Por: Humberto Unzueta
30 AÑOS POR HACHE O POR BE
Cuando tal día como hoy, hace treinta años, un grupo de dirigentes de varios partidos abertzales y de izquierdas fundaron Herri Batasuna era difícil imaginar las vicisitudes que le depararía el futuro. Su labor política hasta su refundación en Batasuna ha estado marcada por su doble acción en el ámbito popular e institucional, su permanente reclamación del socialismo y la independencia, su intento de agudizar las contradicciones del Estado para obligarle a abrir procesos de negociación, su cercanía simbólica a ETA y la incapacidad de desmarcarse de su violencia, el acoso policial de muchos de sus miembros y cuadros por sus presuntos lazos con la organización armada, y, últimamente, por los procesos de ilegalización que le abocan prácticamente a la clandestinidad de la que surgió.
El origen de HB se remonta a los tiempos de la transición. La política bullía por los cuatro costados de Hegoalde ante lo que se estaba cocinando en el ruedo ibérico para afrontar el posfranquismo. Los sectores populares de izquierda y abertzales estaban muy activos para intentar tomar posiciones, pero la división entre ellos era muy grande. Colectivos y grupúsculos de todo tipo se disputaban un espacio social y político y en ocasiones se enzarzaban entre sí en disputas.
Mientras en Madrid se redactaba la Constitución española, en Altsasu dirigentes de los partidos LAIA, HASI, ESB y ANV -a los que luego se sumaron notables independientes como Telesforo Monzón, José Luis Elkoro o Patxi Zabaleta- troquelaban una coalición en la que luego se conoció como Mesa de Alsasua. Tasio Erkizia, histórico militante de la izquierda abertzale oficial, no participó en aquellas reuniones, pero les seguía la pista de cerca. "Sabíamos que se iba a celebrar la reunión para fundar HB y lo vivimos con una gran ilusión y con la esperanza de que se iba a crear un instrumento político muy importante para Euskal Herria", recuerda. Erkizia subraya que "por encima de las diferentes sensibilidades, formas de lucha y modos de implicación, se logró un proyecto de mínimos para defender los derechos de Euskal Herria ante la reforma del régimen franquista, que no ruptura, que se estaba preparando". Parecidos recuerdos le vienen a Iñaki Aldekoa, en la actualidad dirigente de Aralar y entonces miembro de ESB: "HB surgió como una opción del conjunto de la izquierda abertzale unida frente a retos electorales para la lucha política, institucional y de masas, pero con primacía de la política".
Las fotos de aquella primera fase de HB recuerdan la primera hornada de dirigentes de la izquierda abertzale que formaron parte de la primera Mesa Nacional, entre ellos, Telesforo Monzón, Jon Idigoras, Francisco Letamendia Orlzi -que tras abandonar puño en alto el Congreso durante su breve paso por EE, engrosó luego las filas de HB-. Txomin Ziluaga, Patxi Zabaleta, Jokin Gorostidi, Iñaki Aldekoa, Iñigo Iruin o Tasio Erkizia.
Esta primera época la transitó HB con la alternativa KAS bajo el brazo como proyecto político. La propuesta modelada inicialmente en 1976 por ETAm sufrió varios ajustes a la coyuntura del momento, pero fue la columna vertebral de la izquierda abertzale durante toda la década de los 80.
En medio, habían ocurrido algunos episodios que marcaron el devenir de la coalición. La visita del rey Juan Carlos I a la Casa de Juntas de Gernika en 1981 y el recibimiento que le dispensaron los dirigentes de HB, al son del “Eusko Gudariak”, quedó grabado a fuego en el imaginario de la izquierda abertzale. Mientras ETAm -los polimilis se disolvieron en 1982- seguía su escalada violenta asesinando principalmente guardias civiles y militares, el Batallón Vasco Español, primero, y el GAL, después, irrumpieron para atentar" contra miembros de la izquierda abertzale, entre ellos al dirigente de HASI Santi Brouard.
El atentado de ETA contra el centro comercial Hipercor, en junio de 1987, se saldó con 21 muertes, todas ellas civiles. Fue la acción más sangrienta e indiscriminada llevada a cabo por la banda en toda su existencia, aunque desde las filas de HB se justificó como "una expresión del conflicto". "Estas situaciones se viven con dolor e impotencia, porque nosotros también sabemos lo que es el dolor propio y ajeno. Lo viví con más necesidad de superar la situación de enfrentamiento feroz que se daba en aquellos momentos", señala Tasio Erkizia. Paradójicamente, ese mismo año HB toca su techo electoral en las elecciones al Parlamento europeo al lograr cerca de 370.000 votos (116.000 de ellos fuera de Hego Euskal Herria) y conseguir un eurodiputado. La coalición se convirtió en la primera fuerza electoral en los cuatro herrialdes. La figura del heterodoxo Txema Montero, cabeza de cartel electoral, emerge con luz propia.
