El pasado lunes tres de marzo se presentó el libro Juan ajuriaguerra en el corazon, libro que compendia 76 testimonios sobre la personalidad de éste indudable referente del nacionalismo vasco cuyo treinta aniversario de su fallecimiento se conmemora el próximo mes de agosto.
Son 76 testimonios recogidos cuando falleció y enriquecidos en la actualidad. Están todos los Lehendakaris, burukides, parlamentarios, colaboradores de Ajuriaguerra y gentes que tuvieron la oportunidad de conocerle. Todo esto está enriquecido con fotografías y caricaturas inéditas.
El libro lo pueden adquirir en la librería KIRIKIÑO de Bilbao y en la sede de Sabin Etxea. Nosotros, cada día, vamos a reproducir una de las colaboraciones del libro. Esta es la número veinticuatro: JOSE MARIA GIL ROBLES
AQUELLA CONVERSACION EN EL AEROPUERTO DE MILAN José María Gil Robles Ex diputado, ex Jefe de la Ceda y del P.D.P.
Madrid, 28 de agosto de 1978 PARTIDO NACIONALISTA VASCO Iparraguirre, 39-3° BILBAO-11 Muy Sres. míos: Al llegar hoy de un corto descanso en Alemania recibo la triste noticia del fallecimiento del queridísimo amigo Juan Ajuriaguerra. Aunque dada la naturaleza de su enfermedad no podían abrigarse grandes esperanzas, pero no podía creer que su fin estuviese tan cercano. Hasta hace relativamente pocos días su nombre aparecía en la prensa y así sabía que, como buen luchador, seguía firme en su puesto. Porque, por encima de coincidencias o discrepancias ideológicas, lo que destacaba en primer lugar en Ajuriaguerra era su recia personalidad, su hondura de sentimientos, el vigor de sus convicciones, lo rectilíneo de una vida entregada al servicio de un ideal. En los pasados años de lucha, tuve ocasión de intimar con él, de apreciar la figura de sus sentimientos, la delicadeza de su alma, que un observador superficial no lograría captar a través de la aparente rigidez de su temperamento. No puedo olvidar una larga conversación que con él tuve hace unos años en Milán, durante la interminable espera de un enlace de aviones, al regreso de una reunión de la Unión Europea de la Democracia Cristiana. El relato de su actuación durante nuestra desdichada guerra civil y de los interminables meses de cautiverio en espera diaria de la muerte, me revelaron una de las almas más grandes y generosas que he podido conocer en mi vida. Nos unieron muchos puntos de vista y nos separaron otros. Pero por encima de todo vivirá en mí el recuerdo del hombre bueno, del luchador sin descanso del hombre firme y sin tachas, que tanto destaca en este mundo de pequeñeces y ambiciones despreciables. Hago presente al Partido Nacionalista Vasco mi pésame sincerísimo, el común dolor ante la desaparición de uno de esos hombres capaces por si solos de ennoblecer toda una generación. Vuelvo a salir mañana de viaje a Canarias. Ya que no me fue posible acudir al funeral por estar fuera de España, procuraré pasar por ese domicilio social durante mi primer viaje a Bilbao, para ratificarles mi pésame más sentido. Cordialmente, José María Gil Robles
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