El ex embajador expresa su frustración en un libro
La Administración del presidente Bush no respalda un referéndum de autodeterminación en el Sahara Occidental porque sabe que los saharauis se pronunciarían por la independencia; teme que Marruecos se desequilibre y que la vía quede expedita para el islamismo radical.
John Bolton, de 59 años, ex embajador de EE UU ante la ONU hasta diciembre, revela en un libro publicado este mes Surrender is not an option (La rendición no es una opción) el verdadero enfoque de la Administración de Bush sobre el conflicto que padece la ex colonia española desde hace 32 años.
Bolton tiene una especial sensibilidad por el tema. No en balde fue durante tres años (1997-2000) el brazo derecho del ex secretario de Estado, James Baker, convertido entonces en enviado especial del secretario general de la ONU para el Sahara.
"El mayor obstáculo a mi enfoque (sobre el Sahara) fue la burocracia del Departamento de Estado, apoyada por el Consejo Nacional de Seguridad con Elliot Abrams" a la cabeza, escribe Bolton. Ellos "aceptaban el argumento marroquí de que la independencia del Sahara Occidental -por la que casi todos pensábamos que los saharauis se pronunciarían en un referéndum libre y honesto- desestabilizaría a Marruecos y podría desembocar en una toma del poder por los islamistas extremistas".
"Hice numerosos intentos para encontrar, en otras áreas del Gobierno, apoyos para la celebración de una consulta, pero no tuve éxito", recuerda Bolton. Esta falta de respaldo fue la que ya incitó a Baker a dimitir, en julio de 2004, renunciando así a su plan para el Sahara que preveía un referéndum.
Cinco meses después Rabat presentó su plan de autonomía para la ex colonia que descarta la independencia. "(...) damos la bienvenida a la reciente iniciativa de Marruecos para resolver esta disputa y creemos que brinda una oportunidad para alcanzar un acuerdo sobre este problema", declaró en junio David Welch, secretario de Estado adjunto para Oriente Próximo.
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