Es el título que le hemos puesto a un trabajo hecho por Don Manuel de Irujo y que abarca del 18 de julio de 1936, hace ahora setenta años, hasta la aprobación del primer estatuto vasco. En dicho texto Irujo con estilo muy ágil y directo narra aquellas terribles vivencias y se pregunta quien mandaba en aquel caos cuando con una pistola ametralladora le encañonaban porque deseaba salvar la vida del coronel Carrasco que se había sublevado en Loyola.
Presentaremos dicho libro en septiembre. De su texto entresaco dos definiciones clarísimas que nos da Irujo sobre su persona y Navarra. Son estas: "…soy hombre de formación liberal y cristiana, con anhelos de justicia social canalizada en la norma jurídica que sea contenido de un régimen de derecho con su expresión adecuada en las leyes. Por eso estoy formando parte de las filas republicanas y en lucha contra el encumbramiento de poderes personales significados en el pronunciamiento militar, gestor y base de rebeldía facciosa que intenta sustituir la democracia republicana por el despotismo, encuadrado dentro del fascismo internacional, negación exacta de los principios a que obedece mi ideario religioso, político y social…" "Navarra es la forma histórica de los vascos. Estos encuentran en la Monarquía-Pirenaica las instituciones, las gestas gloriosas, los blasones de triunfos pretéritos. Euzkadi es por el contrario, el producto de la concepción filosófica, del acto de voluntad de los vascos de construir su nación sobre las bases de su pueblo, su lengua, sus instituciones y su peculiar genio civil. Importa menos que el organismo estatal se llame Navarra, como la llamó Sancho el Mayor, o Euzkadi, según la concepción de Sabino Arana". "Ansiamos la libertad vasca, constituida al amparo de un organismo estatal con personalidad propia y los medios adecuados para labrar nuestra cultura y poder ofrecerla en colaboración con los restantes pueblos del mundo al acervo humano del progreso y del saber". Este era Don Manuel. Un político del PNV.
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