El miércoles 24, en el antiguo Mercado de Bilbao, la Fundación Ramón Rubial que preside su hija, la senadora Lentxu Rubial, organizó la primera edición de los Premios Ramón Rubial. El formato, muy parecido a los de la Fundación Sabino Arana, estuvo bien.
Esta Fundación había enviado invitaciones a mucha gente pero salvo la secretaria del EBB, Josune Ariztondo, el director general de EITB, la presidenta del Athletic, el alcalde Azkuna, la consejera Azkarate, la directora de la Fundación Sabino Arana la parlamentaria Covadonga Solaguren, José Luís Sabas, el presidente de Euskaltzaindia, no vi a nadie más de nuestro mundo nacionalista. Mucho menos que eso hacen los socialistas invitados a los premios de la Fundación Sabino Arana.
Anoto el dato porque lo cortés no quita lo valiente y creo que hay que apoyar este tipo de actos que reconoce el esfuerzo, méritos y acciones de personas y colectivos.
La presencia del euskera fue correcta tanto en la presentación de Iratxe Fresneda como en los paneles y videos así como en el acto en general. El PSE avanza y se mimetiza con la sociedad a la que sirve. Y eso tampoco está nada mal.
Desfiló el representante del colectivo “Medicus Mundi” Jose Julio Pardo que recibió el premio a la entidad vasca del año. La creación cultural fue a la “Oreja de Van Gogh” y allí subieron al escenario Amaya Montero y sus muchachos, Pablo el hijo de Benegas entre ellos, a los que saludé posteriormente con simpatía. El embajador de Chile, Oswaldo Puccio, un socialista que fue torturado bajo la dictadura de Pinochet recibió el premio a la defensa de la democracia y de la libertad, para la presidenta de su país Michele Bachelet y cerró el acto, el premio a la defensa de los valores socialistas, Maria Teresa Fernández de la Vega, quien nos saludó con efusividad y que tuvo un discurso muy medido y de actualidad. Maria Teresa, cuando fue la secretaria de estado de Justicia con Belloch fue la encargada de tramitar que un cuadro de Don Manuel de Irujo, colgara de este ministerio.
El acto fue muy socialista y para los socialistas que estaban allí entusiasmados, alcaldes, parlamentarios y dirigentes, pero hay que decir que estuvo equilibrado y salvo el meneo que le metió la vicepresidenta al PP, la cosa estuvo respetuosa.
El domingo tendremos la entrega de los premios de la Fundación sabino Arana que los creamos en mi casa Koldo Mediavilla e Iñigo Camino allá por los años ochenta y que han adquirido poso y bien hacer. Comparativamente con los de la nonata Ramón Rubial podemos decir que el acto es más consistente y los premios más abiertos, pero no critico a la Fundación Rubial en esta primera edición que si sigue así irá consolidándose y adquiriendo perfil propio.
Además sigue estando claro que honrar, honra.
Comentarios