La Audiencia Nacional ha rechazado esta semana el licenciamiento definitivo de José Antonio López Ruíz "Kubati", cuya salida de prisión estaba prevista para mañana lunes, ya que le aplica la "doctrina Parot" aprobada por el Tribunal Supremo.
El asesino de "Yoyes" ha cumplido 19 años y medio de cárcel y le faltan por cumplir algo más de diez para completar los 30 años que prevé la Ley de cumplimiento máximo. "Kubati" había conseguido redimir diez años de cárcel, en parte por estudios, y con las redenciones de condena que tenía aprobadas debía salir este lunes 24 de julio. Sin embargo, el órgano judicial ha comunicado al preso de ETA que debe volver a pedir su licenciamiento definitivo en base a la sentencia del Tribunal Supremo que, revisando el caso de Henry Parot, acordó que las redenciones de pena se aplicaran a cada una de las condenas que tenga el interno y no al cómputo de cumplimiento máximo que marca la Ley, que son 30 años. López Ruíz fue detenido el 11 de noviembre de 1987 en el interior de una cabina telefónica, en Tolosa, acusado de ser responsable del "Comando Goyerri Costa". Fue condenado a 1.076 años de cárcel, entre otros por el asesinato de Dolores González Katarain "Yoyes". Nació en Durango hace 51 años y su profesión era ajustador. En agosto de 1994, reconoció que el miedo le impedía manifestar públicamente su oposición a la "lucha armada", por temor a que le "metan un tiro". Sin embargo, días más tarde negó en una carta difundida a través de los medios de comunicación que él hubiera cuestionado la lucha armada, al mismo tiempo que arremetía contra el entonces consejero del Interior, Juan María Atutxa, el diputado del PNV, Iñaki Anasagasti, el portavoz del PP en el País Vasco, Gregorio Ordóñez, y el también entonces secretario general del PSE-EE, Ramón Jáuregui, a quienes se dirigió para comunicarles que no aceptaría ningún privilegio penitenciario. "No deseo ni vuestro perdón, ni vuestra comprensión, ni vuestros grados penitenciarios, ni el segundo, ni el tercero", sentenció en aquel momento. Bueno, pues él se lo perdió. No nos quiso entonces. ¿Lo querría ahora?
Que se pudra donde está hasta el último día que se pueda.. Escoria humana y desecho social.
Publicado por: Luca Antolini | 05/30/2011 en 06:01 a.m.