Recordemos al que fue gran escritor y polígrafo, don Arturo Campión. Sus ojos se abrieron en Pamplona por vez primera, a la luz de un florido mayo del año de 1854, perdurando todavía en la memoria de los que le conocieron toda la bondad de su carácter y la brillantez de su temperamento, aun al margen de los méritos que concurren en su obra literaria e histórica.
Campión estudió la carrera de Derecho. Su formación universitaria está enraizada a la gloriosa Universidad de Oñate, marchando luego a Madrid, donde obtuvo el grado de Licenciado. A su regreso a Pamplona, enamorado de todo lo vasco, dedicóse con afán extraordinario al estudio de cuanto se relacionara con este tema. Comenzó por aprender la lengua milenaria y se adentró tan profundamente en sus entrañas, que hoy puede considerarse a don Arturo Campión como uno de los maestros señeros en semática y filología euskérica. Su "Gramática de los cuatro dialectos literarios" de la lengua euzkara, editada, en el año 1884 por una editorial de Tolosa, le coloca a la cabeza de los didactas euskéricos, tanto que es en ella donde han bebido, como fuente de inspiración, muchos de los escritores que con posterioridad siguieron sus huellas.
Como escritor, su pluma fue infatigable. En el género histórico, tenemos la serie de las "Euskarianas", en donde, además de su contenido propiamente histórico, trata de otras cuestiones relacionadas con la ciencia etnológica, en las que Campión fue toda una autoridad. Como investigador, nos ha legado documentos y escritos que son un verdadero tesoro, muchos de ellos condensados en su obra "Orígenes del pueblo euzkeldun", meritísima en su contenido y que indudablemente tiene que contar en cualquier estudio que pretenda llevarse a cabo sobre el pueblo vasco. Otra obra notable es "Navarra en su vida histórica" en la que nos lleva como de la mano a través de las nieblas espesas de un período histórico lleno de confusionismo.
Como escritor, es Campión un literato exquisito, que da a las páginas salidas de su pluma un colorido intenso, ya en las descripciones como en los diálogos, siempre jugosos, amenos unas veces, gráciles y sencillos, sobrios y profundos otras, pero siempre campeando en todas sus obras, puramente literarias, la belleza y el arte. Un ejemplo palpable de esto, se encuentra reflejado en sus célebres "Narraciones vascas", que, merced a la Editorial Espasa Calpe, han adquirido una difusión que ha rebasado con mucho los límites de Euskal-Erria. Podemos citar entre otros: "El bardo de Itzalzu", "Pedro Mari", "Grachina", "El último tamborilero de Erraondo" todos ellos saturados de ternura y nostalgia entrañables. Mas Campión no se conforma con esta producción; su genio se eleva hasta crear obras de mayor envergadura y publica novelas como "Blancos y Negros", "Don García Almorabid" y "La Bella Easo", en las cuales acomete cuestiones relacionadas con la sociedad vasca y sus conflictos. En resumen, diremos que las características de este escritor son: fondo denso, disección minuciosa de los personajes y galanura sin par en la expresión.
En su actuación dentro de la política, Campión fue diputado a Cortes por Navarra cuando la Gamazada. También a Navarra le cabe la satisfacción de haberle contado como uno de los parlamentarios de aquel ciclo histórico de 1893 a 1894. El discurso que pronunció el día 22 de julio de 1893, consumiendo un turno contra el Proyecto de Presupuestos, fue una pieza oratoria con una magnífica exégesis del derecho foral, expresada con una dialéctica tenaz y decidida.
Siempre sobre temas relacionados con motivos vascos, pronunció gran cantidad de discursos y escribió centenares de artículos en las más diversas publicaciones. Fue colaborador de la "Revista Euskara", surgida a raíz de la segunda guerra carlista y luego de las revistas "Euzkal-Erria", "Euskal-Erriaren Alde" y "Euskal Esnalea". Ejerció durante muchos años el cargo de Presidente de la; Comisión de Monumentos Históricos de Navarra, precursora de la actual Institución Príncipe de Viana. Su actuación al frente de la mencionada Comisión fue "muy notable y culminó con el ciclo de las fiestas en honor del Brazo de San Francisco Javier y la elección del monumento de Maya. "
Fue miembro correspondiente de las Academias de la Historia, de la Lengua y de la de Ciencias Políticas y Morales, Presidente de la Sociedad de Estudios Vascos y tantos otros cargos a los que se hizo acreedor por los méritos de su obra.
De euskeralogía y sin llegar desde luego a la categoría dé su "Gramática de los cuatro dialectos literarios", tiene publicados interesantes trabajos, entre ellos, un "Ensayo de las leyes fonéticas de la lengua euskara". En la lengua vernácula escribió la bellísima balada "Orreaga", encantadora versión dialectal y "Denbora anchiñakoen ondo esanak".
Toda su vida fue un trabajador incansable y ya en los últimos años de aquella longevidad veneranda, cuando todavía dictaba don Arturo Campión a su secretario don José Zalba sus libros póstumos, con una energía desbordante y con una lozanía de asombro, dirigiéndose a éste exclamaba: "Amigo Zalba, estos sí me fallan, pero éste otro, cada vez más despierto". Refiriéndose con lo primero a los sentidos y con el segundo al cerebro.
Todo lo relacionado con la temática vasca le subyugaba, pero sobre todo, el idioma, cuyo cultivo llegó a constituir en él una verdadera obsesión. En la iniciación de su "Gramática" exclama así: "Aunque el euskera fuera un idioma desabrido y torpe, le amara yo como a las niñas de mis ojos", aseveración delicadísima en relación con lo que el idioma vasco significa.
Campión murió en San Sebastián el 18 de Agosto de 1937 cuando la vorágine de la guerra había sacudido hasta en sus raíces más profundas las tierras de Euzkadi. Se cerraron los ojos del venerable anciano a la caricia del estío, pero su obra pervivirá para "elogio de propios y extraños.
Cerramos pues este artículo, con el que solamente hemos querido dedicar un homenaje y un recuerdo a tan eximio navarro, que es decir vasco, del que tan difícil resulta escribir, cuando hay que glosar tantas y tantas cualidades maravillosas reunidas en una sola persona.
Campion: Todo un campeón, txapeldun.
Publicado por: Roberto | 11/15/2011 en 08:05 p.m.