Excmo. Sr. D. Manuel Marín
Presidente del Congreso de los Diputados
Madrid, 13 de julio de 2005
Estimado Presidente:
Hoy miércoles 13 de julio, tras la entrevista que ha mantenido contigo el diputado belga Sr. Versnick, hemos mantenido con él un almuerzo en el comedor de la cuarta planta de la primera ampliación.
La última vez que estuve en el mismo fue en la anterior legislatura y me ha llamado poderosamente la atención el cambio de decoración, y el que un comedor de esa entidad estuviera adornado por un cuadro de Alfonso XIII joven, del príncipe Francisco de Asís, marido de Isabel II así como de la batalla de Almansa. Y, para colmo, un medallero con las efigies de Carlos V y Felipe II. Aquello parecía una antecámara del Palacio Real y no un comedor de visitas del Congreso de los Diputados.
Entiendo que el funcionario de turno hablando con Patrimonio del Estado ha decidido semejante decoración, que es impropia del templo de la palabra y donde deberían tener primacía parlamentarios, políticos, o secuencias de la vida del país. Nunca un rey destronado por una votación popular y menos un Príncipe del que mejor sería no recordar nada sobre su vida.
Si yo fuera presidente, como aquel programa de Tola, que no lo seré nunca, quitaría toda esa decoración monárquica impropia de una Cámara legislativa aunque más propia de un Museo o del Palacio Real. ¿Por qué no encargar un cuadro sobre el Presidente del Congreso Julián Besteiro, socialista ético, que murió en la cárcel de Carmona en 1939 rodeado de sacerdotes vascos? ¿Por qué no cuadros de Azaña, Largo Caballero, Pablo Iglesias, Martínez Barrio, Giral, Companys, Aguirre o Zugazagoitia, perseguidos, fusilados y muertos en el exilio? ¿Por qué exaltar a gente a la que el pueblo ha echado democráticamente con sus votos como se hace indebidamente en la actualidad?
Asimismo, el cuadro de la batalla de Almansa, no creo sea el tapiz mejor para reforzar las relaciones con los franceses. Llévese ese óleo al Museo del Ejército, pero, por favor, que no decore un comedor de protocolo.
El haber estado vente años en esa casa me da la libertad para enviarte la presente. Ojalá tengas la misma sensibilidad que en Europa teníais para no herir a nadie gratuitamente.
Aprovecho la oportunidad para saludarte. Un fuerte abrazo.
Iñaki Anasagasti Olabeaga