.
También Francois Mauriac perteneció a la Liga Internacional de Amigos de los Vascos, que tanto hizo por nuestro dolorido pueblo en momentos difíciles.
El gran escritor no desdeñaba cualquier oportunidad para alzar su prestigiosa voz en nuestra defensa. Una de las últimas veces que Mauriac se sirvió de su pluma para hacer conocer al lector francés su pensamiento, recordaba en la revista «Le Figaro Literaire» una de sus conversaciones con el Presidente del Gobierno vasco, José Antonio de Agirre y Lekube. Francois Mauriac no aprobaba en dicho artículo la visita hecha a Franco por el General De Gaulle, y esto le llevó a recordar la lucha que los vascos sostuvimos contra Franco y las potencias del Eje. Mauriac tomó partido por el nacionalismo vasco desde el comienzo de la guerra en un mundo sacudido por diversas pasiones totalitarias, y nada ni nadie le hizo jamás cambiar de opinión respecto a la actitud observada por nosotros durante la guerra y después de ella. Al igual que Bernanos, que nos rindió un justo homenaje en «Los grandes cementerios bajo la Luna», Mauriac nunca dudó de la justicia de nuestra causa.
Por ello, a manera de pequeño homenaje, transcribo un párrafo que en nuestra defensa escribió Francois Mauriac.
Dijo Mauriac:
«Pierre Harvé ha creído producirme una situación embarazosa citando el mensaje Pontifical de Navidad de 1944 que contiene una palabra de cortesía para todos los jefes de Estado, ¿incluso Franco?.
Pero aunque el Santo Padre hubiese cubierto de bendiciones al Caudillo, ello no hubiese cambiado mis propios sentimientos ni los de los católicos como Bernanos y Maritain. Hemos sido libres para permanecer durante todo el conflicto de los republicanos españoles y yo de una manera especialísima junto a los vascos, mis siempre queridos vecinos. Su causa era la mía; las calumnias contra ellos lanzadas no me daban ni frío ni calor y cada vez he cerrado con mayor amor y fuerza la mano de mi amigo José Antonio de Aguirre, Presidente de Euzkadi, sin correr el riesgo de ser expulsado de la comunidad de los fieles».
Otro fue Jacques Maritain.
Las preocupaciones de Maritain de los años 1936 a 1939 resultaron proféticas, puesto que la ruptura general de la paz en el mundo llegó al fin. Los medios vascos que habían sido elementos reales para juzgar de la aventura totalitaria de la Alemania nazi y la Italia fascista habían encontrado la clara voz del gran filósofo.
José Antonio de Agirre, el portavoz legítimo de la Euzkadi de entonces, se encontró en París con Jacques Maritain en toda esa época y habló a todos con claridad. Pero en entrevistas sin publicidad alguna. Es seguro que fue a las varias semanas después de la entrada de los franquistas en Bilbao, a finales de junio de 1937, cuando se produjo el primer encuentro de ambos, al retorno de un viaje a Valencia para tratar con el gobierno republicano español y pasó por París.
Meses más tarde, después de fijar el Presidente de Euzkadi su residencia en Barcelona, siguieron otros, en viajes esporádicos que hizo Agirre de nuevo a París, hasta la caída de Catalunya en enero‑febrero de 1939. A partir de entonces los encuentros tenían por cuadro la Liga Internacional de Amigos de los Vascos.Pero donde Maritain y Agirre tuvieron muy importantes entrevistas y reuniones fue en los Estados Unidos, después de la llegada del Lehendakari a dicho país en 1941.
Antes de haber ocurrido el ataque de Pearl Harbour y después de él, se hallaban ambos en la condición de lo que se llaman «personas desplazadas», en situaciones desde luego no comunes, pues uno y otro ocupaban puestos profesionales en Universidades del país, en secciones de Filosofía o de Historia y como europeos y católicos muy llamados a relacionarse, por una parte, con los medios católicos norteamericanos, por otro, como forzados a observar los hechos políticos en juego en el gran drama.
¡Que interés presentaría el poder hacer revivir las conversaciones de la Delegación de Euzkadi en Nueva York entre Maritain y Agirre!. Su tema es lo único que podemos intuir. El destino religioso del mundo, el de Europa, el porvenir de la libertad del hombre, el de cada uno de los pueblos civilizados.