Pero bajo la espuma de la superficie, una corriente de fondo arrastraba a la formación a una deriva sin retorno. "No se dio el paso -rememora Montero- para dotar de una estructura política asentada de cara a realizar un trabajo estable y permanente y de ahí dar el salto institucional, ni se dotó de una política autocentrada, HB siempre estaba dependiente de estructuras políticas paralelas, principalmente KAS. Y tampoco se aceptó el trabajo en las instituciones, de hecho en la única que se aceptó participar de forma estable fue en el Parlamento europeo". Al año siguiente se oyen las primeras voces disonantes con respecto a ETA, entre ellos, el propio Montero y Txomin Ziluaga, dirigente de HASI, quien criticó el atentado de Hipercor y pidió a ETA "tomarse unas vacaciones". Dos años más tarde hizo lo propio Iñaki Esnaola, por lo que fue apartado de la dirección. Montero siguió sus pasos unos meses después al ser expulsado de la formación.
El punto de inflexión
Tras el fracaso de las conversaciones de Argel, la década de los 90 estuvo marcada por los designios de la ponencia Oldartzen, que abogaba por la "socialización del sufrimiento". Fue un punto de inflexión en su historia. Pretendía forzar al resto de los partidos a posicionarse sobre las negociaciones, haciéndoles saber que también son destinatarios de la violencia. Fue el principio de los asesinatos a políticos, y el origen de las movilizaciones sociales, la corriente de las víctimas y el aislamiento de la formación.
La detención en 1997 de toda la Mesa Nacional de HB fue la antesala de las ilegalizaciones que más tarde han sufrido la propia formación, así como sus sucesivas herederas. El mahaikide Floren Aoiz fue uno de los detenidos. "El Estado calculó mal los efectos de esa medida. Pensaron que HB quedaría sin cabeza y, por tanto, sin norte, sin capacidad para seguir haciendo política. Los sucesivos gobiernos han insistido en el error, sin comprender que esa estrategia represiva estaba condenada al fracaso". Mientras Aoiz estaba en prisión, ETA declaró una tregua en 1998, a la que siguió el Acuerdo de Lizarra-Garazi. Junto con Batzarre y Zutik, HB creó Euskal Herritarrok, plataforma electoral para las autonómicas y que logró unos buenos resultados. Pese a todo, la tregua se rompió y con ella el Acuerdo de Lizarra. "Todos cometimos errores, pero creo que la izquierda abertzale arriesgó más que nadie y, en un momento dado, se quedó sola porque los demás tenían otras prioridades, y sola no podía sacar adelante el proceso".
Con el final de Lizarra, EH saltó en mil pedazos y de las entrañas de HB se desgaja Aralar por sus diferencias respecto de la violencia y sobre el reconocimiento de los ámbitos navarro, de Iparralde y de la CAV. HB comenzó un proceso de refundación que culminó en 2001 con el nacimiento de Batasuna. Fue el epílogo de HB antes de su ilegalización en 2003 firmada por el juez Garzón.
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PEDRO IBARRA
Catedrático de Ciencia Política de la Universidad del País Vasco
“HB Y BATASUNA HAN AGOTADO EL MODELO DE RELACION CON ETA”
Desde su particular observatorio en el Campus de Leioa, Ibarra lleva muchos años escudriñando la vida política vasca, con atención especial a sus agentes políticos, entre ellos HB. Esa perspectiva le lleva a concluir que ETA se ha vuelto en contra de los intereses de la izquierda abertzale
H.UNZUETA
¿Qué papel ha desempeñado HB -y sus sucesoras- en los últimos treinta años?
HB nace, se desarrolla y se mantiene con el proyecto de cubrir y construir el espacio político de la izquierda abertzale radical. Aglutina distintas fuerzas y grupos que forman un movimiento aglutinador de la izquierda nacionalista vasca. Históricamente lo ha logrado, hasta tiempos recientes en los que se han producido algunas salidas de ese espacio para conformar otro partido político, como es el caso de Aralar. Hasta hace muy poco el nacionalismo radical en Euskal Herria era HB.
