Esta semana ha ido de estatutos y sus reformas. El primero el de Valencia, como ejemplo y tope de lo que da de si el sistema. Antes, el “seny”, al parecer, lo tenían
los catalanes. “Mirad –nos decían- eso sí que es sensatez y no lo vuestro”. Sin embargo, ahora, ese label, lo tienen los valencianos. Hace veinte años no sabían que eran Comunidad Histórica, ni que tenían derechos forales, ni tan siquiera aquello de “Libertad, Amnistía y Estatuto de Autonomía”, que al parecer sólo se coreaba en Euzkadi y en Catalunya. Veintipico años después, los padres del invento, los del PNV no sólo les dan con la puerta en las narices en el Congreso, sino nos hacen un traje a la medida. El valenciano. Y, con una cosa curiosa: la enmienda Camps. Antes a eso se le llamaba envidia. Ahora se le llama finamente agravio comparativo, “porque nadie es más que nadie y, si por lo que sea, esos del PNV en alguna de sus emboscadas, obtienen más de lo que tenemos, entonces sacamos a pasear la enmienda Camps y, pájaro que vuela, a la cazuela”. Y todos aplaudiendo. PSOE y PP, entonando el aleluya a dos voces y sin desafinar. Frente nacional hispano a tope.
Pero, a pesar de los fuegos artificiales, ¿qué ha sido aprobado este martes?. Pues un estatuto birria. Y que es lo que quieren hacer con los catalanes. Darles una birria de estatuto y, si no, que se prepare CiU que los vamos a brear. Y empezará, en esa edificante labor, nada menos que ERC.
DURAN EN EL RITZ
Duran, el presidente de Unio y portavoz parlamentario de CiU fue invitado a uno de esos desayunos con los que Madrid sustituye las conferencias de las noches. Es una buena idea. Consiste en que mientras el invitado habla por espacio de veinte minutos, los demás desayunan. Tras esto viene un coloquio que termina a las 10,15 para que los medios puedan trabajar y elaborar bien las noticias en caso de que se produzcan y, los demás, cada mochuelo pueda ir a su olivo a ganarse las alubias.
El invitado éste martes era, Duran y por allí aparecieron como público dos ministros socialistas: Bono y López Aguilar, nadie del PSC, ERC ni ICV, bastantes del PNV y de CiU y una colección de periodistas y empresarios de tronío: Pizarro, Villar Mir, Emilio Ibarra, Lara, Atienza, Romay Becaria, Posada, Miguel Herrero, etc. Manuel Pizarro, el Presidente de ENDESA me dijo que era primo de Andoni Monforte y que había estado en Sabin Etxea en su sótano llamado menos tres, que tiene un comedor. Factotum de toda esta convocatoria es un escudero que tiene Duran que se apellida Sánchez Llibre, hermano del presidente del Español y que es capaz de llamarte cinco veces seguidas para que acudas a una cita. Nosotros, desgraciadamente no tenemos gente así.!Y qué falta hace!.
El caso es que Duran como Belmonte, paró, templó y mandó. Se le vio seguro y sabiendo lo que quería. “Hay demasiado tactismo –decía-, ha faltado liderazgo (Maragall la última semana para que el Barça sacara una pancarta a favor del nuevo estatuto al campo le llamó diez veces al presidente de este Club y a Mas, Secretario General del partido más votado en un año, sólo dos). Se quejó Duran de la crisis que les habían creado con el famoso tres por ciento a cuenta del Carmel, y nos dijo que estaba persuadido que la reforma del estatuto catalán no saldría adelante. “Montilla no pondrá en dificultades al PSOE”. “España no va bien, Catalunya va peor”, sentenció mientras desgranó su visión ante cuatro debates pendientes: la familia, la educación, las iniciativas de la sociedad y el apoyo a la economía productiva. Esto venía a cuento para decir que en año y medio en Catalunya no se ha hecho absolutamente nada, Y que si fracasa el Estatuto, Maragall debe convocar elecciones...
En el turno de preguntas el moderador dio la palabra a Bono que sacó el disco de que no había más Nación que la española y que se trataba de un concepto jurídico consagrado en la Constitución. Duran le dijo que en la Constitución aparecía también el concepto Nacionalidades y a toda nación le corresponde un estado y Catalunya y Euzkadi son naciones sin estado.
Si, si. Pero Bono tiene el ejército. De hecho, cuando me saludó en el hall, lo hizo con el saludo militar.
En definitiva, que a todos en Catalunya les está llegando la hora de la verdad, donde ya no basta la gesticulación. Lo malo es que ERC va a terminar conformándose con una birria de estatuto y, de no salir, culparán a CiU de todos los males de la situación. De ahí que nuestro label sea para ellos tan importante. Lo veremos en el Alderdi Eguna.
Tenía a mi lado a Gabriel Elorriaga, el dirigente del PP. Le recordé lo que Niceto Alcalá Zamora le dijo al dirigente catalán Frances Cambó: “Tiene usted que elegir entre ser el Bismarck de España o el Bolívar de Catalunya”. Duran estuvo en clave Bismarck. Yo, que le conozco desde 1978, me hubiera gustado que sacara más lo dientes en aquel foro así como que hubiera estado en clave del Bolívar de Catalunya. Pero para ese papel al parecer está Carod, aunque cada vez se le vea más como a un zorro pasado por la peletería. Veremos.
EL MITO DE 1979
Sigo de cerca lo que dice y escribe Francesc Marc Alvaro. Me dicen que es un joven catalanista si adscripción política o, en todo caso, crítico con ERC. Su teoría es que un eventual fracaso del nuevo Estatut no sería tan terrible para la política catalana y, sobre todo, para los políticos embarcados en este viaje. No creo que los ciudadanos midan el prestigio de los servidores de la cosa pública con este baremo, por mucha estupefacción que genere un bloqueo del proyecto estatutario entre las élites que siguen el día a día institucional. El ciudadano, está atento a los nuevos impuestos, a la falta de viviendas asequibles, a la deficitaria seguridad y limpieza en las calles a las pocas residencias públicas para abuelos, a la implantación de grandes superficies en su localidad, etc. Aunque todas estas materias dependan, claro está, del viejo o del nuevo Estatut, el ciudadano vive al día y espera solución a sus problemas, al margen de que se estén escribiendo o no unas nuevas reglas de juego. Uno de los grandes errores de este proceso ha sido querer implicar a la ciudadanía en el detalle de la reforma Es el cuento chino de la participación, del bus del conseller Saura y de los correos electrónicos donde unos pocos hacen llegar sus manías. La democracia no funciona así.
En un sistema representativo, yo voto para que alguien se ocupe de reformar el Estatut o de evitar la sequía. Luego, me dedico a mis tareas. Al cabo de cuatro años, haré balance y veré qué ha hecho ese grupo político con mi voto. Contrariamente al arquetipo que divulgan algunos, el ciudadano no quiere estar todo el día en asamblea permanente, asumiendo el papel de legislador o de fiscal o de activista. La gente no quiere que le monten un Porto Alegre en cada esquina. Eso sólo lo quieren algunos comentaristas fascinados por el folklore o algunos políticos que viven del rollo alternativo. El ciudadano sano de una democracia no puede entusiasmarse por la reforma del Estatut, porque tiene derecho a la distancia y a la indiferencia. Y porque intuye que, si ahora no sale, tampoco será el fin del mundo. ¿Se imaginan una Catalunya pendiente del Estatut? Sería insoportable. Una mayoría valora el autogobierno, pero eso no le obliga, por suerte, a ejercer de profesor de derecho político.
Hay quien también anuncia grandes peligros si, superados todos los trámites en Catalunya y en Madrid, los ciudadanos no se sienten finalmente llamados a votar el nuevo Estatut en referéndum. Los agoreros mitifican lo que pasó en 1979 y cantan las excelencias de los años de la transición. Será que el recuerdo todo lo embellece. Porque el Estatut de Sau llegó a la consulta ciudadana en medio de una alta indiferencia y de un desfonde de los partidos. Así lo explica, por ejemplo, el conseller de Gobernació de Tarradellas, Manuel Ortínez, en sus memorias Una vida entre burgesos: “Al comprobar en sucesivas encuestas de opinión la apatía que reinaba en torno a la votación inminente, me alarmé. Fue necesario pedir dinero adicional a Madrid para intensificar la campaña institucional y convencer a los catalanes de acudir a votar (…) A mediados de 1979, el pueblo de Catalunya no se movilizaba en absoluto como en 1977 y 1978. El desencanto se instalaba. Las encuestas anunciaban que la apatía tomaba cuerpo y que el referéndum podía fracasar. Ningún partido catalán hizo nada sustancial para corregir la tendencia alarmante”. ¿No creen que estamos mucho mejor que entonces?. Ahora, con un bombardeo de anuncios institucionales a cargo de Judit Mascó, Buenafuente y el culé Puyos, la cosa irá bien.
Catalunya tiene poquito poder, así que es imposible la tragedia. Además, ya se sobrevivió al espectáculo del 3 por ciento. Eso sí que pedía a gritos elecciones anticipadas, pero todos silbaron.
EL ESPÍRITU ES EL MISMO
Finalizó la 54 Edición del Festival de Cine de San Sebastián. Un festival en crisis internacional ante la presión de Venecia, Cannes y Toronto que al parecer encuentra su espacio convirtiéndose en una buena plataforma para el cine hispano.
Puede que no le quede más remedio aunque sus directivos podían darse cuenta que si hace 54 años no se podía hacer más que lo que se hizo porque vivíamos bajo una dictadura, 54 años después la apuesta por el cine vasco y sus ayudas deberían ser el gran telón de fondo de esta importante muestra sin descartar la promoción, asimismo, del cine español.
Tras esta edición, el Concierto en el Velódromo en Homenaje a Camarón de la Isla, el año del centenario del poeta Lauaxeta, la iniciativa de Aralar en las Juntas Generales de Gipuzkoa ante la falta de presencia del euskera, la cacicada inaudita de unos impresentables que se han cargado la visión de la película sobre Sabino Arana me hace reflexionar que podemos gastar litros de saliva hablando de autodeterminación mientras los resortes de este país, como hace 54 años, siguen en manos de los de siempre. Y, además, constato que de nada vale la pena denunciar estas cosas. Una densa capa de corcho y de silencio, cae sobre estas denuncias porque se sabe que nada va a cambiar la situación actual. Ese es el problema de fondo.
NI SE LEE, NI SE ESCUCHA, NI SE ESCRIBE.
La semana pasada presentamos Erkoreka, Beloki y quien esto firma el libro “Somos Vascos” en Barcelona. La editorial catalana Deria está dirigida por un catalán sensible a la letra impresa que además es portavoz y secretario de la Directiva del Barça. No veo por aquí a ningún directivo futbolero con semejantes inquietudes. Y es una pena porque editar un libro es una carrera de obstáculos. Trabajar para hacerlo y encontrar editor y cuando el producto está en la calle escuchar un gran silencio motivado, sobre todo, porque la mayoría de la gente no lee absolutamente nada. No existe el hábito de la lectura porque leer requiere un esfuerzo de concentración y de búsqueda del tiempo para hacerlo.
Me quejaba hace dos semanas de la política de un gran almacén contra el libro vasco. Es muy difícil que un producto de aquí tenga los honores estelares del escaparate, de la sección “Novedades” o de “Los libros más vendidos”. “Es que Iñaki –me decían- no seas ingenuo. Estas tiendas no son ONGs y para estar en todos esos sitios las grandes editoriales pagan, y el libro vasco tiene una venta mínima. Tendrán razón, por eso habrá que ir a las librerías Bilintx, a Kirikiño, a Lauaxeta y a las librerías de los pueblos porque al parecer en esta sociedad de consumo lo que se vende es lo que sale en televisión y lo que es apoyado por los grandes elefantes. Pero que luego no se diga que apoyamos lo de aquí porque no es verdad. Somos muy vascos pero dejamos morir cualquier intento serio que trata de contrarresta esa catarata de basura que nos inunda.
Si la gente gastara en libros el diez por ciento de lo que gasta en comilonas, en txokos, en fútbol o en txikitos, la cosa iría mejor en este país. Y, para colmo, no veo en las ikastolas un especial empeño y acierto en enseñar algo tan sencillo como que a los críos lees guste leer y que esto se convierta en hábito.
En la presentación, a sala llena, entre los políticos presentes estaba Carod Rovira. Alguien del público preguntó el por qué de la desconexión de la política con el ciudadano medio. Y Carod contestó: “El político es ágrafo. No lee, ni dialoga, ni escribe, no escucha y solo hablan entre ellos”.
No le faltaba razón al dirigente catalán que escribe y prologa libros, pero, visto lo visto lo que provoca es dedicarse a la poesía…