Menos mal que Otegi no está ahora en la cárcel, aunque el llamado "proceso" hubiera continuado con él o sin él. Allí estaban Permach y Barrena dispuestos a hacer el trabajo que ha venido haciendo este caballero, es decir, acusar a los demás de todo, usar un lenguaje épico, que ojalá no continúe con huelgas generales y confrontaciones baratas de este tipo.