El P. Luis Ugalde, natural de Bergara, es el Rector de la Universidad Católica de Caracas.
"Chávez ha decidido imponer una nueva Constitución (acabando con la bolivariana) para llevarnos forzados a una sociedad totalitaria que la mayoría de los venezolanos rechaza. Este cambio es ilegal e ilegítimo sin Asamblea Constituyente. Lo decidido por él, -en Diciembre lo atribuirá al pueblo soberano.
En su campaña usa y abusa de todo el poder del Gobierno y cuenta con la obligada partidización del Plan República y con un Consejo Nacional Electoral sumiso, puesto para servir el resultado ordenado. ¿Algún rector del CNE se engañará pensando que ellos pueden obligar a Chávez a respetar la legalidad electoral? La nueva constitución es una locura, la sociedad cubanoide que se quiere implantar una desgracia nacional, y el procedimiento para imponerla totalmente antidemocrático. La Conferencia Episcopal ha hablado valiente y claramente sobre la inmoralidad del proceso para imponer un totalitarismo personalista.
¿Qué posibilidades le quedan a la mayoría democrática de diversas tendencias para impedir esa constitución dictatorial y el socialismo estatista? Las posibilidades son buenas, siempre que los demócratas trabajen en lo fundamental, se liberen de sus pequeñeces y sean capaces de sumar las diversas expresiones de rechazo contra este atentado anticonstitucional.
Lo primero es informar a todos y por todos los medios durante 40 días sobre las amenazas concretas que entraña la nueva carta magna.
Lo segundo es aceptar que, guste o no, el día del referéndum el rechazo se expresará de dos maneras, ambas con fuertes razones y motivos: por la abstención y por el no. No será posible acordar una única forma de rechazo. Millones (opositores y chavistas) lo harán con la abstención y otros millones con el voto por el no. Ambas formas de rechazo sumarán más de 70% (ya 60% sería un triunfo) y dejarán en evidencia que, con minoría de 30%, el Gobierno quiere imponer como obligación constitucional un régimen autoritario y un modo de vida rechazado.
Como me decía un amigo, "el día después" ha sido desde 1998 el punto más débil de los demócratas opositores. En cada elección, los candidatos y los líderes se desaparecieron en la tarde de los votos y se desbandaron al día siguiente. Políticamente no hubo "día después" opositor. Ahora es imprescindible para verse y contarse como mayoría e impedir la imposición de la constitución antidemocrática y el "socialismo" de hambre, sin justicia ni libertad. Para ello se requieren dos cosas: que la abstención y el voto negativo desde ahora se acepten mutuamente (aunque no se gusten) y se sumen como dos formas complementarias del mismo rechazo. Hay que prever y preparar el "día después".
Desde la noche del referéndum, la mayoría del país tiene que sentirse como tal y ser capaz de celebrar que el apoyo a la nueva constitución autoritaria haya quedado en franca minoría. Hay que prepararse desde ahora para convertir ese rechazo mayoritario en actividad política y evitar que se aplique un régimen que reduzca los derechos humanos y elimine la democracia pluralista. Esto requiere una voz y una dirección que, antes y después, explique e interprete los hechos ante el país y el mundo.
Al presidente Chávez le queda un quinquenio entero de gobierno hasta el 2013, Probablemente ante la derrota real autoproclamará su triunfo. El año 2008 va a ser duro para todos y muy difícil para el Gobierno, pues seguirán estallando los graves problemas de inseguridad, y los económicos y sociales.
El país, harto de guerras verbales permanentes y de exclusiones, requiere reconciliación y buen gobierno. Los jóvenes, sin distingo de bando, quieren esperanza y oportunidades de superación y de vida sin tener que irse de Venezuela.
El "día después" es la clave para salvar la democracia venezolana y ésta sólo puede ser victoriosa si desde ahora se trabaja sabiendo que Chávez no reconocerá la derrota al verse en minoría frente al no y la abstención. Hay que informar sobre el drama que amenaza el futuro de Venezuela, trabajar con convicción y eficacia por el rechazo masivo y prepararse para sumar las dos formas en que se manifestará: la abstención y el voto negativo.
Soy un convencido que Hugo Chávez sólo ganó limpiamente la primera elección de 1.998, aprovechando que la gente estaba equivodada y desesperada por un cambio y votaron ciegamente, tiempo que este aprovechó para apoderarse de todos los poderes y del País y sus recursos económicos que ha utilizado para comprar lo que quiera, hasta todas las demás elecciones, ninguna de las cuales ha ganado sino que las ha tomado a la fuerza ya que domina al CNE con un REP alterado y con máquinas bidireccionales que muestran lo que les ordenen. Pero el dilema es que hacemos el 2 de diciembre. Lo ideal sería que el 100% de las fuerzas democráticas nos abstuviéramos, pero como no será posible, iremos nuevamente divididos. Los que votaremos por el NO y los abstencionistas, mientas que él con sus votos chimbos seguirá sacando 30% o 40% y continuará mostrándose ante el mundo como un demócrata de allí este inteligente artículo del padre Ugalde ¿Que haremos el día después?, pero esto no lo soportamos más. ¿Acaso tendremos que aceptar su reto de ir a su anunciada guerra acimétrica solo con las manos en alto pintadas de blanco?. Así será aunque muramos todos para que el resto del mundo, después, comprenda lasituación y tome las acciones pertinentes.
Publicado por: Fernando Luís Morgado Bossio | 10/30/2007 en 03:32 a.m.