Por : Pilar Rahola
En las reglas de la sociedad mediática, los reyes son los políticos díscolos. Los díscolos o los castigados, tanto monta, porque ambos dan brillo a las noticias insulsas que generan los congresos de los partidos. Es tal la sensación de que todo está hecho, cocinado, deglutido y servido para ofrecimiento de las masas, que cuando aparece una audaz Nebrera, o un pertinaz Castells,