El martes 30 de mayo en la sección “Cartas al Director” de El País apareció un escrito de Carlos Robles Piquer, cuñado de Manuel Fraga reivindicando para sí el viaje desde Nueva York del cuadro “Gernika” de Pablo Picasso. Al parecer a esta gente no le gusta nada que se atribuya este hecho al fallecido Javier Tusell.
A pesar de que le deseara a Tusell la paz eterna no quiere que nadie le atribuya aquel logro ya que Picasso dijo que el cuadro debería viajar cuando se instaurara nuevamente la República en el estado. A Picasso no le hubiera cabido en la cabeza el viaje de su cuadro bajo la jefatura del estado de un señor puesto ahí por Franco. Pero éstos negociadores cambiaron lo de “República” por Democracia y se lo llevaron a Madrid.
La carta aparecida de Robles Piquer no tiene desperdicio. Dice así:
“Me refiero al artículo de don Gabriel Giralt-Miracle sobre el último viaje del “Gernica”. Por orden del Presidente Suárez, tuve la honra de presidir una Comisión (muy efectiva aunque informal, porque no salió en el BOE) que gestionó la recuperación para España del Gernika de Picasso. Lo hice como Secretario de Estado de Asuntos Exteriores y me cupo la suerte de contar con dos colaboradores excepcionales: mis compañeros diplomáticos don Alberto Aza, que era director del Gabinete del Presidente, y don Rafael Fernández Quintanilla (que en paz descanse), que había dedicado años a ese esfuerzo y que luego relató en un buen libro la recuperación del cuadro.
Hube de hacer las dos gestiones esenciales: la primera, cerca de los herederos, en una reunión con su abogado francés M. Roland Dumas, luego ministro de Asuntos Exteriores, en la que mucho me ayudó el excelente embajador en París don Miguel Solano, que tampoco está ya entre nosotros: la segunda, con el director de MOMA neoyorquino donde estaba el cuadro, con la asistencia del cónsul general, don Rafael de los Casares. Pudimos convencer así, a familia y depositario, de que la voluntad de Picasso era la de que su cuadro viniera al Museo del Prado donde está y donde, en opinión de todos los expertos, debe permanecer sin riesgos de nuevos traslados.
He de añadir que don Javier Tusell (que en paz descanse) no fue, ni en menor grado, “el hombre que gestionó la recuperación del Gernica”, como se ha dicho en ésta y en otras ocasiones; y solo lo desmiento ahora ante la reiteración en el error porque Tusell no formó parte de aquella Comisión y su cargo de director general de Bellas Artes le llegó días antes de la instalación del cuadro en el Casón del Buen Retiro, parte del Prado. En resumen, nuestra Carrera Diplomática recobró el Gernica como era su obligación –Carlos Robles Piquer. Embajador de España.”
RESPONDE LA HIJA DE TUSELL
Al día siguiente en la misma página apareció esta puntualización de la hija de Tusell:
“He leído con perplejidad la carta de Carlos Robles Piquer publicada ayer en su diario en la que reescribía la historia del regreso a España del Gernica en 1981. No es cierto, como dice Robles Piquer, que a Javier Tusell “su cargo de director general de Bellas Artes le llegó días antes de la instalación del cuadro en el Casón del Buen Retiro”, pues mi padre fue nombrado director general de Bellas Artes en mayo de 1979, siendo ministro de Cultura Manuel Clavero Arévalo.
Si acudimos al libro “La odisea del Guernica” escrito por Rafael Fernández-Quintanilla –al que Robles Piquer aludía en su carta- se puede comprobar que la comisión a la que se refiere y de la que formó parte como secretario de Estado de Asuntos Exteriores fue creada tiempo después en julio de 1980. “La integraban”, escribe Fernández Quintanilla, “la presidencia del Gobierno, representada (como hasta entonces) por Alberto Aza; el Ministerio de Asuntos Exteriores, por su secretario de Estado, Carlos Robles, que la presidía, y el de Cultura, por el ministro Ricardo de la Cierva. La comisión delegaba sus funciones en el director general de Bellas Artes, Javier Tusell, y en mi persona, como embajador en misión especial”. Fernández Quintanilla se refería además, en la página 178, a una reunión convocada por Iñigo Cavero a la que asistieron, entre otros, tanto Robles Piquer como Javier Tusell, pero que el embajador Robles Piquer parece haber olvidado.
Ya ven. La carrera diplomática española “recobró” el Gernika, como si el Gernika hubiera sido robado por unos republicanos que lo encargaron para su Pabellón de París.
A Picasso, los alemanes en esta ciudad, cuando vieron su cuadro le preguntaron: “¿Quién ha hecho esto?”. “Ustedes” contestó el pintor.
A Carlos Robles, ministro de un gobierno no elegido y que se coloca semejante plumaje democrático habría que decirle que desgraciadamente Picasso pintó el cuadro “Gernika”, porque los franquistas, entre ellos los jefes de Robles Piquer destrozaron la Villa sagrada de los Vascos. Pero la transición española está llena de este tipo de cartas al director que son ilustrativas de una mentalidad.
He leído esta entrada de su blog buscando información en internet sobre Carlos Robles, ya que iba a asistir a una conferencia suya en la escuela de gobierno de Harvard sobre democracia esta semana. No tengo conocimiento de los hechos de recuperación del Guernica, así que de ese tema lamentablemente no puedo opinar. Sin embargo, me quedé perpleja al descubrir que este señor había desempeñado altos cargos en el Franquismo y a la fecha de hoy pretenda dar lecciones de democracia en Harvard (presumiblemente, cobrando). Me pregunté -¿Qué autoridad moral tiene un cargo del franquismo de dar lecciones sobre democracia?-. A mi modo de entender las cosas, es realmente bochornoso. Un saludo.
Publicado por: Laura | 11/12/2007 en 01:26 a.m.
Estoy buscando familiares del Pintor Francisco Tussell Coll.
[email protected]
Publicado por: marta miquel | 10/01/2008 en 12:11 p.m.
ME GUSTARÍA CONTACTAR CON ALGÚN FAMILIAR DE RAFAEL FERNÁNDEZ qUINTANILLA, PUES ESTOY ESTUDIANDO UNA GESTIÓN QUE HIZO, COMO AGREGADO CULTURAL EN PARÍS EN MARZO DE 1965,CON EL ARQUITECTO LE CORBUSIER.
MUCHAS GRACIAS
Publicado por: MIGUEL NAVARRO PEREZ | 08/04/2015 en 09:07 p.m.