La fuerza del PNV es la fuerza de su trayectoria, de su ideología y de su gestión. Esa parte que nos dice que el ciudadano vasco vive mejor está oculta por la matraca de que todo debe girar alrededor del proceso. Como esos partidos no son fuertes en la gestión, sin olvidar que detrás de cada gestión hay una apuesta ideológica, ponen el balón en el punto de penalty del llamado proceso para que los éxitos no le sean atribuidos a un PNV que es ninguneado informativamente hablando.
Mientras Batasuna está en campaña encubierta a cuenta de sus elucubraciones aquí, ni en el gobierno, ni en general se destaca que hay más afiliados a la Seguridad Social que nunca, o que los bilbaínos tienen una renta personal por encima de la media de la CAV, o que el gasto por importación de carburantes creció en la CAV un 54% respecto a 2005, o que el nivel de ocupación de las personas de la CAV con estudios universitarios ha crecido un 20% en cinco años, o que el ligero descenso del paro en la CAV contrasta con la subida en el estado, o que Iberdrola ha invertido cerca de mil millones de euros en la CAV entre 2002 y 2006, o que la producción industrial en la CAV creció un 4,7%, o que la BBK abre oficinas en Murcia y Cádiz, o que la población euskaldun de Bilbao se ha duplicado en los últimos quince años, o que Txabarri se precia de dejar la Diputación con un presupuesto 2,5 veces superior al que heredó, que el Gobierno Vasco aprueba su presupuesto más expansivo con un incremento del 14,7% o que la industria naval vasca creció un 15% pese al retraso en la privatización de la Naval y que en el último puente festivo deja los mayores niveles de ocupación hotelera de los últimos años.
O que la Spri y las Universidades firmaran un convenio para ayuda a los emprendedores destinando 500.000 euros a tal efecto, o que el Consejero de Pesca, Samaniego asistirá al Consejo de Ministros de la UE que decide las cuotas de 2007, o que el Instituto de Investigación Agraria Vasca se une a Tecnalia, o que la BBK se consolida como el primer accionista de Iberdrola con el 10%, o que Adegi señala que el 85% de los alumnos de master de Dirección de Recursos Humanos logra empleo, o que el Gobierno Vasco compromete 4,5 millones para el Consorcio del Centro de Gran Ciencia.
Oiga. Que estas cosas son demasiado importantes para dejarlas en el olvido o sin la dimensión informativa adecuada. Y sin embargo ocurre. La última imbecilidad de quienes sólo se miran al ombligo y sólo hablan de sus cosas y de sus angustias tiene mil veces más importancia que todo esto que es vital para la mayoría de los ciudadanos vascos. Pero el problema es que no hay un periodismo vasco serio. Hay otra cosa y contratos a 600 euros. Esa es la tragedia de nuestro país. Un país que marcha. Pero que la gente no sabe que marcha.
Frente a esto, ¿qué tenemos?
Pues que ETA acaba de decir en su último Zutabe que “Euzkadi no está en situación de paz, por la violencia del Estado” mientras arremete contra el PNV al que acusa “de identificar paz con apagar la defensa de Euskal Herria”. En su último número ETA califica “a la Ertzaintza como el brazo armado del PNV” y señala que uno de los principales obstáculos para desarrollar un proceso democrático está en la actitud avara de los dirigentes nacionalistas. El mismo rollo siniestro de siempre.
El contraste es claro. Sin embargo hay gentes que se empeñan en dedicarles toda la atención a la información que produce este submundo que se lleva todo el interés mientras se minimiza que este país marcha. Una desgracia.
Lo malo es que el ciudadano vota lo que ve.
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