Josep A. Durán va a ser el candidato de CIU por Barcelona en las próximas elecciones. Sobre su persona se va a centrar la campaña de la coalición. Acaba de decir que le gustaría ser ministro de Fomento para solucionar desde Madrid el problema de infraestructuras de Catalunya. Ante esta afirmación le pregunté a un senador de ERC si la propuesta hecha por Durán tendría gancho. Me contestó que sí.La gente en Barcelona está harta y quiere soluciones
Durán me llamó ésta semana. Es presidente de la Comisión de Asuntos exteriores del Congreso y sigue de cerca la situación venezolana. Me invitó además a una cena de fin de año y de legislatura. Le dije que buscando datos de lo que ocurrió en noviembre de 1977, hace treinta años, encontré las notas del primer viaje que hizo a Euzkadi. Yo recordaba haberle ido a recibir a la estación de Abando. "Efectivamente –me dijo-. De aquel viaje solo recuerdo la noche que pasé en vela en el tren. Quedé hecho polvo. Eran otros tiempos. Vosotros teníais ocho diputados y nosotros no sacamos ninguno y, además, nuestro líder Anton Cayellas, tras el batacazo del Equipo Demócrata del Estado Español, se nos fue a la UCD. No sé como superamos aquello sin moral y sin un duro".
Durán se acordaba de la reunión que habíamos celebrado en la sede que teníamos en la calle Marqués del Puerto donde Juan José Pujana y yo mismo teníamos el despacho como miembros del BBB y EBB. Habían venido desde Barcelona Ignasi Ferreras, Josep Anton Codina, María Vilá-Abadal y el propio Durán. A última hora de la mañana celebramos una rueda de prensa.
Afirmaron que el Estatuto Preautonómico catalán no era un "techo" para las aspiraciones vascas, ya que las dificultades con las que se habían enfrentado los negociadores vascos no las habían puesto los catalanes, sino el Gobierno de Madrid. "A nosotros -dijeron- nos ha perjudicado mucho la acción de algunos partidos que lanzaron en principio un borrador preautonómico con aspiraciones muy pequeñas, muy a gusto de Suárez. Eso ha supuesto después un lastre difícil de levantar. Es un "techo" que ha dificultado una mayor consecución de autonomía. El presidente Suárez no quería dotar a la Generalitat de poder político, quería convertirla en un órgano consultivo, pero al final hemos conseguido el poder político. Nuestro Estatuto y el que están a punto de conseguir ustedes para Euzkadi, no van a ser techos, serán más bien "puertas" que permitan el acceso a la autonomía de otras nacionalidades y regiones históricas del Estado. Estos Estatutos, van a mediatizar el texto de la nueva constitución del Estado español, en el que tendrán que abrir una puerta a las autonomías".
Como recordaron en la rueda de prensa, su líder histórico, Manuel Carrasco i Formiguera había sido capturado en el Galdames cuando venía como Delegado del Gobierno de la Generalitá a Euzkadi en 1937 y posteriormente fusilado por los franquistas. Recordaron también a D. Manuel de Irujo, que había sido ministro de Justicia de la República y había dimitido de su cargo en Barcelona por solidaridad con Catalunya.
Eran historias que en 1977 solo las sabían los de la generación de la guerra. Cuarenta años de silencio habían sepultado todas aquellas vivencias bajo toneladas de persecución, de miedo y de susurros.
Por esto también extrañó que esos días el "Euzko Gudariak", el himno de los 26 batallones del PNV durante la guerra y símbolo de la lucha contra la dictadura acababa de ser autorizado por el Ministerio de Cultura en un gesto tan aparentemente democrático como inútil ya que el "Euzko Gudariak" era desde hacía un año el final obligado de todas las concentraciones vascas, de todos los kantaldis y una de las tonadillas más repetidas por las charangas en las fiestas populares.
Pero pocos sabían de donde venía aquella canción de guerra. Hoy se la hubieran atribuido a Pernando Barrena pero nosotros dimos con su impulsor que fue nada menos que D. José María Gárate quien fuera presidente del BBB anterior al presidido por Juan de Ajuriaguerra y delegado del Gobierno Vasco en el exilio en Venezuela.
José M. Gárate redactó la letra regresando de una excursión de jóvenes abertzales del PNV volviendo de Aralar. A la bajada oyeron una tonadilla que les gustó mucho y alguien comentó que había que ponerle una letra patriótica. Por la noche Gárate escribió los versos y al día siguiente los llevó al local de Juventud Vasca de Bilbao.
Los versos, como suele ocurrir, no tuvieron el menor éxito y su autor se olvidó de ellos hasta que un día, recién iniciada la guerra, estaba Gárate en un desfile de gudaris, cuando escuchó que un batallón iba cantando el "Euzko Gudariak". A Gárate casi le tienen que agarrar porque no podía contenerse de la emoción y del intento de gritar que esa letra era suya.
La música que escuchó Gárate bajando de Aralar la había compuesto el bertsolari Lizaso. Solo años después supo que el papel donde había escrito las estrofas se lo había guardado Julián Ariño, militante del PNV, que lo había propuesto como himno a varios comandantes de batallones de gudaris y entre una cosa y otra, allí estaba el "Euzko Gudariak" cantado por los soldados vascos.
Jose Mari Gárate solía comentar que el académico Xabier Kintana decía que el euskera del himno era lamentable y que Kintana tenía razón pues él estaba aprendiendo euskera y había cometido varias faltas de gramática, pero que a pesar de eso, la gente lo había hecho suyo y lo cantaba con entusiasmo.
Esos dos hechos ocurrieron hace treinta años. Confiemos que Durán, 30 años después de aquel viaje incómodo y juntamente con Lopez de Gereñu nos traigan durante su mandato el tren de Alta Velocidad a Euzkadi para poder pasar página de aquel Talgo (Tren Articulado Ligero Goikoetxea Oriol) que los nacionalistas cambiaron por (Traicionó al Gudari. Odiarle) dirigido al ingeniero Goikoetxea que se había pasado con los planos del Cinturón de Hierro a los franquistas.
"Euzko Gudariak gera, Euzkadi askatzeko...."
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