¿Qué provoca que ya no sea el aglutinante de toda la izquierda abertzale?
En este tiempo ha habido dos transformaciones. Por un lado, el Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV) pasa de ser un movimiento a conformarse en un partido más clásico en cuanto a la jerarquía interna, además pierde influencia sobre otros movimientos e incluso pierde algunos de ellos y ese conjunto de organizaciones se van estructurando de manera más vertical. Por otro lado, está la escisión clara de Aralar que se reclama como partido.
Desde el punto de vista de la construcción nacional, ¿cuál ha sido su aportación en este tiempo?
Uno de los activos de Herri Batasuna ha sido seguir recordando que en este país existe una reivindicación (la independencia, la autodeterminación) que está pendiente de resolver y que los distintos procesos democráticos, transiciones, estatutos de autonomía… no resuelven ese problema. Han conseguido su objetivo de que se mantenga abierto el problema, pero no que se cierre de la forma que ellos quieren.
¿En qué medida ha hipotecado su acción política y el ensanchamiento de su base social la connivencia de HB hacia ETA?
Más allá de las conexiones que pudiera haber entre ambas organizaciones, en la práctica HB ha podido representar ese movimiento de resistencia frente al Estado español y al modelo autonómico, ha recordado que el problema está pendiente de resolución. Ha sido capaz de mantener esa comunidad de resistencia en la medida que existía ETA, es decir, que la banda armada ha simbolizado esa resistencia. Si ETA no hubiese existido en los años 80, el proceso de crecimiento de HB tampoco se hubiese dado, debido al valor simbólico de la organización en todo ese mundo. Pero luego ha ido perdiendo legitimidad en la medida en que ha aparecido ligada a ETA por su resistencia a rechazar la violencia. Esa ha sido una hipoteca muy grave y le ha metido en un terreno muy aislado, con un rechazo social cada vez más generalizado.
¿Puede salir de ese callejón sin salida?
No lo tiene fácil, pero es su asignatura pendiente. Lo intentó hacer en el proceso de Anoeta, pero no ha podido ser. Más allá de la cuestión de quién manda en ese mundo, no hay que olvidar que resulta muy difícil rechazar a una organización, incluso armada, que ha sido muy importante durante tiempo y con la que se mantienen lazos de solidaridad a través de presos... Por encima de consideraciones políticas, hay razones de cariz emocional o solidario que dificultan esa desvinculación.
Desde el exterior, ¿se le están facilitando las cosas?
No da esa sensación. No parece que en este momento la política del Gobierno español sea la de facilitarle el camino para la ruptura con ETA, a no ser que entendamos que la represión es una forma de forzarles a que lo hagan. Muy al contrario, cuanta más represión, más cierre de filas y más solidaridad con el mundo de ETA.
¿Le parece tan cerrada la organización interna de HB?
Ha habido una cierta evolución, de menos a más cerrada. Hay que tener en cuenta que tiene una presión policial muy fuerte que provoca reacciones de cierre, actitudes defensivas. En los 80, en la medida que era más movimiento que partido, era una estructura más abierta que la actual. Pero al margen de eso, es cierto que antes no era tanto, ha ido a peor, antes no era tan excluyente.
¿HB, o su sucesora actual (ANV), es más influyente hoy de lo que fue hace dos o tres décadas?
Ni mucho menos. Ha perdido una influencia sustancial en todos los campos. Entonces estuvo muy presente en muchos campos sociales, en muchas instituciones... ha sido un actor muy importante en la sociedad y ya no lo es. Ahora es un grupo muy aislado y su capacidad de influencia ha bajado sensiblemente, porque ha agotado el modelo de relación con ETA, que en un principio fue movilizadora y ahora se ha vuelto en su contra.
¿Insinúa que su futuro pasa por cambiar de modelo de relación con ETA?
Eso es evidente. Esa relación les conduce, no de una forma muy acelerada, a una erosión, a una pérdida de influencia y de legitimidad y apoyos progresiva. Sus líderes lo saben, aunque la solución no parece fácil.
La mejor influencia es el terror del enemigo.
La influencia del PNV es cero.
Publicado por: Moncho Gonzalez | 05/02/2008 en 04:41 p.m.
Pagola de ABC desde Mondragon ?
se lamenta que ETA no sea mas
dura con el PNV.
