Nada que ver el Alderdi Eguna 2008 con aquel rústico de 1977 en Aralar, aunque el tiempo fuera el mismo. Muy bueno. Claro y fresco. Aquel fue un primer reencuentro con casi todos los gudaris vivos así como las personalidades del exilio. El del domingo, treinta años después, estaba lleno de mucha gente que en aquel entonces no estaba ni en proyecto. Y con casi todos aquellos fallecidos. De ahí que las condiciones técnicas eran propias de campaña norteamericana. Eso significa, mayor comodidad, buena audición de los oradores en sus intervenciones, pero quizás, y por lógica de la vida, menos ilusión.