Este artículo aparecido el jueves 17 de agosto en el diario El Nacional de Caracas, fué escrito por el Padre Luis Ugalde, rector de la Universidad Católica de Caracas, Bergarés, Euskaldun, hombre de izquierda, y persona que ocupa un lugra preminente como referente ética en la opinión pública venezolana. Este tipo de artículos son los que debería reproducir DEIA y no las mamarrachadas que nos está dedicando y que no sirven más que para desinformar al lector vasco.
Deseo dedicárselo al corresponsal del DEIA en La Habana, Joseba Macías, para que se vaya enterando de qué va la cosa, aunque sinceramente no tengo la menor esperanza de que un FiloCastristra se dé cuenta que aquel régimen es un fracaso de principio a fin.
Para Marx el socialismo es de abundancia y prosperidad y se construye sobre
el capitalismo más desa rrollado. Lenín, por el contrario, lo implantó en
uno de los países más atrasados de Europa. Al comienzo de los años treinta
las cifras de desarrollo de la Unión Soviética, frente a la Gran Depresión
capitalista de 1929, parecían darle la razón y que el socialismo servía para
salir de la pobreza y el subdesarrollo. Lo mismo pensaron Mao y su partido y
muchos partidos comunistas en África, Asia y América Latina. Todo esto ya es
pasado, pues ni Rusia y sus satélites, ni China son economías socialistas,
ni las añoran.
En Cuba medio siglo de poder absoluto de Castro y su partido no han
producido un aceptable desarrollo y bienestar económico; incluso hay graves
retrocesos en los últimos 15 años. Sin estímulos a la productividad y a la
iniciativa empresarial, sin libertades básicas, la economía cubana es un
fracaso estrepitoso que sobrevivió por el subsidio soviético y ahora por la
generosa ayuda de petrodólares venezolanos. Pero de modelo económico para
salir de la pobreza, nada. Hace unos 25 años un funcionario cubano me dijo
en La Habana, con confiada sinceridad, algo que no he olvidado: "Nosotros
supimos poner el primer piso de la Revolución, pero no sabemos cómo
construir el segundo". Luego de un cuarto de siglo en el poder no lograban
dejar atrás los espartanos racionamientos de comida, ni la penuria y la
pobreza. El primer piso se refería a la fuerza moral y a los logros de la
Revolución en el reparto de la riqueza que ya existía en Cuba y a la
construcción de sistemas de educación y de salud para todos. A pesar de
todas las contrariedades y bloqueos, los sistemas de educación, salud,
deporte, seguridad, eran mejores que en la mayoría de los países
latinoamericanos. Si en una segunda etapa una pujante economía hubiera
respaldado esos logros, acompañado de las libertades de salida y entrada, de
pensamiento, de inversión y tecnología con iniciativa privada para elevar la
productividad y medirse con los mejores como lo hacen en deporte... se
podría hablar de éxito socialista como futuro humano de justicia y de
libertad. Antes fracasó la economía colectivista estatal en el bloque
soviético y China. Aquellos se convirtieron en capitalistas y el partido
único comunista chino se convenció de que la productividad se eleva con
estímulos a la iniciativa privada, inversión, nacional e internacional, y
tecnología y competitividad que disputa los primeros puestos y se abrió
económicamente al capitalismo de punta. Pero mantiene el control político y
el poder. Por ahí van también los vietnamitas. Ni en Rusia, ni en China,
luego de medio siglo de indoctrinación exclusiva, apareció el "hombre nuevo"
libre de egoísmo, que sólo existe en los mitos comunistas. Cuba está en una
encrucijada. Hoy la miseria y las penurias son grandes y los controles
absolutos, pues el PartidoEstado es el único empleador, educador, pensador,
empresario, comunicador... La gente está vigilada y secuestrada por el
partido único y el gobierno pretende que sólo conozcan del mundo lo que la
censura del régimen considera aceptable. No es el horizonte de esperanza
social y libertaria, ni para Cuba, ni para ningún otro país. Hay que
reconocer que, más allá de las buenas intenciones, el régimen no logra
producir una sociedad más atractiva, pues su intento va "contra natura". Ni
lo ha logrado, ni lo logrará nunca.
La economía tiene un motor que (a pesar de las objeciones moralistas) se
mueve por el instinto humano de la búsqueda del interés propio, combinado
con la libre creatividad humana. El peligro capitalista (muy grave por
cierto) está en convertir a los seres humanos en simples factores económicos
y el interés de los más fuertes en suprema ley. Por eso la democracia social
desarrolla la autoridad pública con moral, con instituciones, que, con
sabiduría y solidaridad, encaucen la creatividad económica, combinando el
logro personal con el interés y el bienestar común.
Hoy la alternativa para el pueblo cubano es la dialogada apertura económica
y política, conservando los mejores logros, al tiempo que se oxigena el
ambiente con las libertades básicas y la creatividad plural. Las
revoluciones (la francesa, la rusa, la china...) tienen su etapa de grandes
utopías, de movilización y de heroísmos, luego descubren sus límites y sus
miserias y finalmente terminan devorándose a sí mismas. Toda revolución
tiene sus glorias y sus crímenes, sus genialidades y sus locuras. De la
Revolución Francesa se apoderó un emperador que agotó a su país llevando la
guerra a los confines de Europa hasta lograr la propia derrota; luego vino
la restauración de la desprestigiada monarquía tradicional. Así pasó con el
paraíso comunista en Rusia y China y ocurrirá en Cuba.
El empeño del Gobierno venezolano en meterse en esa trampa mortal es
simplemente un capricho reaccionario, y no querer aprender de la historia
del socialismo-comunista es una locura. El país necesita un cambio profundo
e inclusivo, no hacia el pasado, sino hacia el futuro. Con democracia social
pluralista, concentrada en la transformación del ingreso petrolero en
preparación humana, oportunidades y empleo productivo para toda la
población, con instituciones públicas serias y solidarias que combinan el
interés propio con la creación del bienestar colectivo de un desarrollo
humano superior.
El articulo plantea los males del regimen. La transicion es historia y su desarrollo es imprevisible. Estos dias estoy dandole vueltas a un tema a saber: el mercado negro como le llama el regimen, tiene ideologia y se hunde en las necesidades de la sociedad, una simple flexion del regimen nos dara la ola que vendra de Florida. Y esta sera a la inversa: competencia, deseo de progreso, ansia de ganar dinero y garantizar el futuro de tus hijos. Facil... deseos muy humanos. ¡saludos Iñaki!
Publicado por: juan re | 08/20/2006 en 12:34 p.m.