ES AQUEL QUE TRANSFORMA situaciones negativas, en positivas. Con sus acciones positivas se aleja de la negatividad. Por lo tanto, todos podemos ser líderes para el respeto de los derechos humanos, el cuidado de la naturaleza y la prosperidad.
EN NUESTRA SOCIEDAD, tendemos a ver a un líder como una persona bien relacionada, poderosa, carismática o rica. Lo juzgamos, erróneamente, por lo que tiene. Pero, un verdadero líder debe ser juzgado por lo que no tiene: egoísmo, arrogancia, interés personal... El liderazgo no es poder y dominio... ¡es servir con alegría! Esto no significa que el líder sea débil; obtiene su gran fuerza en su compromiso para alcanzar su misión. Un verdadero líder, con su ejemplo, saca a la gente de la desesperación y la confusión. Un líder, un político serio, tiene que saber lo que quiere la gente y sumar. Y sobre todo no ser envidioso ante los éxitos de sus compañeros. Pero para eso hace falta ser líder. No un autista rodeado de incondicionales.
Les enseña a tener visión (sueño en acción). A liberar al mundo de las guerras, del odio, de la ignorancia, de la vulgaridad. A borrar las fronteras que separan de una raza, creencia o riqueza. A fomentar la prosperidad. A lograr que su territorio prospere. A tratar a la gente como adultos y no como penadas de su cortijo.
ES IMPORTANTE distinguir entre el liderazgo y la demagogia. Un demagogo puede inspirar a la gente, pero sus motivos son impuros y sus expectativas sin visión. Un líder virtuoso y positivo es seguido naturalmente: quiere enseñar a otros a ser líderes; transforma, no busca dominio; quiere la verdad; no despoja a nadie de su autonomía, ni le falta al respeto a su trayectoria y a lo que ha hecho, su inspiración es por amor, no por coerción, de modo que un líder debe ser muchas cosas: altruista, visionario, valiente y sobre todo humilde. Cada uno de nosotros ha recibido talentos y capacidad para desarrollarlos. Tenemos la elección de usarlos con egoísmo o de compartirlos. Por lo tanto, todo lo que hemos aprendido y recibido, es para compartirlo con otros. Siempre tenemos la oportunidad para ayudar al prójimo; cuando alguien se está ahogando, no se toma un curso de salvavidas, sino que... saltamos al agua y salvamos una vida. Y no cambiaríamos de caballo en mitad del río solo para buscar morroys sumisos.
En conclusión, un líder virtuoso crea a otro y otro, ad infinitum, así como la llama de una vela enciende otra y otra, para que la oscuridad, antes impenetrable, se vuelva una luz brillante.
Pero para eso hace falta ser un líder. No una persona acomplejada y negativa. El liderazgo es otra cosa. Es grandeza, es generosidad y es ver lejos.
Hola de nuevo, no iba hacer ningún comentario pero a esto me sumo.
Que razón tienes Iñaki!! Lo malo es que esa raza de líderes que describes, se están extinguiendo. Espero que muchos de tu partido tomen nota de ello.
Publicado por: Nuria | 01/07/2007 en 10:01 a.m.
Ah por cierto, SE ME HABÍA PASADO!! ¿pERO YA SE TOMA EN SERIO LA PALABRA COMPROMISO, NUESTROS LÍDERES? UY QUE BROMAAAAAAAAAAAAAA!!!
Publicado por: Nuria | 01/07/2007 en 01:22 p.m.