Me tocó en una semana hacer doblete viajero. Primero en Bucarest y luego en Cascais (Portugal). El primer viaje era un encargo de la Mesa del Senado sustituyendo al presidente Javier Rojo que se había quedado en Madrid para asistir a los actos del 12 de octubre. Y por eso tuve que ir a la novena reunión de presidentes del Senado de Europa, una idea del francés Christian Poncelet que allí estaba.
Hacía años que no visitaba Bucarest. La última vez lo había hecho yendo como Observador Electoral cuando fue elegido un profesor, Constantinescu que sustituyó al tiburón Illescu, de la vieja nomenclatura comunista.
Desde el aeropuerto hasta el hotel, situado tras el inmenso parlamento mamometro construido por Ceaucescu, noté el cambio en un parque de coches renovado, y edificios nuevos, así como edificios pintados, empresas como Ikea y la gente mejor vestida. Han entrado en la Unión Europea, tienen dinero fresco de los Fondos de Cohesión y aunque hay mucha corrupción, el país puede dar en poco tiempo un giro espectacular pues está todo por hacer. Hay que recordar que nada menos que 600.000 rumanos viven en el estado español.
De la reunión poco se puede decir mas que fue una sucesión de discursos de presidentes, vicepresidentes y secretarios de los distintos parlamentos. Todo muy retórico y sin mucho sentido, porque éste tipo de reuniones solo sirven para que la gente se conozca, salga en los medios del país, y el presidente de turno agasaje a sus huéspedes.
Lo que me pareció más interesante fue la visita que le hicimos al presidente de Rumania, Basescu en el Palacio Cuatroceni. Este caballero acaba de ganar un referéndum contra su gobierno con el 70% y cuando estuvo con nosotros solo nos dio un mensaje. Rumania no iba a reconocer nunca a Kosovo. No quieren guerras con Serbia ni con Rusia. Se impone la razón de estado.
Al lado suyo estaba el presidente del Senado rumano Nicolae Vacariou a quien le dijo que le gustaba el tema escogido en la conferencia que nos ocupaba: "Asegurar un gobierno transparente y responsable. La contribución de los Senados". Lo leyó y le pidió al rumano que se aplicase el cuento.
Al día siguiente salí para Lisboa y después a Cascais. Se celebraba en Estoril, que es un barrio de Cascais, la reunión de la Cosac que es la reunión de las comisiones europeas de los parlamentos de la Unión. Era su reunión número 38.
Abrió la sesión el presidente de la Comisión Jose Manuel Durao Barroso. Creía iba a sacar del atasco en la que se encontraba la Unión Europea tras el fracasado intento de aprobar una Constitución. Era lunes y la reunión de jefes de estado y de gobierno se iba a celebrar el jueves. Lo logró pero se cargaron el Tratado Constitucional europeo.
Entre otras apuestas había una que trataba de reforzar la presencia de los parlamentos estatales y del Parlamento Europeo. Europa solo tendrá una opinión pública europea si ésta se asocia a la actividad parlamentaria. Luego intervinimos todos. Nos daban dos minutos para hacer la pregunta que Barroso contestaba en grupos de siete. Todo muy europeo. Lo mismo fue con el primer ministro portugués José Sócrates que nos dijo que nació en 1957 el año del Tratado de Roma y fue elegido diputado en 1987, al año de la entrada de Portugal en la UE, por lo que él era un político europeo que no había tenido mas referencia que la construcción de Europa y en eso estaba. Me pareció un tipo con las ideas claras, aunque a Europa la siguen construyendo los estados y, ahora, una gota más, los Parlamentos. Pero poca cosa.
Sobre Kosovo, tema no menor ya que Bush apoya su independencia y Putin la niega, nos dijo Barroso que solo tendrá solución dentro de la Unión Europea ya que Kosovo no formará parte nunca de los Estados Unidos, ni de Rusia, sino de Europa. Estuvo bien. Fue un buen mentís para los que creen que pueden amenazar diciendo que ser independientes es estar fuera de Europa.
¿Qué sentirá el Sr. Anasagasti, él que tanto desprecia la Constitución Española, él que aboga públicamente por una separación de España, cuando asume la representación del Presidente del Senado Español?
¿Sentirá, qué mientras por mor de la Constitución él sigue viviendo muy bien, qué su viaje representando al Presidente del Senado Español, le ocasiona buenas dietas etc. hay que aprovechar, ya que la vida son dos días…?
Es que alucino con este señor. Todo el día desde su púlpito predicando una cosa y luego haciendo todo lo contrario, cuando de figurar y cobrar dietas se trata. Supongo que es por eso su comportamiento. No encuentro otra posible explicación y lo malo es que no es el único.
Es de los políticos que tenemos que soportar y padecer más incoherentes, pero eso sí, siempre como el perejil en todas las salsas donde pueda haber protagonismo.
En el rango de cargos importantes de España, el presidente del Senado está en los primeros lugares. Pues bien, ahí le tienen a D. Iñaki Anasagasti; él que tanto desprecio siente por España, representando al número 4 ó 5 ó 6 o el que sea, en el rango de personas importantes en la Jefatura y Gobierno de España.
Publicado por: Gustavo. | 10/29/2007 en 10:53 a.m.