Luís Foncillas, corresponsal de Radio Euzkadi en New York y que además es directivo de Euzko Etxea de esta ciudad reseñaba la visita del presidente chino a Bush que recibió a Hu Jintao con honores militares y los gritos de rigor.
“Todo marchaba perfectamente en los jardines de la Casa Blanca cuando la reportera del periódico “The Epoch Times” interrumpió con sus gritos al presidente Hu. “¡Presidente Bush, impida que (Hu) persiga a los Falun Gong!” (una secta religiosa prohibida en China), y en chino ¡Presidente Hu, sus días están contados!”
George Bush susurró a su homólogo chino que continuara, pero el acto, ya había sido arruinado. No fue éste el único disgusto para el presidente chino; en el exterior de la Casa Blanca, decenas de personas protestaban contra la falta de libertad en China.
La mujer que causó el incidente, identificada como Weni Wang, de 47 años, fue detenida por miembros del Servicio Secreto, que la han acusado de conducta desordenada e intimidación a un dignatario extranjero.
Stephen Gregory, portavoz de “The Epoch Times” dijo que Wang es una doctora que trabaja para el diario, y dijo que no tenían idea alguna de que fuera a llevar a cabo esa protesta.
Bush por su parte, aprovechó la visita de Hu para pedirle que respete los derechos humanos en su país. “China puede mejorar su éxito concediendo al pueblo libertad de reunión, de expresión y de culto”, dijo el mandatario.
Quizás la posibilidad de ésta crítica solo la tengan los poderosos, no los que tienen principios, pues la canciller Angela Merkel por su parte le dijo a Bush que lo de Guantánamo era una vergüenza.
Y saco a colación esta noticia pues en su viaje a China, Rodríguez Zapatero no dijo absolutamente nada sobre los derechos humanos en aquel país habiendo dicho que en política internacional ésta sería su prioridad. Lo mismo me ocurrió en el viaje parlamentario que hicimos a Pekín y Shangai en delegación parlamentaria. Javier Rojo que hacía sólo un mes había presentado un libro de Amnesty sobre la Pena de Muerte en el mundo, siendo el país que se lleva la palma en éste triste record, China, y después de denunciarla en Madrid no dijo esta boca es mía en el viaje parlamentario aludido.
Bush, con su Guantánamo, Abu Graib y la guerra de Irak no tiene autoridad moral para decirle nada a los chinos pero no estuvo mal que hablara de libertad de expresión, de reunión y de culto ante un dictador con mucho poder. No es usual. Y así pasa lo de Chechenia, y lo de Palestina.
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