Contaba el domingo pasado como hace treinta años el actual líder de CIU, Josep Antoni Duran I Lleida, una joven promesa de Unió, llegaba a Bilbao tras una noche en vela en un tren traqueteante. Eran tiempos de amanecer. Treinta años después, este jueves pasado, la agencia Europa Press le organizaba un desayuno en el Hotel Palace donde Durán nos habló de sus planes de futuro mientras contestaba con seguridad las preguntas que sobre el discurso soberanista de Artur Mas en Barcelona este pasado martes le hacían los invitados a aquel desayuno con churros y croissanes. Durán dominó la escena.
En la mesa redonda donde me pusieron, tenía a mi lado a Enrique Iglesias, secretario general de Iberoamérica y organizador de la famosa Cumbre de Chile en la que el rey le pidió a Chávez que se callara. Pero también estaba Manuel Fraga, el embajador alemán, la ministra de Administraciones Públicas, el Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y gente así. Entre otras muchas cosas le preguntaron por su futuro y por si quería ser ministro y contestó que era un político vocacional y no entendía que la gente dijera que no deseaba un puesto de esa índole para trabajar por su pueblo y sobre su futuro se veía como un abuelo feliz, contento por el trabajo realizado. Lo hizo bien.
Pensaba yo, viendo aquello, qué es lo que tenía que ver aquel espléndido escenario en el Palace donde le estaba viendo a Durán parar, templar y mandar con aquel chaval con pelo que llegó casi una madrugada hacía tres décadas a la estación de Abando, con muchas ilusiones y pocas realidades.
Algo parecido a lo que ocurría con la figura de Sabino Arana. Por eso hace treinta años, desde el EBB, y tras cuarenta años de silencio, decidimos dedicarle una semana completa a recordarle como descubridor del nacionalismo vasco. Previamente Antón Ormaza nos había metido en la cabeza que teníamos que poner en su tumba unos machones para enaltecerla y para que nadie la pisara. "Pero Antón –le decíamos- si la tumba de Sabino está vacía y además él quería que su tumba se pisara". Pues no hubo manera. Pidió la autorización al ayuntamiento, no elegido, de Sukarrieta y éste por unanimidad nos dio el permiso correspondiente. Al bueno de Antón no le gustaba que se pisara la tumba del Maestro. Otros tiempos.
Aquel 25 de noviembre se conmemoraba el 74 aniversario de su muerte en Sukarrieta y por eso alquilamos el Palacio de los Deportes en Bilbao para, con la foto de un Sabino joven y barbado, muy del gusto de la época, invitar en entrada libre a un acto en el que hablaron los diputados por Bizkaia, Ajuriaguerra, Markos Vizcaya, Iñigo Aguirre y Kepa Sodupe y el senador, Mitxel Unzueta. Además de recordarle a Sabino como fundador del nacionalismo vasco, Ajuriaguerra, que era un pésimo orador, pero tenía la "autóritas" y el magnetismo del jefe que había aguantado una pena de muerte, seis años de cárcel, y 38 de resistencia, habló para contarnos lo que habían hecho los diputados y senadores en las Cortes Generales hasta entonces. Previamente, cuando le tocó el turno a Iñigo Aguirre éste le mencionó y, el Pabellón que estaba abarrotado, puesto en pie, le tributó una prolongadísima ovación. Yo creo que aquel inmenso aplauso fue el premio a tanto sufrimiento.
Comenzó Ajuriaguerra su parlamento de esta manera:
"Fuimos a las elecciones para diputados del 15 de junio solos como partido, pues queríamos saber qué fuerza teníamos y cuantos éramos; que fuerza tenían y cuantos eran los demás grupos que entraban en liza, para clarificar posiciones y no comprometernos con otros partidos o grupos de los que desconocíamos la fuerza, la ideología exacta y la estrategia en que pudiéramos quedar comprometidos para el futuro.
"Para el Senado en cambio fuimos a la elección formando parte de la coalición del Pacto Autonómico.
"En Euzkadi, salió triunfante la coalición para el Senado y los Partidos políticos importantes Partido Socialista de Euzkadi y el Partido Nacionalista Vasco para el Senado formaban parte de ellos.
