Los consejeros de Cultura de las tres comunidades sellan un acuerdo trilateral.
Los consejeros de Cultura del Gobierno Vasco, la Generalitat de Catalunya y la Xunta de Galicia presentaron el 9 de diciembre un manifiesto institucional para la colaboración en materia de política cultural entre los tres ejecutivos y una defensa de la pluralidad cultural. El acto tuvo lugar en el Centro Galego de Arte Contemporáneo de Santiago de Compostela. Hasta el momento, el marco de colaboración entre las comunidades de lengua no castellana estaba marcado por acuerdos sólo bilaterales.
Los consejeros presentaron su declaración en el contexto de la Conferencia Sectorial de Cultura, la reunión de consejeros de Cultura de todas las comunidades autónomas con el ministro de Cultura, César Antonio Molina, nacido precisamente en Galicia y con obra escrita en gallego y castellano.
Una de las peticiones del manifiesto es que en el Gobierno central y la sociedad en general se reconozca la diversidad cultural del Estado español.
Miren Azárate, Anxela Bugallo y Joan Manuel Tresserras, Consejera de Cultura del Gobierno vasco; conselleira de Cultura e Deportes de la Xunta de Galicia; conseller de Cultura i Mitjans de Comunicació de la Generalitat de Catalunya Cooperación cultural desde la diversidad.
Las culturas catalana, gallega y vasca son culturas singulares e integrales, con capacidad plena de respuesta a las necesidades expresivas de sus ciudadanías. Aun así, se ven supeditadas a la apuesta de un Estado plurinacional de hecho, pero no de derecho, que suele olvidar las obligaciones que dimanan de la Constitución en relación con las lenguas distintas del castellano, que deberían ser "objeto de especial respeto y protección". Tenemos además ante nosotros las consecuencias de un mundo marcado tanto por la globalización -con sus consiguientes riesgos y oportunidades para nuestras culturas y lenguas nacionales- como por la diversidad cultural, tal y como ratifica la Unesco.
Ante esta situación, las culturas de las naciones sin estado deben ser consideradas desde una triple perspectiva. En primer lugar, la globalización ha hecho que estas naciones fuesen más conscientes del valor de sus culturas. Junto a sus idiomas, estas culturas han sido sus cajas de herramientas a lo largo de la historia, y contienen la herencia acumulada de la experiencia de sus pueblos, así como un patrimonio que cuidar, adaptar y desarrollar.
En segundo lugar, predomina todavía una percepción de la cultura anclada en la cultura simbólica de un Estado que se definió y construyó en el siglo XIX a partir de unas élites que trataron de imponer un unificado sistema político, de mercado, una moneda, un ejército, una cultura y una lengua. Estas élites no inventaron esa cultura, sino que la modelaron desde una cultura de base preexistente convirtiéndola en cultura dominante. Otras culturas -la catalana, la vasca o la gallega, por ejemplo- pasaron a la condición de culturas subordinadas respecto a una supuesta cultura común; se las declaró poco aptas para el mundo moderno; se las excluyó del espacio público, y, en algunas épocas, se las prohibió directamente. Las prioridades políticas de las élites taponaron las realidades culturales diversas mientras se construía un Estado unitario que buscaba la homogeneización interior. En tercer lugar, en la era del conocimiento, el despliegue de nuestras culturas es una base de identificación, de cohesión social y de desarrollo territorial. En el aspecto lingüístico, si muchas lenguas fuertes requieren promoción ante el empuje de las lenguas dominantes mundiales, ¿qué no tendrán que hacer lenguas como el euskera, el gallego o el catalán en situación diglósica? En culturas relevantes pero minorizadas como las nuestras, por ausencia de economías de escala, está más que asegurada la entrada de la cultura internacional y de la cultura mayoritaria del Estado. Lo difícil son las salidas para la producción propia y el acceso al propio mercado de proximidad con los propios lenguajes y en condiciones de igualdad.
Por ello, la política de excepción cultural, o mejor de política cultural de la diversidad, no sólo es aplicable a los estados, sino, con mucho más motivo, a nuestros países y sus respectivos patrimonios lingüísticos y culturales.
Los gobiernos de Catalunya, Galicia y Euzkadi estamos plenamente comprometidos con la revitalización y el desarrollo de nuestras culturas y, aunque representamos realidades socio-culturales diferentes, poseemos experiencias, información y conocimiento para contrastar y compartir. Por todo ello, los tres gobiernos manifestamos nuestra voluntad de definir un marco de colaboración estable en materia de política cultural.
En este empeño, la cooperación cultural entre Catalunya, Euzkadi y Galicia debería permitir unas economías de escala y un contrapeso al aún vigente modelo vertical y radial de comunicaciones, tanto materiales (transporte, infraestructuras) como inmateriales (operadores dominantes de radio o televisión).
Se trata de compatibilizar la mirada sobre la cultura propia con la cooperación abierta entre diversos, aplicando el derecho universal a enriquecer el mundo desde lo local.
"Las culturas catalana, gallega y vasca son culturas singulares e integrales, con capacidad plena de respuesta a las necesidades expresivas de sus ciudadanías"
¿Pero es que Vds. necesitan a sus culturas para poder expresarse correctamente? ¿No les vale con su propia personalidad?
Qué probeza, dios mío, pasarse la vida dándole vueltas a lo mismo...
Publicado por: Ragnan | 12/20/2007 en 01:27 p.m.
Llevo 57 años de Gallego a mis espaldas.
¿Singularidad de la cultura Gallega?.¿Vasca?.
¿Catalana?.
¡Y yo pensaba que la cultura nunca es singu-
lar!.
Siempre tenemos que estar preparados para
aprender.
Soy incapaz de encontrar diferencias entre un
Gallego,un Vasco,un Aragones....
Evidentemente tengo que admitir mis limita-
ciones.
Suso de Toro algo sabe del tema.Ahora se
convirtió en un hagiógrafo de Z.P.
No hace mucho "babeaban" mis compa-
ñeros profesores de Gallego con Susiño....
Saludos cordiales.
Publicado por: santiago | 12/20/2007 en 01:49 p.m.
"que suele olvidar las obligaciones que dimanan de la Constitución en relación con las lenguas distintas del castellano, que deberían ser "objeto de especial respeto y protección".
La constitución también dice La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
Todos deberían recordar todos los artículos, no solo aquellos que interesan a cada partido
Publicado por: Juan Luis | 12/20/2007 en 01:51 p.m.
¿Comunidades de lengua no castellana?¿Pero en qué lengua escribe éste?
Hablan castellano en:
País Vasco: 100% de sus habitantes
Cataluña: 100% de sus habitantes
Galicia:; 100% de sus habitantes
Publicado por: Moro Muza | 12/20/2007 en 02:37 p.m.
La única lengua no latina, y no impuesta o derivada de una impuesta en esta península ibérica y es el euskara...
Tal vez se hablara en buena parte del territorio.
¡Cuánto le debe el castellano al euskera!
Publicado por: Jose Ignacio | 12/20/2007 en 07:28 p.m.
JOSÉ IGNACIO:
O ESTAS DE COÑA O TIENES UN SENTIDO DEL HUMOR MUY ACUSADO.
Saludos cordiales.
Felices fiestas.
Publicado por: santiago | 12/20/2007 en 09:52 p.m.
Anasagasti, tienes que escribir sobre lo del recibimiento de la gente de EA a Pernando Barrena el otro día, que le ovacionaron más que a Bisbal en Almería. Me pareció cachondísimo.
No blogueaste sobre el tema hasta ahora, me parece.
Publicado por: eljorje | 12/20/2007 en 10:55 p.m.