Maria Mercedes Febres Cordero
En estos momentos, Venezuela atraviesa una crisis institucional pocas veces vista en su historia democrática, vista la propuesta de reforma constitucional que el Presidente de la República y la Asamblea Nacional han presentado al país y a la convocatoria de un referendo aprobatorio por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE).
En este contexto, de acuerdo con diversos estudios de opinión de empresas ampliamente reconocidas en el país, el porcentaje de ciudadanos que manifiestan confianza en el actual CNE es del 30 % y como indicativo de su debida imparcialidad, sólo el 41% de los encuestados manifiesta que el Poder Electoral es un poder independiente; el resto de los consultados responde que depende directamente del presidente Chávez, de la Asamblea Nacional o del Tribunal Supremo de Justicia.
Con respecto a la precisión de los resultados desde un punto de vista operativo, al preguntarle a los encuestados en quien confiaría UD. para vigilar y contar los votos en un proceso electoral, sólo el 36 % responde que en los miembros de mesa designados por el CNE.
Al evaluar el principio fundamental de la libertad de elegir mediante el voto directo y secreto, el 33% de los encuestados (1 de cada 3) tiene la percepción de que las computadoras de votación y las capta-huellas no garantizan el secreto del voto, de que existe la posibilidad de determinar por que o quien se sufraga.
Para opinar racionalmente sobre los sistemas de votación electrónica, como el que se utiliza en Venezuela, solo hace falta analizar la literatura existente para afirmar que están siendo cuestionados a nivel mundial por sus vulnerabilidades en seguridad y auditabilidad.
El término “caja negra”, se asocia a las computadoras de votación con hardware propietario (cerrado al acceso público), al software de votación y conteo, también propietarios y a la utilización de redes de comunicación susceptibles a ser intervenidas por agentes intermedios. Ningún sistema de votación electrónica a nivel mundial ha sido certificado de acuerdo con normas internacionales como las emanadas del ISO (Internacional Organization for Standarization) u otros estándares de seguridad.
Según el especialista Avi Rubin, Director del Instituto para la Seguridad Informática de la Universidad de John Hopkins, Estados Unidos “se desplazó hacia la votación electrónica en las elecciones públicas antes de que la tecnología estuviera lista”. Esta preocupación ha sido también expresada por otras prestigiosas universidades. Más aún, en Holanda, Italia, Irlanda e Inglaterra se han suspendido los procesos de votación electrónica luego de demostrarse la facilidad con la cual pueden ser intervenidos.
Me imagino después de leer esto que el departamento de interior de la CAV retirará los sistemas de votación electrónicos que se han realizado en "pruebas" hasta ahora. A lo mejor tenemos que traer observadores internacionales para que vigilen al Gran Hermano Balza. Ya que los exigimos para Venezuela... pues empecemos por casa.
Publicado por: Axola | 11/24/2007 en 08:39 p.m.