Si este domingo pasado 19 de febrero en lugar de haber estado en Euzkadi me hubiese encontrado en Valencia y de lejos, en un parque, hubiera visto a un grupo de gente rodeando a un monumento que se inauguraba hubiera pensado que se trataba del monumento a la Paella, nunca a La Memoria Viva, que fue lo que aconteció en el Parque de Doña Casilda.
Por eso digo que me gusta el nombre de Memoria Viva, pero no el mamotreto de Nestor Basterretxea que lo mismo sirve para hablar de la Cosmovisión, que de una estela discoidal para la Fundación Sabino Arana, que nos costó un congo lograr que nos las compraran en su día para financiar Sabin Etxea, que el Monumento al Pastor Vasco. No. No me gusta nada. Y eso que el logo que le encargamos a Nestor para promocionar el Estatuto de Gernika en l979 estaba bien y que el símbolo del Parlamento Vasco tiene personalidad. Pero no esta gran paella que nos han montado en el Parque. Confío pues en que el Monumento al Gudari Desconocido que debe ser una Huella inmensa y que se está preparando, esté mejor logrado que esta repetición de lo que Nestor tiene como marca de fábrica.
Es preciso señalar que el primer Nestor, en Argentina, la pegó cuando dibujó el símbolo de Nestlé para la multinacional. El pajarito en el nido es de Nestor y aquello estuvo muy logrado. De él se dice que es un buen diseñador pero no un gran escultor. En fin. Basterretxea suple en simpatía y bonhomía lo que las musas, al parecer no le han dado para esculturas de este tipo.
Hijo del diputado del PNV en la República, Francisco Basterretxea, quien fue asimismo miembro del Tribunal de Garantías, una especie de Tribunal Constitucional de la época, Nestor fue el encargado en 1978 de hacer el Monumento a la Batalla de Matxitxako que confiamos que en este año esté remozado y listo para recordar lo que fue aquella batalla épica. ”Porque fueron rudos de corazón prefirieron morir antes que rendirse” reza el poema de Walshighan en una de sus paredes que tampoco me dice gran cosa.
El domingo no estuve en dicha inauguración. Ni me enteré. Hijo del Comisario Político del Batallón Larrazabal, uno de los 26 batallones de gudaris que el PNV organizó en la guerra del 36 me enteré del acto por televisión mientras recordaba como en aquel Gobierno hubo un Consejero comunista, Juan de Astigarrabia, que, al caer Bilbao, fue juzgado por el Partido Comunista por su “compadrazgo con el Gobierno Aguirre”. El Lehendakari y D. Manuel de Irujo tuvieron que intervenir para salvar la vida de aquel hombre que había cometido el delito de ser consecuente con un Gobierno del que formaba parte.
Nada que ver con los apuros vividos por Astigarrabia con la manera como Javier Madrazo controla la situación. Además de su cuota de pantalla de todos los sábados en ETB este domingo allí le tenía el Consejero de EB-IU al Lehendakari a su lado. Probablemente habrá sido Madrazo quien ha organizado un acto tan minoritario y tan de Ezker Batua ante asunto que sin duda hubiera requerido otra dimensión nacional, otras trompetas, otras presencias, pero con la forma como se ha llevado todo ha quedado como un acto más en la agenda del Consejero de EB, que hay que reconocer que tuvo el acierto de llevar al monumento una ofrenda floral con los colores de la bandera republicana.
Alguien podrá preguntarme. ¿Qué hubieras hecho tu?. Pues bien. Hubiera redactado unas bases muy claras para lo que se pretendía. Le hubiera dotado de un buen pellizco económico y lo hubiera abierto a los jóvenes escultores a los que hubiera puesto sólo una cláusula que sería la de integrar aquel dibujo precioso que delineó NIK el cartelista nacionalista de los años treinta y que ilustraba la revista GUDARI dirigida por Lauaxeta. Y, sobre todo, me hubiera gustado que un acto nacional de esta envergadura hubiera estado liderado al cien por cien por el Lehendakari y por los supervivientes de aquellos gudaris, o sus familias, junto a historiadores y mucha gente joven. Un acto de esos sin gudaris, sin milicianos, y sin apenas resistentes queda cojo, pero si además la escultura me recuerda más a una paella, que a la Memoria Viva ¿qué quieren que les diga?. Pues que me da pena por la oportunidad perdida.
Me quedo pues, con el nombre de Memoria Viva. Ojalá sea verdad y se haga en serio un buen Monumento al Gudari, al Soldado, al Resistente Desconocido y al Conocido también. Lo merecen. ¡Ah! Y que se lo encarguen a otro.