El pasado lunes tuvimos una comida en el Senado con el primer ministro de Turquía Recep Tayip Erdogan. Fue una comida improvisada que nos embarcó el ministerio de asuntos exteriores ya que ese día Zapatero tuvo Consejo de Ministros, visita al rey y rueda-mitin de prensa en Moncloa anunciando la disolución de las Cortes Generales y la convocatoria de las elecciones para el nueve de marzo.
Le recibimos en la biblioteca del senado que es gótica y bonita y parece el set de una película de Harry Potter y de allí al comedor. Me tocó al lado de él por la izquierda y del ministro de transportes turco por la derecha. Delante Rojo entre el embajador de Turquía y el ministro de Asuntos Exteriores. Por lo demás, en la larga mesa mucho personal de la casa pues salvo Zubia, Muñoz Alonso y uno del PSC, allí no había nadie. Dudo mucho si la misma situación se hubiera producido de haber sido la pareja Sarkozy-Bruni la agasajada. Aquí, como en todo, prima el espectáculo y Turquía, a pesar de su progresos es un país pobre y poblado.
Erdogan me pareció un tipo seco. Sabía que yo era vasco y cuando traté de hablar de los kurdos, desvió la atención. Solo me preguntó por la situación económica de Euzkadi y por la salud de Pascual Maragall. El fue alcalde de Estambul cuando Maragall lo era de Barcelona y establecieron una buena relación. Quise me dijera algo sobre el posible cambio de la capital de Ankara a Estambul pero eso también es materia inflamable ya que Ataturk huyó de la Estambul de los visires.
No bebió el magnifico rioja que nos pusieron. Se conformó con agua. Tampoco el cava. Y no quiso el café. ¡Que religión es ésta –pensé yo- que prohíbe un vasito de buen vino!. Al parecer se lo reservan todo para el paraíso.
En aquel salón de los pasos perdidos hay un inmenso cuadro, el famoso, de la conquista de Granada en el que la reina Isabel recibe las llaves de la ciudad por parte de Boabdil el Chico. Menos mal que el inmenso cuadro estaba a su espalda.
La víspera había estado con su mujer, pañuelo en ristre, viendo esa maravilla de la humanidad ya que la visita de Erdogan se encuadra en el Foro de la Alianza de Civilizaciones que ha organizado en pre campaña el gobierno de Zapatero.
Me extrañó el entusiasmo de Rojo apelando a la entrada de Turquía en la Unión Europea y el discurso de Erdogan contra un terrorismo kurdo con armas de gran calibre. Mejor harían en buscar una solución al problema kurdo, pueblo dividido y desperdigado por cinco países. Su líder Ocalan sigue encarcelado y no lo mataron de milagro. Todavía recuerdo como se les prestó a los kurdos del exilio el Parlamento Vasco y como el CNI, a cuenta de Ocalan, logró que suspendieran la reunión en Gasteiz aunque para entonces ya Aznar y sus muchachos nos habían puesto perdidos.
Nada interesante me pareció este Erdogan.
El Sr. Anasagasti, no ha querido decir que Rioja tomaron en la suculenta comida que les pagamos todos los españoles (vascos incluidos)
Publicado por: Rol | 01/18/2008 en 05:04 p.m.
Ningun problema.Viña Salceda.
Publicado por: iñaki | 01/18/2008 en 08:18 p.m.