A continuación reproduzco la intervención de Juan Alberto Belloc que había sido en el gobierno anterior de Felipe González, Ministro de Justicia e Interior y que se expresó de la siguiente manera:
En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Belloch.
El señor BELLOCH JULBE: Muchas gracias, señor presidente.
En este trámite de fijación de posiciones, el Grupo Parlamentario Socialista va a tratar de hacerlo de manera esquemática y ajustándose en lo posible al breve tiempo. En primer lugar, aclaremos de una vez el tema del frentismo. Los socialistas no vamos a formar ningún frente antinacionalista con el Partido Popular, ninguno, por una razón muy sencilla: porque ese error ya lo han cometido los nacionalistas formando ese frente común. Nosotros no vamos a cometer el mismo porque un error no disuelve otro error, lo multiplica. Quede clara, pues, la posición del Grupo Parlamentario Socialista.
Por la voz de nuestro candidato a presidente del Gobierno y en nombre de todos los socialistas sí dijimos que estaremos junto al Gobierno en aquellos casos en que sus actuales socios parlamentarios pudieran demandarles contraprestaciones que desbordaran el marco constitucional o estatutario, o pudieran exigirle contraprestaciones que en términos de pedagogía política dieran el mensaje inadmisible de que la violencia o su cese tiene premio y no precio.
Nosotros, en definitiva —pueden estar tranquilos quienes quizá no hayan entendido inicialmente nuestra posición— tampoco pretendemos —por cierto no están aquí— que el PNV deje de apoyar al Gobierno. No pretendemos poner en cuestión la gobernabilidad, en absoluto; lo que sí nos gustaría es que ese apoyo parlamentario se tradujera, como se tradujo en todos los anteriores gobiernos socialistas presididos por Felipe González, en reforzar la unidad de los demócratas y no en consolidar su fractura. Ésa es nuestra posición. (Aplausos.)
En segundo lugar ¿cuál es el marco político adecuado en el que nos queremos mover? Se ha dicho, y compartimos esa opinión, que no hay otra posible que los pactos de Ajuria Enea, de Navarra, que frecuentemente se olvida —nosotros no— y de Madrid. En ese marco es en el que deberemos estudiar todos juntos si se dan las condiciones allí previstas para abrir vías de diálogo o para modificar consensuadamente las líneas de política general.
Señor Piqué, lo hemos dicho quizá demasiado y a veces sin que se llegue a entender, y hemos garantizado al Gobierno nuestra lealtad para que el orden constitucional se preserve. Eso no significa que estemos de acuerdo, ni mucho menos, con la política autonómica que vienen ustedes realizando a lo largo de esta legislatura.
Ustedes la pactaron exclusivamente con los nacionalistas, y está bien pactar con los nacionalistas, lo que no está bien es pactarla contra los socialistas. ¿Qué ha pasado en dos años, señor portavoz del Gobierno, para que lo que no ocurrió durante todos los gobiernos socialistas presididos por Felipe González, ahora haya ocurrido? ¿No deberían revisar su política? ¿Cómo es posible, por ejemplo, señor representante de Convergencia i Unió
Los socialistas queremos que ese discurso de firmeza lo haga suyo, lo diga y lo practique el Gobierno. No basta, sin embargo, con el discurso de firmeza, en eso compartimos el criterio que se ha manifestado por otros grupos parlamentarios; es necesario además hacer todo lo posible para que el proceso de fin de la violencia terrorista termine. Es necesario actuar activamente, y en ese sentido en efecto sostenemos, como S.S. sabe, que hay que modificar algunas actitudes actuales en materia de política penitenciaria.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Señor Belloch, le ruego concluya.
El señor BELLOCH JULBE: Muchas gracias, voy concluyendo. En definitiva, en un momento determinado su Gobierno suspendió, salvo algún caso excepcional y por circunstancias dramáticas que comprendimos hasta el punto de que no hicimos nunca una crítica pública, las medidas que hasta ese momento se adoptaban sobre reinserción individualizada de presos. Esas circunstancias se han modificado y creemos que el Gobierno debe levantar el pie del pedal de freno, simplemente debe practicar las políticas de reinserción individual que se practicaron en los anteriores gobiernos socialistas y que también se practicó al menos en el primer año de la legislatura del actual Gobierno. Es necesario no sólo porque sea un gesto simbólico, sino porque resulta el acuse de recibo razonable, prudente y sensato ante la manifestación de tregua de que va a dejar de asesinar.
Por último, en torno al debate constitucional, y con esto acabo señor presidente, sólo quiero decir algunas cosas que nos parecen evidentes. Los socialistas no estamos a la defensiva cuando se habla sobre la procedencia o improcedencia de reformar el modelo constitucional; simplemente tenemos algunas ideas claras y creemos que nuestra obligación es manifestarlas. Entre ellas la primera, que por cierto parece que va prosperando, es que no se puede mezclar temporal ni políticamente el cese de la violencia terrorista con las aspiraciones que puedan tener determinadas opciones nacionalistas. Pero no basta con eso.
En segundo lugar, tenemos claro que no es posible cambiar las reglas del juego por elementales exigencias de principio democrático. Por decirlo más claro, no se puede modificar la Constitución más que con arreglo a los métodos, formas y procedimientos que la propia Constitución
En tercer lugar, tenemos claro que no es posible dialogar cuando algunos, muchos ciudadanos, seguimos teniendo el riesgo de que nos peguen un tiro en la nuca. No
Finalmente, está claro que si ese marco de libertad existiera podríamos confrontar con toda calma y serenidad nuestro respectivos modelos de Estado-nación y les aseguro que los socialistas tenemos claro el modelo de Estado-nación que queremos para este final de milenio en el proceso de la integración europea, que principios como cohesión, subsidiariedad van a jugar un papel claro a la hora de definir nuestro modelo, pero sólo estamos dispuestos a confrontar nuestro modelo con el modelo nacionalista en ese clima de libertad, no antes. Muchas gracias. (Prolongados aplausos.)
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