LOS SERVIDORES Y LOS BLOG
En el parlamento Vasco se va a organizar el 17 de octubre un ciclo de conferencias sobre “Ciudadanía y Participación en las Red: aprendiendo desde
lo local a lo global”. El Parlamento lo hace aprovechando su XXV aniversario y con objeto de reflexionar sobre diferentes aspectos vinculados a la participación ciudadana y a los nuevos modos y formas en que ésta puede adoptar en los inicios del siglo XXI.
Nosotros en Madrid empezamos a retirar formas de comunicación del pasado. Las convocatorias ya no son por telegrama o fax sino a través del teléfono móvil, los diarios de sesiones se pueden consultar en la red, y navegamos por el pleno gracias a una red inalámbrica WI-FI. Ya se ve a los senadores que tienen su portátil desde el inicio de la legislatura, consultando el correo electrónico, el diario de sesiones, los plenos, los proyectos de ley en tramitación o las iniciativas debatidas en el pleno sin moverse de sus escaño. La WI-FI ha costado 1.060 euros.
Yo, que sigo con mi vieja máquina de escribir, que debe tener hasta una bala de la guerra de Crimen, empiezo a ser atrapado por este nuevo mundo que lo ocupa todo.
Cuando dejé de escribir en Deia, una sobrina a la que le apasiona este mundo, Oihana, terminaba un curso de páginas web y aquí estoy. Está de viaje y cuando vuelva pondrá esta hoja a punto con todas sus secciones en servicio.
El diputado que me habló en su día de este mundo era el socialista Rafael Estrella, que estrenó su página en 1996. La creó antes de que el Congreso creara la suya. Estaba en la oposición y consideró que era una excelente plataforma para compartir información sobre política internacional, cooperación al desarrollo y la circunscripción a la que representa que es Granada, ofreciendo una colección de enlaces. Cuando asomó la nariz por ese mundo, la comunidad internauta se felicitó que un parlamentario entrara en la red. En 1998, siendo ponente de la ley de cooperación al desarrollo, el sitio se convirtió en una red donde él informaba de los avances y retrocesos de las discusiones parlamentarias y las ONG le aportaron sus reflexiones y propuestas. Más tarde, la página se erigió en plataforma de apoyo a la campaña contra las minas antipersona. Desde el año 2000, su dominio cuelga del servidor del Congreso.
Creo que estamos asistiendo a un modo nuevo de democracia directa muy interesante, ágil y en conexión con la realidad que me va a obligar a ponerme las pilas ante este mundo que mis críos dominan por ósmosis y yo todavía miro con respeto.