Estoy de nuevo aquí. Lo digo porque me he pasado una semana en los Estados Unidos formando parte de una delegación oficial del Senado que ha visitado Washington, Nueva York y Chicago. La presidía Javier Rojo, presidente del Senado y la componíamos los miembros de la Mesa, Lucas, Caneda y yo así como todos los portavoces parlamentarios entre los que se encontraba Joseba Zubia.
Salimos el domingo 16 de julio, día del Carmen. Zubia y yo nos incorporamos al resto de la delegación en Frankfurt. Le tuve que aguantar que prefería quedarse en Plentzia celebrando la fiesta marinera. Llevaba 5l años sin faltar y, para él, eso era lo más importante. Le dije que la podíamos celebrar en Washington con una hamburguesa pero dijo que no era lo mismo porque a eso se le unía el que no iba a estar en Aixerrota. De todas maneras le radiaron todos los sucedidos. Y es que los vascos, señores, somos así.... En Washington estuvimos dos días. Visitamos la OEA, un Instituto de Republicanos y Demócratas que alimentan al Congreso con informes sobre política exterior, participamos con presencia física en un pleno del Senado, comimos con un senador de la minoría hispana, Mel Martínez que había sido ministro del primer gobierno Bush, comimos con Rodrigo Rato que se portó muy fríamente con los suyos del PP, visitamos la Biblioteca del Congreso que es para quitar el hipo, pasamos un calor de muerte, cenamos en la embajada con Carlos Westerdop, nos quedamos mudos visitando el Museo de Arte, hablamos sobre el funcionamiento del Senado con el presidente pro tempore y nos fuimos a Nueva York sin haber podido estar con Argi Beristain que está tratando de montar un Centro Vasco en la capital federal norteamericana. En Nueva York la cosa fue de Naciones Unidas. La entrevista con Kofi Annan se chafó por la crisis del Libano y su viaje a San Petersburgo. No obstante hablamos con unos y con otros en aquella gran casa de cristal y desayunamos con Luis Foncillas, de Radio Euzkadi y con Olatz Arrieta, corresponsal de ETB. Dos buenos profesionales. Uno de Iruña y la otra de Astigarraga, aunque les encanta Nueva York. Olatz vino a la inauguración de una exposición en el Instituto Cervantes sobre los corresponsales extranjeros en la guerra civil. Allí estaba expuesta la primera página del New York Times del 26 de abril de 1937, sobre el Bombardeo de Gernika, con la firma de George Steer y la misma crónica, en la página 17, sin la firma del gran periodista Inglés. Inglaterra no quería alertar sobre la presencia alemana en la guerra en plena campaña de la "No Intervención" que fue una traición al gobierno de la República. Mantuvimos una reunión en la sede del BBVA, piso 49, con una vista impresionante ante el Central Park con empresarios del estado y vascos. Allí estaba Fagor haciéndose un hueco con su olla presto, así como empresas varias. Con un poco menos calor pero con un tormentón de campeonato, de esos huracanes de verano con viento, rayos y lluvia, salimos rumbo a Chicago para estar con su alcalde Daley y nos fuímos a otra reunión con empresarios, entre ellos, con el responsable de la oficina de la Spri, Aitor Sotes, quién contó lo que hacían por las Pymes vascas dejando a los demás, con la boca abierta. Muy bien. Y llegamos el lunes a las ocho de la mañana en vuelo directo. Tras dos horas esperando las maletas en el salón de autoridades, vaya fundamento, a casita, con muchas ganas de estar, como Zubia con El Carmen, en casa. Y aquí estoy de nuevo. Este viaje lo contaré en otra oportunidad, de forma más promenorizada.
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