Es evidente que Txiki Benegas no sólo está excesivamente grueso y torpón sino está hecho un reaccionario y un ariete contra el nacionalismo. Nunca mejor dicho que es un guerrista aventajado. De los de pasar el cepillo a todo lo vasco.
Perdido el poder por el PSOE en 1996 se ha convertido en una sombra de lo que fue. Sólo asiste a los actos, aplaude, y poco más, aunque ahora engrosa la peña de los antinacionalistas militantes, él, que se jactó de mantener hilo directo con el PNV mientras ahormaba con Guerra, Corcuera y Vera todas las combinaciones imaginables para acabar con ETA de una manera civilizada.
Pero ni él, ni Ramón Jáuregui, ni toda esa vieja guardia tienen vela en el actual entierro de ETA ya que el asunto lo lleva Zapatero personalmente cosa que nunca hizo González, y eso le mantiene bastante molesto.
En el último número de la revista EL SIGLO, donde escribe cada semana un artículo, Benegas nos hablaba del “neocarlismo” en respuesta a la declaración del lehendakari en el Aberri Eguna.
Decía así:
“Yo creía que en este nuevo período que vamos a vivir se trataba de aproximar posiciones para llegar a un gran acuerdo de convivencia, no de alejarnos más. Me temo que con el Sr. Ibarretxe no va a ser posible. De todas maneras insisto en que resulta aburrido pretender construir nuestro futuro desde posiciones neocarlistas. El proyecto del PNV se está quedando seriamente anticuado. Siempre más de lo mismo y siempre mirando al pasado. El neo lo utilizo porque el carlismo tradicional nunca fue independentista.”
“En este proceso de paz deberíamos por lo menos no mentir y contarnos a nosotros mismos la verdad, para a partir de ésta poder construir un futuro asentado en bases sólidas. No han existido derechos históricos del pueblo vasco. Los fueros que sirven de fundamento a los llamados derechos históricos eran provinciales. Por ello la Constitución hace referencia a los derechos históricos de los territorios forales. Las Vascongadas se convirtieron en unidad política por primera vez en octubre de 1936 con el Estatuto de Autonomía, por cierto concesión de Prieto para retener en el bando republicano al titubeante nacionalismo vasco. La denominación Euskadi la inventó Sabino Arana para englobar a las provincias vascongadas. F. García de Cortázar, en su Diccionario de Historia del País Vasco, señala las enormes diferencias de las instituciones forales de Navarra y las Vascongadas y añade: “Pero tampoco las de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava son equiparables. Es por ello necesario estudiarlas cuidadosamente”. Desde mi punto de vista, el derecho histórico más importante era de ámbito provincial, ya está actualizado y constitucionalizado: el Concierto Económico.”
Hasta aquí Benegas. No existen los derechos históricos. El nacionalismo vasco titubeó ante la sublevación militar. Prieto nos concedió graciosamente el estatuto y su referente de autoridad es García de Cortázar.
¿Qué queda del Benegas dialogante, el muñidor del Pacto de Madrid, y de los acuerdos PNV-PSOE? Nada.
No vale la pena discutir de nada con un personaje amargado. Tan solo recomendarle leer el libro “Constitucionalismo Útil” de Ernest Lluch y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón. Pero es perder el tiempo. Será mejor recomendarle un buen whisky.
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