PUIGCERCÓS ME DEVUELVE EL CUMPLIDO

Escuchaba el lunes el informativo de la una de Radio Euzkadi. La primera noticia fue sobre el calentamiento de la tierra y de sus graves repercusiones en el futuro. La quinta noticia, la reflexiones de Maite Etxaniz, alcaldesa de Zarautz sobre el hecho grave, gravísimo, de que en la Herriko Taberna de su pueblo se encontraran listas con datos de concejales del PNV-EA y de siete policias municipales. Indudablemente no para felicitarles sus cumpleaños.

Desgraciadamente no fue la primera noticia de ese informativo el que una alcaldesa criticara el doble juego de la izquierda radical vasca por lo que los que allí escuchábamos aquello comparamos con la de veces que ruedas de prensa insustanciales de Otegi y Permach habían abierto informativos en los que estos personajes critican todo y a todos y sin embargo a una alcaldesa democrática y amenazada no se le ofrecía, en un medio público, semejante altavoz para la denuncia. Sí lo hizo ETB al mediodía y a la noche. ¡Menos mal!

Es la banalización del mal y el echar una manita a los amigos de Batasuna ante una noticia tan grave con la particularidad de que es en los informativos en donde la pedagogía política, moral o cívica se hace, buena o mala, e influye en los valores de la gente.

Dicho esto, paso a la entrevista de Joan Puigcercós, Secretario General de ERC, el lunes en Deia.

Puigcercós cuando llegó al Congreso a Madrid era un tipo llano, independentista, con sentido del humor y muy agradable. Su mujer había aprendido euskera y con él nos los pasábamos muy bien. Le invitamos a un “Alderdi Eguna” y no fue porque los dirigentes de EA le dijeron que no lo hiciera. Querían la marca ERC exclusivamente unida a EA. Lo mismo me pasó con una carta abierta que íbamos a mandarle los dos a Miquel Roca que andaba por ahí promocionando la Constitución de 1978. La diputada Lasagabaster se lo impidió. Estaba solo en el Grupo Mixto y coincidíamos políticamente en casi todo.

Eso fue en la anterior legislatura. En esta, ya con grupo Parlamentario propio, no con EA a pesar de haberlo intentado los de Lasagabaster, y con pactos con el PSOE, el hombre se emborrachó de sus diez minutos de gloria y cambió no solo de talante sino de modos de actuar. Le gustó el jamón jabugo de la popularidad y sobre todo salir en la tele condicionando políticamente a Zapatero y aquel Puigcercós de buen rollito comenzó dejando las camisas grises y las horribles corbatas amarillas y terminó pidiéndole una entrevista pública por favor a Rubalcaba cuando ERC rompió con el PSC y con Maragall al propiciar el voto negativo al Estatut.

Y como esto lo he escrito, al parecer le ha llegado a sus oídos con lo que ha tratado de devolverme la amabilidad con un comentario punzante, cosa que me importa un pito. 

Lo malo es que miente en la entrevista que el lunes 30 de octubre le hiciera Albert Saura en Barcelona y que llevaba el ruidoso titular  de “La sumisión de los Diputados del PSC en Madrid es un obstáculo para repetir el Tripartito”. Eso se lo podrá decir a este periodista que no sabe quien es Puigcercós. No a nosotros pues si alguien quiere repetir el Tripartito es Puigcercós y quien más ha hecho de alfombra en Madrid para el PSOE estos dos años, ha sido Puigcercós. ¿Qué pasó con los papeles y documentos vascos robados y que están en Salamanca? ¿Por qué llamaron a Zapatero al balcón de la Generalitat? ¿Alguien se imagina algo así en Ajuria Enea?

Lo malo es que Deia es ahora un periódico “independiente”. Cuando no lo era, y en este tipo de entrevistas, al periodista se le podría ilustrar quien era de verdad un personaje como Puigcercós para que no le sorprendieran en su buena fe, y estas cosas no ocurrían.

En dicha entrevista la dirección de Deia ha considerado de interés sacar un ladillo en letra grande con lo siguiente: “Montilla. Yo no le preguntaré jamás a un dirigente del PNV si habla euskera o no. Anasagasti ni lo sabe ni lo ha aprendido nunca, pero eso no le invalida para ser dirigente nacionalista”. Eskerrik asko.

Obsérvese el ejemplo que pone. “Anasagasti”. Podía haber puesto el de Begoña Lasagabaster, diputada de EA o José Ramón Urrutia, Senador de EA. Pues no. Me pone a mí y Deia lo amplifica.

Si en su día dije aquello de “loro viejo no aprende a hablar”, que es una expresión coloquial venezolana no agresiva, lo sigo manteniendo pero puntualizando que la prueba del algodón de estas cosas es si uno no sabe euskera, pero si envía a sus hijos a una ikastola del modelo D o no. Pues yo lo hago. Mis hijos saben euskera.

¿Y yo?

Mi ama sabe un euskera precioso, gipuzkoano, y estoy seguro que de no haber nacido en Venezuela hoy, yo lo sabría. Pero…

De todas formas entre lo que escuché en casa a mi ama y a mis aitonas; en el caserio “Ondalde” de Aizarnazabal donde me llevaron mi aitas, en Arantzazu, con D. Nemesio Etxaniz en los Marianistas, en la Academia de Ulibarri y hasta en Sabin Etxea, algo se. Lo suficiente para que no me den gato por liebre. Sobre todo los de ERC, y sobre todo mi amigo Puigcercós. El amigo de Begoña Lasagabaster. El que está como loco por pactar con el PSOE.

Comments

[Publicado por: Jm]

Lo del loro viejo fue inpresentable.

y hace geta decir que con mandar tus hijos al modelo D esta todo hecho. (Ademas de que, en muchos casos, segun dice Kontseilua, los chavales del modelo D salen de la escuela sin un nivel digno)

¿No has podido aprender euskera en toda tu vida? (como ha hecho, por otra parte, tanta gente no nacionalista, e incluso Madrazo, Lopez e Iturgaiz?)

Vaya geta.

p.s. Por cierto, que opinas de que tu partido se pase por el arco del triunfo su propio plan linguistico en el que se dice (entre otras cosas) que todos los candidatos a alcalde de capital han de ser euskaldunes?
¿Iñaki Azkuna lo es?

[Publicado por: vasco (de raza)]

¿Cuando el PNV va a expulsar a sus militantes que no acrediten perfil linguistico?

PNV, dejaz de exigirnos a los vascos cosas que ni vosotros sabeis.

Dejaz de juzgarnos a los vascos constantemente y de establecer que es lo normal que hagamos los vascos y que no según vosotros.

Tengo otras cosas más importantes en la cabeza que satisfacer los gustos del político de turno, por mucho que estos se clasifiquen a si mismos de "verdaderos vascos".