No es una expresión políticamente correcta pero si muy habitual en el habla coloquial catalana. La Ramoneta es la esposa oficial, la legítima, con la que se va al Liceo y a de los críos y la P… es la amiga, del lenguaje machista de una época que empieza a superarse pero sigue estando en el día a día.
Algo de esto le ocurre al PNV con EA. Nosotros para ellos somos, gráficamente hablando, la Ramoneta, la esposa oficial con la que se convive a duras penas, se va a ciertos actos públicos y a las elecciones, mientras se pide al día siguiente de las elecciones un Grupo Parlamentario propio, tres Consejerías en el Gobierno y muchos, muchos cargos. La querida es Batasuna, con la que se prepara el futuro, las escapadas, los revolcones de fin de semana. Batasuna es la izquierda abertzale y como EA ya se ha definido como izquierda Abertzale, el diseño está listo. Batasuna es la independencia en estado puro, sin mixtificaciones estatutarias, sin peajes, sin tener que aplicar táctica alguna.
Hasta ahora EA ha convivido con la P… y fue al BEC, critica a Balza, se la pasa invitando a Carod Rovira, que mantiene por cierto a EA en calidad de Ramoneta, pero le gustaría que el PNV fuera su verdadera querida, y, cada día que pasa buscan un desmarque estratégico, salvo en Gipuzkoa, donde Iñaki Galdós, que representa al sector mayoritario, dice públicamente, y con razón, que el PNV y EA juntos son el motor de la verdadera construcción nacional vasca. No el eje EA-Batasuna, tras haber acabado con Aralar. No hay más que seguir lo que ha ocurrido en Navarra y el poco interés de la Señora Errazti en darle a Aralar la primacía que les corresponde para darnos cuenta que EA espera a una Batasuna legalizada para hacer política.
Unai Ziarreta, secretario general de EA ha debido confirmar que su organización decidirá antes del verano sobre su coalición o no con el PNV. ¡No caerá esa breva!. Hasta ahora las negociaciones sobre todo por parte de EA han sido largas, extenuantes y buscando llegar al límite de la esfera del reloj buscando siempre algo que les liberara de esa fastidiosa alianza con el PNV al que adversan de forma militante sobre todo el sector oficialista de de EA, que es más proclive de presentarse en solitario. La Asamblea debería refrendar la apuesta por una mayoría cualificada de dos tercios y, si ETA presenta un cese de la violencia, no le veo a esa asamblea de EA diciendo que SI a una pacto con el PNV y no lo veo en función de las actitudes diarias de este partido en relación con esa mínima lealtad que se requiere a la hora de llevar adelante una coalición de gobierno. EA con Batasuna, plantearán entonces la confrontación total con el estado y, quizás entonces, solo entonces, averiguaremos qué hay detrás de ese etéreo abertzalismo de una izquierda que de la que no sabemos si su modelo es el cubano, el coreano, el venezolano, el marxista leninista o el simplemente acomplejado de los años sesenta. Y eso, no será malo para nuestra sociedad porque clarificará de manera total el panorama vasco acusado de una aguda inflación de representaciones redundantes.
Dicen por otra parte que y Ziarreta no quieren revalidar la alianza. Argumentan que lo hicieron la última vez en defensa del mal llamado Plan Ibarretxe, pero en el fondo también se trataba de una mera cuestión de supervivencia.
En el PNV lo que se oye por todas partes es que se desea que esto se despeje cuanto antes siendo el sentir que el nacionalismo institucional debe seguir liderando y condicionando la sociedad vasca junto a un inmenso cansancio ante la señora Errazti y Unai Ziarreta que quizás van a tratar de seguir jugando a la Puta y a la Ramoneta con el PNV y Batasuna sin darse cuenta que Batasuna no les quiere ni de Puta ni de Ramoneta y que en el PNV estamos tan cansados de que estamos dispuestos a ir al Tribunal de la Rota a buscar la misma solución que Carolina de Mónaco.
Bueno. Dejémonos de bromas. Si lo dicho es esperpéntico lo es porque no se puede tener tan poca seriedad a la hora de hacer política, ilusionar al ciudadano, hacerle llegar un constructivo mensaje de construcción nacional, liderar a la sociedad, marcarle objetivos claros, modernos, progresistas y de futuro. Esa es la vieja política que al PNV no le gusta porque lo que de verdad le mola, le apetece, le entusiasma es lo que dice Iñaki Galdós, que el PNV y EA deben ser el motor de la construcción nacional de Euzkadi. Así de claro y así de serio.
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