Sigamos recordando lo que fue el periodo 200-2004. Ante cualquier cosa que decíamos para protestar bajo la mayoría absoluta de Aznar se nos acusaba de ser los abogados defensores de una Batasuna, Euskal Herritarrok o AUB que por otra parte nos acusaba a su vez exactamente de lo mismo. Esa unanimidad en la crítica nos decía que estábamos en el buen camino democrático, difícil de explicar y de entender en un mundo de consignas, pero que si se hurgaba un poco podían verse las verrugas del proceso.