"El compromiso ante el Pueblo que adquirimos, era fundamentalmente el de obtener para Euzkadi la máxima cota de libertad en el momento de la estructuración del Estado español, (sin abandonar aquellos temas de urgencia como la solución del problema económico y los específicos de cada uno de los Partidos).
"Pocos días después nos reunimos en Gernika la mayoría de los Parlamentarios vascos, y, a esa Asamblea fueron adhiriéndose, más tarde, otros Parlamentarios, quedando únicamente fuera los que representaban a la Unión del Centro de Nabarra.
"La situación en aquel momento era y sigue siendo insólita. Unas elecciones habían dado el triunfo a los que rechazaban toda continuidad con el régimen anterior pero las instituciones locales y burocráticas seguían y siguen estando en manos de quienes habían sido designados por el régimen anterior".
Con estas palabras empezó Ajuriaguerra su dación de cuentas.
Pero si el viernes fue para los parlamentarios, el domingo 27 de noviembre fue el turno para los burukides. Hizo un tiempo espléndido y a pesar de que toneladas de tierra habían taponado la víspera el túnel del tren Bilbao-Bermeo, chafando los planes de la Junta de Begoña que había alquilado nada menos que un tren, ésta tuvo que improvisar una cadena de coches y autobuses de tal manera que hora y media antes del acto aquello estaba copado.
Le recuerdo a Antón Ormaza glosando la figura de Sabino desde el balcón de la casa del presidente de la Junta municipal. Luego Ramón Sota leyó un comunicado de la Junta de Lemoa que estaba encerrada en el ayuntamiento pidiendo la dimisión del alcalde Llona. Luego habló Juan José Pujana, y, yo mismo, que en aquella época, si me daban una ventana y un balcón me sentía como el presidente Velasco Ibarra. Reivindiqué el nombre de Euzkadi, como lo sigo reivindicando ahora. Sabino, fundador del PNV y forjador del nacionalismo vasco, rompió con el carlismo euskalerriaco e innovó creando la marca Euzkadi para los siete territorios diciendo aquello de que "Euzkadi era la Patria de los Vascos". Hoy muchos indocumentados, reniegan de él. Yo no.
Fue un momento de gran emoción cuando el presidente de la Junta Municipal de Sukarrieta, Jon Bilbao y el juntero Peli Goñi enseñaron a los allí congregados la primera y original ikurriña mandada a hacer por los hermanos Sabino y Luis Arana. Aquella ikurriña había estado escondida durante cuarenta años. En aquel entonces, todavía los restos de Sabino estaban en paradero desconocido pues Ajuriaguerra decidió esconderlos para que no fueran profanados al caer Bilbao en 1937. Después todos nos fuimos a la casa donde había fallecido Sabino Arana y en la fachada colocamos una placa recordando el hecho.
La anterior, puesta en 1922, se tuvo que quitar en 1937. Los que creyeron que acababan con el nacionalismo y con el sabinianismo y que éste era cosa de placas, se confundieron meridianamente pues allí había mucha juventud, mucho entusiasmo y mucho fervor patriótico. Hoy no diría lo mismo.
Pero no todo quedó en esto. Hubo mucho más cuya reseña no cabe en estas líneas. No se si ahora, el que en todos los actos hable una sola persona y los demás escuchen, el que no nos importe mucho que se le insulte a Sabino como sí les importa a los andaluces que no toleran se ofenda a Blas Infante como lo ha hecho Vidal Quadras y le han montado una sonora bronca, son síntomas de una sociedad blanda, permisiva, que no sabe quien fue de verdad aquel gigante que innovó, se defendió y atacó a los que insultaban a su pueblo. Por eso hago mío lo que escribió en su día, su contemporáneo Miguel de Unamuno, que le conoció y por eso escribió esta sentida reflexión:
"Rizal, la conciencia viva Filipina soñó con una civilización Tagala... Lo mismo ha pasado en mi tierra vasca... En esa poesía mecí yo los ensueños de mi adolescencia, y en ella los meció aquel hombre singular, todo poeta, que se llamó Sabino Arana y para el cual no ha llegado aún la hora del completo reconocimiento".
