DENOMINACIÓN DE LOS FUTUROS BUQUES DE LA ARMADA
El pasado 19 de enero el Gobierno contestó a este Senador una pregunta parlamentaria sobre el porqué había decidido no ponerle el nombre de «Roger de Lauria» a una fragata sino el de «Almirante Juan de Borbón».
En contestación a tal pregunta y como si la respuesta viniera de un Gobierno monárquico de la derecha española, se nos contestó que tal decisión venía de una larga tradición de asignar nombres de la Familia Real a los buques de la Armada.
Como a este Senador le parece que tal respuesta es digna de ser dada por un Gobierno de encendidos monárquicos hacia quien no hizo absolutamente nada en su vida, ni por España ni por nadie más que por sí mismo, es por lo que solicita del Gobierno le conteste si piensa cambiar esa tradición y poner en el futuro a los buques de la Armada nombres de políticos democráticos que murieron en el exilio, en la cárcel o bajo el pelotón de fusilamiento, como Niceto Alcalá Zamora, Indalecio Prieto, Largo Caballero, Fernando de los Ríos, Julián Besteiro o Luis Companys que fue nada menos que Ministro de Marina, y por tanto, acreedor de un respeto un millón de veces más que don Juan de Borbón que sólo tripuló el «Giralda».
Palacio del Senado, 11 de febrero de 2005.
--Iñaki Mirena Anasagasti Olabeaga.
RESPUESTA DEL GOBIERNO
Además de otorgar nombres de miembros de la Familia Real, la Armada ha denominado sus buques con nombres de ciudades, regiones, islas, santoral, marinos ilustres, combates navales y otros. También ha utilizado nombres de personas cuya vinculación con la Armada es incuestionable, como es el caso de Blas de Lezo, Álvaro de Bazán, Méndez Núñez, Patiño y Marqués de la Ensenada; estos dos últimos, ministros a los que se les debe el extraordinario impulso que recibió la Armada a comienzos del siglo XVIII.
Madrid, 29 de marzo de 2005.
--El Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes.