Título sugestivo para un informe sobre la pena de muerte en el mundo. Con este trabajo se pretende sensibilizar sobre la necesidad de la prevalencia de la justicia sobre la venganza. No se trata de un problema de soberanía interna de los estados, sino de respeto a los derechos humanos.
Este martes, como el año pasado, Begoña R. Antigüedad, donostiarra, y Elisabetta Zamparutti nos presentaron su libro en la Sala de Cuadros. El prólogo del librito es del presidente del Senegal, Abdoulaye Wade, quien cree, como Víctor Hugo que “nada de verdugos, cuando el carcelero basta” y que “la sociedad no debe castigar para tomar venganza, debe corregir para mejorar”. La pena capital se pronuncia muchas veces contra personas sin defensa, sin recursos y sin apelación. Este año, Senegal, ha abolido esta aberración. Tras la presentación, Begoña me dijo que podía presentarlo en Euzkadi. Le llamé al Consejero Azkarraga y me dijo que lo haría. Creo que vale la pena.
En las intervenciones, el diputado Xuclá, recordó una buena definición de Europa: “El ámbito civilizado donde no existe la pena de muerte”. Y es que no hay derecho que a sesenta años de haberse fundado las Naciones Unidas, en los propios Estados Unidos se siga matando “legalmente”.
Rojo intervino. Tuvo un parlamento cargado de datos, entre ellos sobre la situación de China, como país verdugo. Fue una buena denuncia. Lo malo es que cuando hicimos el viaje oficial a este país, Rojo no dijo nada sobre la pena de muerte ante los dirigentes chinos. No era políticamente correcto.
La evolución positiva hacia la abolición de la pena de muerte que está en curso en el mundo desde hace al menos diez años, se ha confirmado asimismo en el 2004 y en los primeros meses del 2005.
DATOS
Los países o territorios que han decidido abolirla por ley o en la práctica son hoy 138. De ellos, los países totalmente abolicionistas son 87; los abolicionistas para crímenes ordinarios son 10; Rusia, en cuanto que miembro del Consejo de Europa, se ha comprometido a abolirla y, entre tanto, practica una moratoria de las ejecuciones; los que han proclamado una moratoria de las ejecuciones son 5; los países abolicionistas de hecho, que no practican ejecuciones capitales desde hace más de diez años, son 35. Los países que mantienen la pena de muerte son 58, frente a los 61 del 2003 y los 64 del 2002. La tendencia al abandono de la pena de muerte se confirma también en la disminución que se registra cada año no sólo del número de los países que la mantienen, sino, entre éstos, de los que la practican. En el 2004, sólo 25 de estos países que la mantienen, sino, entre éstos, de los que la practican. en el 2004 sólo 25 de estos países han practicado ejecuciones, frente a los 30 del 2003 y a los 34 del 2002.
En consecuencia, ha disminuido también el número de ejecuciones en el mundo. En el 2004 fueron al menos 5.523, frente a las 5.607 registradas en el 2003.
Una vez más, Asia se ha confirmado como el continente donde se efectúa la casi totalidad de las ejecuciones del mundo. Si estimamos que en China se han dado al menos 5.000 ejecuciones, la cifra total para el 2004 alcanza al menos 5.450 ejecuciones, cifra con todo inferior que las al menos 5.482 registradas en el 2003.
LO DE ESTADOS UNIDOS NO TIENE NOMBRE
América sería un continente prácticamente libre de la pena de muerte, si no fuese por las 59 personas ejecutadas en los Estados Unidos, único país del continente que ha practicado ejecuciones en el 2004, aunque esté en clara disminución respecto a años precedentes (fueron 65 en el 2003 y 71 en el 2002).
En África la pena de muerte está cayendo hoy en desuso: en el 2004 sólo se ha practicado en tres países –Egipto, Sudán y Somalia- donde se han registrado 9 ejecuciones contra las 56 del 2003 y las 63 del 2002 incluyendo todo el continente.
En Europa hay una única mancha que estropea la imagen del continente, totalmente libre por lo demás de la pena de muerte: el caso de Bielorrusia, que en el 2004 practicó al menos 5 ejecuciones.
Desde el inicio del 2004, tres países han pasado del frente de los mantenedores al de los abolicionistas a uno u otro título: Tayikistán ha abolido totalmente la pena de muerte, mientras que Tanzania y San Vicente y Granadinas han superado los diez años sin practicarla, con lo que se pueden considerar abolicionistas de hecho.
Otros 6 han dado más pasos dentro del propio frente abolicionista: Samoa, Bhutan y Senegal, ya abolicionistas de hecho, han pasado a ser abolicionistas totales, mientras que Turquía, Grecia y México, ya abolicionistas para crímenes ordinarios, han pasado a serlo para todos los supuestos.
Una confirmación se ha verificado en Kirguizistán, que ha prorrogado otro año una moratoria legal de las ejecuciones que está vigente desde 1998.
Más pasos hacia la abolición o progresos positivos se han dado en los siguientes países: Argelia, Corea del Sur, Filipinas, Jamaica, Guatemala, Kazajistán, Kenia, nuevo México, Nigeria, Sierra Leona, Taiwán, Uzbekistán y Zambia.
En el frente opuesto, desde el inicio el 2005 hasta el 1º de septiembre de 2005, siete países han vuelto a practicar ejecuciones tras años de suspensión: Afganistán, India, Indonesia, Líbano, la Autoridad Palestina, Libia e Iraq. Contra la tendencia en Estados Unidos, Maryland y Connecticut efectuaron sus primeras ejecuciones tras seis y cuarenta y cinco años respectivamente, de moratoria de hecho. Iraq ha vuelto a poner en vigor la pena de muerte, tras un año de suspensión desde la caída de la dictadura de Saddam Hussein. Sri Lanka, que había anunciado su vuelta a la vigencia, no ha realizado hasta ahora ninguna ejecución.
Son datos del mayor interés que confiamos que el año que viene se sigan moviendo mientras se avanza en la eliminación de esta lacra.