Se celebró el pasado domingo 25 de septiembre el “Alderdi Eguna”. Desde el primero en San Miguel de Aralar como propuesta del BBB al EBB, con notables resistencias, al de este año ha habido 28 ediciones que han consolidado un clásico porque a la gente le gusta verse, saludarse, conciliar lo lúdico con lo político, llevar a sus padres y nietos y sobre todo sentirse fuertes dentro de una agrupación a la que quieren.
Ningún partido tiene capacidad de hacer algo parecido salvo criticarnos diciendo que ha habido menos gente que otros años. Si ha sido así, quizás influyó en ello el hecho de que ese día la climatología no anunciaba lo mejor, aunque aguantó el tipo, y, quizás, porque se va perdiendo ilusión por el camino. El caso es que el día se celebró con la consabida multitudinaria afluencia y con el regalito de ETA de poner una bomba la víspera. Muchos invitados y, entre otros, acudió la secretaria del Partido Andalucista que pretende desmarcarse de la política de seguidismo absurdo que ha llevado a cabo su partido en relación la PSOE en Andalucía. En otro registro la sospechosa ingerencia que el diario Gara ha querido tener en un hecho de partido anunciando camisetas con alusiones que el Lehendakari zanjó. ¿Qué pinta Gara metiéndose donde no le llaman y haciendo una encuesta con militantes en las campas preguntándoles sobre cosoberanía o independencia o si les gustaba más un dirigente u otro?. ¿Se imagina alguien ver algo parecido hecho por DEIA y haciendo estas preguntas en el seno de la izquierda abertzale?.
También he de decir que me pareció triste ver cómo pasan las glorias de este mundo. Haberle visto en años anteriores a Xose Manuel Beiras siendo aclamado en el paseíllo principal a ser un invitado incómodo y no por culpa del PNV, sino por criterios de un BNG que desea consolidar a su nuevo líder sin poder conciliar el pasado con el futuro me hace perder fe en la capacidad política de algunos. ¿No pueden convivir esos dos liderazgos y si alguno ha de ceder en detrimento del otro, no es el joven quien ha de respetar al veterano?. Apenan estas situaciones tan incómodas.
Este día tan singular a uno le pasan cosas curiosas con mucha gente que se acerca y te comenta las cosas más inverosímiles o, como en el caso de un amable afiliado, que tiene un hotel familiar en un pueblo precioso, al que se le ocurrió llamarle a mi mujer por el altavoz. Fuimos rápidamente a la caseta de organización y era el bueno de un portugalujo que nos había traído un queso de un pueblo de montaña y no se le ocurrió mejor forma de conectar que esa. Quizás no lo hubiera hecho de la misma manera otro, que trataba de convencerle a Joseba Zubia que estoy en trámites de separación de mi mujer. Y no hubo manera de disuadirle que eso era un bulo, un infundio, una injuria y una maldad que alguien está tratando de hacer correr con no sabemos qué intenciones. Pero así son las cosas y hay gente que ni viéndonos comer el queso juntos se creen la verdad.
Me dijeron asimismo que la Tómbola cubrió sus objetivos. El haber puesto a vender en la campa los tickets a muy avispados chavales con síndrome de Down, con su perspicacia y ternura, como la chavalita que me vendió boletos, dos de ellos con premio (un termo para bebés y una bandejita de porcelana), fue todo un acierto por el respeto que se tiene a estas personas tan necesitadas de un reconocimiento y ayuda cabal de la sociedad. Quizás, como comentaron los organizadores, faltaron en la txozna caras conocidas y cargos públicos acercándose a la gran carpa de la Tómbola. Ser cargo público obliga también a eso. No sólo al agradecido paseíllo.
Y, otro dato. Al lado de la tómbola había un chiringuito donde se vendían los DVDs con la película dedicada a José Antonio Aguirre, nuestro primer Lehendakari. Pregunté cuántos se habían vendido. Me contestaron que sesenta. Ni para pipas. ¿Alguien en su sano juicio se va a meter en el futuro en aventuras audiovisuales de esta envergadura, fundamentalmente divulgativas de nuestra historia reciente, con tan poco apoyo popular y tan nulo apoyo institucional?. Lo dudo. Y tras la experiencia del Festival de Cine de San Sebastián con la película sobre Sabino Arana y la cacicada de no admitirla así como con lo ocurrido con la de Aguirre, habrá que esperar que algún promotor mesetario o de la izquierda marginal se decida por estas cosas para ver en pantalla historias de gente decente.