El pasado lunes tres de marzo se presentó el libro Juan ajuriaguerra en el corazon, libro que compendia 76 testimonios sobre la personalidad de éste indudable referente del nacionalismo vasco cuyo treinta aniversario de su fallecimiento se conmemora el próximo mes de agosto.
Son 76 testimonios recogidos cuando falleció y enriquecidos en la actualidad. Están todos los Lehendakaris, burukides, parlamentarios, colaboradores de Ajuriaguerra y gentes que tuvieron la oportunidad de conocerle. Todo esto está enriquecido con fotografías y caricaturas inéditas.
El libro lo pueden adquirir en la librería KIRIKIÑO de Bilbao y en la sede de Sabin Etxea. Nosotros, cada día, vamos a reproducir una de las colaboraciones del libro. Esta es la número dos: ANDONI ORTUZAR
LA “LEYENDA” DEL PRESIDENTE DEL “BIZKAI”, UN POLÍTICO CLAVE EN LA HISTORIA DE EUSKADI
ANDONI ORTUZAR
Presidente del B.B.B.
Si para la historia de la transición Juan Ajuriaguerra fue el indiscutible líder de los diputados vascos en la primera legislatura constituyente de 1977, para la historia del Partido Nacionalista Vasco Don Juan fue, sobre todo, durante décadas el Presidente del Bizkai Buru Batzar. Ahora, escribir unas líneas sobre su trayectoria, ocupando la responsabilidad que él tanto dignificó, tiene para mí un especial significado y una gran responsabilidad.
Ajuriaguerra fue, sin duda, un político clave en la historia vasca del siglo pasado. Protagonista de primera línea en Guerra, cárcel, exilio, clandestinidad, transición a la democracia, primeras elecciones, Pactos de la Moncloa, formación del primer Consejo General Vasco, negociación constitucional y estatutaria, formación del primer Consejo General Vasco,… su figura se engrandece como una “leyenda” de la Política vasca, con mayúsculas, que fue liderada por una generación de “patriotas” que se vieron obligados por las circunstancias a convertirse en políticos.
Un “hombre de acción” con kaiku azul.-
Recuerdo cuando le vi por primera vez. Tras la interminable Dictadura, el Partido se presentaba en la Zona Minera con un mitin en el frontón de Gallarta. Históricos abertzales como el muskiztarra Primi Abad acababan de regresar del exilio. EAJ/PNV comenzaba a salir a la luz pública después de una larga clandestinidad. Para nosotros, chavales adolescentes, acudir a aquel mitin era todo un acontecimiento. En nuestra casa Juan Ajuriaguerra era toda una leyenda. La familia de mi ama, originaria también de Otxandiano, estaba emparentada con los Ajuriaguerra. Había oído hablar del prestigioso psiquiatra, Julián, auténtica eminencia de la medicina; de las dos hermanas, Marina y Rosario, con quien ama mantenía periódica relación; de Flavio, el hermano tempranamente fallecido, de quien luego supe que fue el primer dirigente de la red vasca de apoyo a los aliados durante la II Guerra Mundial; pero tenía una especial curiosidad por conocer a aquel ingeniero, Don Juan, a quien tanto admiraban mis mayores.
Más de treinta años después me viene a la memoria la imagen de un fibroso anciano, un veterano pequeño y delgado, pero que transmitía convincente fuerza, vestido con impecable kaiku azul. Con el paso del tiempo me di cuenta que no tenía la brillante oratoria del Manuel de Irujo, que nos enardecía a las masas con su “Batasuna” y sus infinitos brazos abiertos, que no poseía la sabiduría enciclopédica del Lendakari-Zarra, Leizaola, que no utilizaba el verbo florido de Pedro Basaldua, ni la elegante prosa del perfecto negociador que se intuía tras los discursos de Julio Jauregi,… pero qué respeto y admiración sentían los veteranos nacionalistas de nuestra zona por aquel hombre. Hasta Ramonín Abad, el muskiztarra de ANV, parecía considerarle su indiscutible líder. Hombretones como el gordexolatarra Alberto Atxa le tenían un reverencial respeto –casi parecía rayar en el miedo– ganado en el contacto diario en la prisión de Burgos y en la interminable clandestinidad.
Ya entonces me pareció que Ajuriaguerra no era un orador, parecía más un hombre de acción. Sí daba la impresión de moverse a gusto en el debate dialéctico. Tras un discurso pausado, se crecía en el turno de preguntas donde daba lo mejor de si. Hablando ahora con otros nacionalistas que eran también chavales en aquellos años setenta, hemos coincidido en cómo nos marcó una metáfora que Don Juan repetía en aquellas primeras presentaciones y que nos servía de vacuna ante tentaciones extremas. Aquella de que los buenos montañeros no son los que suben derechos hacia la cumbre por el sendero más empinado, sino los mendigoizales que saben ir escogiendo el camino más adecuado en cada momento, zigzagueando, llaneando,… aunque a veces pueda parecer que se alejan de la cima, pero que siempre avanzan, conocedores de sus fuerzas y teniendo clara cuál es la meta a alcanzar.
Y en mis recuerdos juveniles también oí otra frase redonda sobre su postura en la permanente oposición del Partido a los métodos terroristas ya en los primeros pasos de ETA: en la utilización de la violencia es muy fácil empezar, pero muy difícil salir, muy complicado terminar.
Sin entrar a profundizar en su intensa e interesante biografía, sí me gustaría apuntar en estas líneas algunos trazos que creo pueden ayudar a entender la “leyenda” de Juan Ajuriaguerra Otxandiano.
¿Es cierto que Ajuriaguerra, despreciaba al lendakari Aguirre y pasaba olimpicamente de él?
Si alguien me puede informar. MUCHAS GRACIAS
Publicado por: Eliseo | 03/06/2008 en 11:02 a.m.