No estaría mal que, aunque sea, por reconocimiento, se respetara su obra: el PNV, la ikurriña, el himno, y su programa "Euzkadi es, la Patria de los Vascos. Casi nada
Bien dicho Iñaki. La gente solo sabe lo que el nacionalismo español le dice de Sabino. Pues que sepa esa gente que mi familia era de Bilbao y haya por 1900 los padres del abuelo de mi Ama no enseñaron euskara a sus hijos por miedo. Hablar euskara en Bilbao estaba casi prohibido, te miraban mal, si ivas a un bar este tenia que ser de confianza como para que hablases euskara (Mi familia tenia un bar, y Sabino les escribio una carta de agradecimiento). Asi es como mi familia perdio el euskara, luego vino la dictadura y ahora es cuando una familia que fue euskaldun vuelve a serlo. La Amama de mi Ama fue al Euskaltegi con 87 AÑOS!!!
Sabino se merece todos los respetos, mas haya de sus planteamientos un tanto racistas, pero no olvidemos que por aquellos tiempos todos los planteamientos eran racistas. Sabino nos desperto y nos hizo ver lo que podiamos perder y por el consiguiente lo que teniamos. A saber donde estaria el euskara y nuestra cultura si no llega a ser por Sabino.
Publicado por: Ingles | 11/26/2007 en 02:58 p.m.
Durante la dictadura se hablaba en todos los pueblos, especialmente en Guipúzcoa y Vizcaya euskera y cuando se les oía hablar en esa lengua, se les identificaba en San Sebastián, como la gente de caserío o pescadores, de segunda fila.
En 1900 quien no enseño euskera a sus hijos fue por otros motivos, pero nunca por miedo. En aquella época hubo muchísimos vascos que solo hablaban euskera y practicamenrte nada de castellano.
Usted sabrá el porqué su familia no les enseñara su propia lengua, decir que era por miedo, es una SOBERANA TONTERIA aparte de ser mentira, salvo algo muy puntual.
Ya está bien de manipular
Publicado por: | 11/26/2007 en 09:00 p.m.
Querido Anonimo:
Una soberada tonteria es tirar la piedra y esconder la mano, como ha hecho usted. Así que haga el favor de identificarse para que podamos rebatir sus opiniones, o por lo menos use un seudónimo como hacemos algunos.
Servidor de ustedes aprendió el euskera, en el Bilbao de principios de los 70, antes que el castellano, y recuerdo perfectamente a mi madre aleccionándome para que en la calle usara sólamente el castellano, porque "si no, vienen los grises".
Llámelo como quiera, pero en mi diccionario eso es miedo.
Publicado por: Antonio Acevedo | 11/27/2007 en 09:41 a.m.
La falta de prestigio es mucho peor que el miedo. Ver que hay el miedo puede despertar preguntas, ¿qué, quién está detras de este miedo? ¿Por qué se provoca?.
La falta de prestigio es fatal, es el hundimiento de la autoestima. Es más difícil ver quien está detras. Veamos un ejemplo que circula por la red, Cesar Vidal (parece ser que en la emisora de la conferencia episcopal, ésa que "anima" a los católicos a no marcar la X) dijo:
«El vascuence es una lengua tan primitiva que desconoce, por ejemplo, lo que serían universales, es decir, la idea de “árbol”, que es una idea que existe en lenguas avanzadas (no como el vascuence) en el vascuence no existe. El vascuence como lengua muy primitiva tiene las hayas, “los pinos”, “los chopos” pero no tienen “árbol”. Para hablar del árbol han tenido que tomar un préstamo del castellano, que es el “arbola”. Y en ese sentido, claro, es una lengua en la cual todavía el desarrollo de la mente humana no se da cuenta de que hay universales, vive todavía sobre la base de los particulares.»
Esto se merece el Premio Gadamer de filosofía hermenéutica, el Premio Tomas de Aquino de filosofía escolastica y el Premio Tarski de filosofía de la lógica . Tampoco se le debe negar un premio de vascuence porque desconozca el término "Zuhaitza" (y menos mal que no sabe que "pagoa" -haya- es un término de origen latino como el 50% del vocabulario)
Como sugería Sabino Arana (y otros con mejor prensa), hagamos que el euskera tenga prestigio.
Publicado por: Fortunato | 11/27/2007 en 05:26 p.m.
me gustaría que alguien me enseñase euskara. el batua, en principio.
gracias.
mi email es [email protected]
Publicado por: lur | 01/18/2008 en 07:19 p.m.