Sara Baras es una bailaora gaditana de flamenco a la que le han hecho una entrevista en la que, entre otras cosas, ha reivindicado la gitana de encima de la tele que al parecer puede desaparecer con las nuevas televisiones de plasma. Seguramente unos la quitarán por falta de sitio y quizás otros porque desentone frente al bendito plasma.
Pero a quien no le van a quitar del PP, aunque desentone para la democracia, es al inefable Ignacio Astarloa Huarte Mendicoa, ex letrado mayor del Parlamento Vasco, ex letrado mayor del Congreso de los Diputados y uno de esos peligrosos meritorios que hacen cada día su mala acción política, al revés de los boys scouts, para hacerse grato de los Acebes, Zaplana, Aznar y compañía. Hablando este lunes en La Diada con quien fuera Letrado Mayor del Parlamento catalán este me dijo que no reconocía en el actual Astarloa al que conoció siendo Letrado Mayor del Parlamento Vasco. “Es el reverso de la moneda. De una persona colaboradora se ha convertido en un tipo nefasto que ejerce notable influencia en los letrados de las Cortes hasta el punto que perturbó incluso toda la negociación estatutaria catalana. Y no digamos con el llamado Plan Ibarretxe y, como conoce el funcionamiento autonómico, aplica, todo su saber en perturbarlo. Es increíble lo que ha ocurrido con este personaje” me decía sin que le hubiera preguntado nada.
No sé si le vieron ustedes llegar el viernes a la sala de prensa del PP. Era la viva expresión del chulo de barrio, del perdonavidas, del ser superior que se digna hablar con los mortales. Tras sentarse comenzó a desbarrar a cuenta de la noticia dada tras el Consejo de Ministros de que se había producido una reestructuración en el Ministerio del Interior y por tanto se creaba un mando único de Policía y Guardia Civil recayendo en Joan Mesquida ésta responsabilidad en la que se hace cargo de 123.000 agentes. Rubalcaba argumentó que esta reestructuración estaba prometida en el programa del PSOE ante la necesidad de evitar duplicidades. Por otra parte existen nuevos retos como es la inmigración ilegal y la creación de Brigadas especializadas en la lucha contra la corrupción urbanística como instrumentos de apoyo a las fiscalías, que aconsejaban esta necesaria coordinación.
Pues nada. El tal Astarloa que cuando ocurrió el atentado del 11 de marzo de 2004 estaba en Bilbao haciendo su campaña electoral personal y no se enteró absolutamente de nada siendo secretario de estado, puso en la citada rueda de prensa, el grito en el cielo.
Dijo que era “un escándalo mayúsculo y un golpe de mano monstruoso al modelo policial español hecho de forma unilateral, con alevosía y nocturnidad”. La razón de fondo de semejante reproche político es que Astarloa y gente como él temen una futura desmilitarización de la Guardia Civil e incluso ya en su paroxismo que un cuerpo tan identificativo con lo español pudiera desaparecer.
Astarloa, vuelvo a decir, que ni se enteró del 11-M y que con Acebes manipuló la información diciendo que había sido ETA, dice ahora que esta remodelación pretende acabar con todos los responsables de la investigación del 11-M en la que el PP sigue insistiendo que no fue el terrorismo islámico sino ETA.
Para mi este Astarloa es el ejemplo clásico del camaleón, del meritorio, del hombre que por medrar se pone cualquier disfraz, porque, no sé que pinta el hijo de un profesor de euskera del batzoki de Madrid estar tan preocupado porque un partido lleve a cabo lo prometido en una campaña electoral mientras los cayucos siguen llegando y los grandes constructores siguen haciendo de las suyas.
Esto ocurre porque Astarloa es uno de los grandes sinvergüenzas de la política española actual.
En el 18 brumario de Luís Bonaparte, Marx escribió que los grandes hechos de la historia ocurren dos veces, una como tragedia y otra como farsa. Astarloa es el ejemplo.
zorionak Iñaki eres la hostia,pones a cada uno en su sitio.xabier.aurrera.
Publicado por: xabier celada villa | 09/13/2006 en 10:01 a.m.