ANV reta a Garzón y convoca un acto a favor de la alcaldesa de Mondragón
J. PAGOLA. MONDRAGÓN.
ANV, pese a tener suspendidas sus actividades políticas, desafió ayer una vez más a la Justicia y convocó para mañana sábado una manifestación en Mondragón contra «el estado de excepción» y a a favor de la autodeterminación, esgrimiendo como pretexto el encarcelamiento de la alcaldesa filoetarra de este municipio, Inocencia Galparsoro.
ETA utiliza ahora Mondragón como «laboratorio» de su perversa estrategia. Si hace unas semanas asesinaba en sus calles al ex concejal socialista Isaías Carrasco, ayer envió a ANV para que pongan a este municipio como ejemplo de un territorio sometido al «estado de excepción». El victimismo del verdugo. Los impulsores de la convocatoria comparecieron frente a la Casa Consistorial con el escudo de «cargos independentistas» o «izquierda abertzale». Pero esta artimaña ya ha sido desbaratada por la Justicia, la última vez, precisamente en el auto de prisión de la alcaldesa Inocencia Galparsoro, en el que Garzón advierte de que con ello ANV pretende eludir la suspensión de actividades.
El partido proetarra, para escenificar que no está solo, montó una comparecencia con medio centenar de individuos, entre los que se encontraban uno de los cofundadores de Batasuna, Tasio Erkizia, el cabecilla de Askatasuna, Juan María Olano, que actualmente está siendo juzgado, así como los representantes de ANV Kepa Bereziartúa, Arantza Urkaregi y el alcalde de Azpeitia, Iñaki Erazkin.
En su intervención acusaron al PSOE y al PNV de «abrir el camino a Garzón» y colocar «en la diana represiva» a sus cargos públicos con sus mociones «encubiertas con el celofán de la ética». En todo caso, reconocían ayer fuentes socialistas, es ANV la que pone al PSOE, aún más, en el punto de mira de ETA. En el comunicado en el que se declaraba autora del asesinato de Isaías Carrasco, la banda advertía a las bases socialistas que no se iba a quedar de brazos cruzados mientras militantes de la «izquierda abertzale» fueran detenidos. Unos apuntan, ANV, y otros disparan, ETA.
En este sentido, los representantes de ANV vociferaron que la orden de prisión contra la alcaldesa de Mondragón no es «una garzonada», sino que responde a «estrategias concretas con fines políticos muy claros» del PSOE. «No podemos sino situar esta decisión en el objetivo claro planteado por el PSOE: acabar con el proyecto independentista», insistieron en esa pretensión de poner a los socialistas en el punto de mira, en busca de más «isaías carrascos».
En cualquier caso, insistieron en que «la represión» puede «hacer daño» a la «izquierda abertzale», pero es «inútil» para hacerla desaparecer, y advirtieron de que el Gobierno «se vuelve a equivocar» al utilizar «esa vía».
El mismo discurso que ETA
Los filoetarras, sin embargo, se reservan para con el PNV cierta capacidad de indulgencia, ya que mientras arremetían contra el aparato de Urkullu, pedían a las bases nacionalistas que se rebelen, que «se alcen y planten cara» ante «la estrategia» de la dirección de su partido. El mismo discurso esgrimido por ETA en su último comunicado. Todo apunta a que la consigna ha sido bien asumida. Pero no fueron las bases, sino el PNV como tal, y el propio consejero de Justicia del Gobierno vasco, Joseba Azkárraga, quienes se apresuraron a criticar el ingreso en prisión de Galpasoro.
El PSE, por su parte, pidió a los nacionalistas vascos, para las «mociones éticas», «el mismo entusiasmo» que habían exhibido para exigir la liberación de la alcaldesa de Mondragón. Los portavoces de ANV concluyeron con la advertencia de que es hora de decir «basta ya».
Publicado por: Curro Almiron | 05/02/2008 en 07:28 p.m.
Creo que esta situación lo único que se va a conseguir es que los pueblos vascos se radicalicen más en sus posturas políticas y además que haya más de un susto, no solo para los del PSOE o del PP. ES que incluso entre Abertzales alguno habrá por desgracia. Aquí el problema de fondo es la violencia de ETA y la violencia de Estado y mientras estemos así, solo habrá confrontación. Y mientras tanto la gente de bien asqueada por esta situación, porque no llegamos a un buen entendimiento entre vascos y vascas de diferentes ideologías.
Publicado por: nuria | 05/03/2008 en 11:56 a.m.