Xosé Manuel Beiras fue un líder galleguista, del partido de Castelao. Con él mantuvimos una buena relación. Su hijo, Xosé Manuel, anduvo por el socialismo y terminó siendo el alma del Bloque Nacionalista Galego. Su inconfundible aspecto físico, sus blancas vestimentas, su verbo encendido, sus zapatazos en el escaño, el llamarle a Fraga fascista a la cara, su indudable atractivo ante la juventud gallega logró colocar al BNG en la veintena de parlamentarios.
Con él pusimos en marcha nuevamente Galeuska y es nuestro socio en esta plataforma. Tiene por el PNV un gran respeto. Venía siempre a los Alderdis. Él y su esposa Auritxu eran clásicos en los actos del Partido.
Pero un hombre de estas características tiene muchísima gente a favor, y mucha en contra porque no deja indiferente a nadie. La lástima es que estas personalidades atractivas y entrañables encuentren dificultades a la hora de hacer internamente las transiciones políticas de formal normal, de tal forma que la estructura del BNG, muy asamblearia, no lo eligió como portavoz y él no admitió formar parte de las listas. Hoy con Anxo Quintana como vicepresidente de la Xunta, ha vuelto a la ejecutiva con peso propio.
Y es que el pasado 3 de diciembre, en Santiago de Compostela, con menos apoyos, y el padre en casa, Anxo Quintana, fue reelegido por la XII Asamblea Nacional del BNG como portavoz nacional por tres años más, a pesar de que sufrió un duro varapalo en su margen interno de maniobra después de que su candidatura obtuviera el 62 % de los votos de la base de la militancia. Y ante la unidad de las corrientes opositoras para presentar una lista alternativa a la Ejecutiva, Quintana se vio forzado a ofrecerle a los críticos cinco asientos en la nueva cúpula nacionalista en un controvertido acuerdo de integración.
En las votaciones para conformar el Consello Nacional del BNG, el máximo órgano de decisión de la formación entre Asambleas, la candidatura de Quintana obtuvo el 62,57% del total, frente a más del 37% que obtuvieron las tres listas opositoras: el Encontro Irmandiño liderado por Xosé Manuel Beiras, A Alternativa y el radical Movemento pola Base.
El amago de coalición de las corrientes opositoras se fraguó a primera hora de la tarde pese a las reticencias matinales del Movemento pola Base, este colectivo acabó por ceder uno de sus puestos en el Consello Nacional a «beiristas» y A Alternativa para que éstos alcanzaran así los 15 miembros necesarios para presentar lista alternativa a la Ejecutiva
Antes del acuerdo final, Quintana, el político de Allariz intentó una maniobra en el último momento para integrar en una lista única a la Ejecutiva a los movimientos opositores, pero con condiciones. Quintana propuso incluir en su candidatura a las tres corrientes críticas, pero vetando a dirigentes históricos como Mario López Rico y Xosé Manuel Beiras, lo que provocó el airado rechazo de los críticos y la amenaza de la lista alternativa.
Ante las acusaciones de «intransigencia», Quintana convocó a sus afines en una reunión de urgencia y, ante la amenaza de ruptura interna, les comunicó su decisión de aglutinar a la oposición en la Ejecutiva, sin ninguna reserva. Así, el reelegido portavoz nacional ofreció tres puestos a los «beiristas» que coparon el propio Beiras, Mario López Rico y Cristina Amor y dos a A Alternativa Rosario Fernández Velho y Amada Traba, después de que el Movemento pola Base rehusara formar parte de la misma. De ese modo, los dos nombres propios de A Alternativa, Camilo Nogueira y Alberte Xullo Rodríguez Feixoo quedaron fuera.
Los restantes diez asientos de la Ejecutiva quedarían para los suyos: por la UPG, Francisco Rodríguez, Ana Belén Pontón, Francisco Jorquera y Alberto Ensede; Roberto Mera ocupó plaza por los Non Adscritos; mientras que Anxela Bugallo, Clara Millán, Rosana Pérez y María Xosé Bravo representarán a los sectores más próximos a Anxo Quintana, también incluido.
El nacionalismo pide el huso horario de Portugal
Dentro del trabajo de las comisiones de la Asamblea, los militantes aprobaron una enmienda para que el BNG inste a la Xunta “a adaptar el huso horario gallego a su hora natural, la misma que Portugal, Reino Unido y Canarias”. Hecho diferencial a tope. No obstante, la enmienda más polémica fue la referida al cambio en el modelo organizativo, impulsada por el propio Anxo Quintana, de modo que el Bloque renuncia a su modelo asambleario fundacional para, de ahora en adelante, seguir la fórmula de representación por delegados. El rechazo a este cambio fue una de las bazas esgrimidas por los sectores más críticos.
Veremos como funciona ahora esta complicada convivencia.
Todavía recuerdo hoy el día en el que Beiras me dijo aquello de "Te aseguro que quedan más seguidores de Jose Antonio en el PSOE que de Sabino en el PNV"...es buena gente, da gusto tener una charla con él, la verdad.
Publicado por: Andrés Milleiro | 12/25/2006 en 12:37 p.m.
Há mais dun erro no texto... mais terá que descubri-lo vostede. :)
Publicado por: airadasenra | 12/30/2006 en 11:57 a.m.