Todos los sábados hay una constante en ETB: el informativo del mediodía se repite íntegramente por la noche, salvo alguna noticia de impacto, y sepa usted que aparecerá D. Javier Madrazo. Llueva, nieve o relampaguee, allí estará Don Javier diciendo lo que es bueno, lo que es malo y hasta lo que es regular. Todos los sábados. Tiene su cupo ese día. Y yo me pregunto ¿es ésto información o propaganda?
Desde luego nada que ver con los Estatutos del Ente público.
Bueno pues este sábado Don Javier le tocaba arremeter contra el PSE por estar tan maniatado por el PSOE. Le pedía a Patxi López un poco más de valentía y una gota más de independencia en relación con sus mayores de Madrid. No le faltaba razón. Lo que ocurre es que D. Javier tiene techo de cristal para hacer ese tipo de señalamientos. Hace exactamente un año fue al Congreso el Lehendakari Ibarretxe con el acuerdo de reforma estatutaria del Parlamento Vasco y dicha reforma el Sr. Llamazares, con toda su IU, la echó abajo. E.B. la había aprobado en el Parlamento Vasco.
Todo este señalamiento originó una réplica del portavoz del PSE, José Antonio Pastor preguntándole por las empresas del Sr. Oké.
Tengo para mi que el consejero quiso, nombrando al Sr. Oke, apostar por el marketing en lugar de por la competencia profesional en un puesto tan importante y delicado.
Como tampoco lo fue por parte del PSE el fichaje de Emilio Gevara como gran esperanza blanca socialista en las últimas elecciones autonómicas. Cuando connotados seguidores de Zapatero nos decían que nos iban a desarbolar en Araba e iban a fichar personalidades de nuestro mundo (al parecer en el suyo no tienen muchas) y nos decían que el primero era Gevara, nosotros sonreíamos porque si algo es Emilio Gevara es Gevarista.
El PNV al inicio de la transición tuvo que hacer fichajes varios porque una dictadura de cuarenta años solo había permitido el activismo y no es lo mismo poner una ikurriña, hacer resistencia, e ir al Aberri Eguna que dirigir una institución y negociar unas competencias. Fue el caso de Garaikoetxea en Nabarra, que para tapar su falta de militancia le impidió al PNV hacer política con sus siglas durante cinco años. Fue el caso también de José Angel Cuerda, un buen alcalde, pero persona demasiado pagada de si mismo, incapaz de dar cuenta a un colectivo. Fue el caso de J. M. Gorordo obseso de su ego. Es el caso de Joseba Arregui etc.
Aquello, sin embargo, resultó bueno para el país porque los fichajes fueron eficaces pero el paso del tiempo demostró que un exceso de egolatría es incompatible con la labor de un equipo donde a veces se da la razón a uno y otras a otro y eso, personas que piensan que el meridiano de Greenwich pasa por su casa, no lo admiten.
Reconozco que en el caso de Emilio Gevara nunca pensé que iba a reaccionar de esta manera. Antes de ser Diputado General de Araba fue portavoz del recien nacido Grupo Parlamentario del PNV en el Parlamento Vasco y, la verdad, era un tipo de primera, trabajador, competente, bastante terco y obsesivo, pero de buen trato. Todo lo que hemos visto posteriormente nos ha llamado la atención y no sabemos a que atribuirlo pues fue él quien voluntariamente y después de haber motorizado a todo el mundo contra Garaikoetxea y la L.T.H. se retiró haciendo mutis por el foro. Aparecer de repente como lo hizo, escribir lo que escribió contra el presidente del EBB de su tiempo, el mismo con el que había negociado en Moncloa el Estatuto Vasco, y de haber compartido tantas jornadas conjuntas nunca dejó de llamarme la atención por su extremada virulencia y acritud.
Recuerdo haberle pedido un día que hablara con su aita que había sido pasante del Diputado Javier Landaburu, con objeto de que nos prologara un librito que íbamos a editar con la recopilación de los artículos escritos por Landaburu en la revista Alderdi. Lo hizo encantado por el reconocimiento que suponía para su aita un hombre que también había tenido que permanecer durante cuarenta años callado como toda aquella generación del silencio. De ahí que el anuncio de su retirada en rueda de prensa con Patxi López y Charli Prieto, junto al comentario que nos ha hecho un socialista alavés diciendo que ya era hora que se fuera, mientras él no ha parado de decir que se va porque ya ha cumplido su misión, sin decir la verdad que no es sino que en el PSE tiene menos capacidad de maniobra y de intervención pública que en el PNV y que las tesis que ahora defiende están más con las de María San Gil que con las de Don Patxi.
Una pena, pero no deja de suscitar curiosidad las cabriolas de cierta gente a la que en su día respetamos, valoramos y fueron parte de nuestras señas de identidad.