Más de tres años de contactos de gran intimidad fueron los del Presidente del Gobierno de Euzkadi y el filósofo político.
En circunstancias adversas, el encuentro se extendía a otras personas más. Queda el recuerdo de alguna en que figuraron un cierto número de ellas, una de las cuales fue Chagall.
Al cabo, la victoria sancionó la causa común de la libertad, y Maritain y Agirre regresaron a Europa. Aquí, la Liga Internacional de Amigos de los Vascos reanudó, en 1945, sus tareas interrumpidas en 1940, y volvió a ocupar Maritain, embajador de Francia entonces, la Vicepresidencia del «Comité de Secours», que siguió ostentando hasta su fallecimiento en 1973.
Hoy faltan gentes como Maritain y Mauriac. ETA lo pervierte y envilece todo. Sin embargo estoy seguro que desaparecida ETA, surgirán gentes como ellos que no se arrepentirán nunca de dar la mano a un nacionalista vasco humanista.
Nada que ver con la Internacional de Centro Reformista. La Democracia Cristiana tenía ideología y la habían fundado gentes como Maritain y Mauriac. La nueva, la funda José María Aznar. Con eso está dicho todo.
SOBRE PASAPORTES Y CARNETS VASCOS
El primer Gobierno Vasco de nuestra Historia se formó el 7 de Octubre de 1936. Era un gobierno de concentración forzado por la guerra que tuvo que improvisar una administración para trabajar casi como el gobierno de un estado independiente.
Telesforo de Monzón fue el primer Consejero de Gobernación. Así se llamó el Departamento que se instaló en la sociedad «La Bilbaina». Allí llegó un joven, mi aita, al que le encargaron la responsabilidad del Negociado de pasaportes con el nombre de Igarobide. Puesto en marcha, se fue al Gorbeia como Comisario Político por el PNV del Batallón Larrazabal. En 1939 llegó al puerto de La Guaira, junto a otros jóvenes del PNV, con la única acreditación que tenía: el Igarobide. En este pasaporte, que conservamos como oro en paño, están los sellos de Venezuela dándole entrada al país. De allí pasó al pasaporte venezolano. Nunca tuvo una identificación española. Repito, nunca.
Me sirve éste antecedente para describir una postura personal hacia la campaña que han iniciado gentes que se presentaron como Udalbiltza la semana pasada cuando mostraron en Zestoa los primeros documentos que, según ellos, dicen acreditar la nacionalidad vasca. Utilizando el nombre de Udalbiltza argumentan que han habilitado dos formatos diferenciados. El primero es el que oficializa la declaración propiamente dicha, mediante la firma del solicitante y las de los cargos electos de esa falsa Udalbiltza. El segundo, en forma de carnet plastificado y con las pertinentes claves de seguridad, es el documento de bolsillo que los simpatizantes de Batasuna emplearán en la práctica diaria.
Detrás de lo que hacía mi aita en 1936 estaba el Gobierno vasco y su legitimidad. Detrás de ese intento de Zestoa está Batasuna, organización política que ha impedido el funcionamiento de la primera y única Udalbiltza, al incumplir las bases de su creación y tolerar y, por tanto amparar, el crimen. No nos olvidemos de lo ocurrido en Leaburu y en Leitza hace sólo dos semanas.
Para Venezuela, soy venezolano. Para España, soy español. Pero yo sé lo que soy y, sobre todo, lo que siento. Soy vasco y nada más que vasco, y mi representación ante la sociedad no me la van a dar personas que, utilizando el nombre de lo vasco, arrogándose una representatividad que nadie les ha dado, y siendo absolutamente condescendientes (al no condenar la violencia) con ese submundo que tanto daño está haciendo a Euzkadi, a esta gente, no les concedo ni un ápice de autoridad para que me reconozcan a mí nada. Que se queden con su carnet pero sin mis datos (cuidado con facilitar datos) para un carnet que en el fondo no es más que de Batasuna. Ya en su día trataron de hacer la misma operación con Egin.
Esperaremos tiempos mejores y el aval democrático por detrás para hacer realidad lo que un día mi aita y aquella gente de bien pusieron en práctica en 1936. Esa es mi postura personal. Y, sobre todo, que no nos den clases de nacionalismo.
Comentarios