Hace tiempo, cuando los distintos Grupos parlamentarios regalaban agendas y mantas, el Grupo Vasco regalaba legumbres, txakolí, un Rioja y algo más. El éxito estaba asegurado. A la recíproca Dieter Koniecki que representaba en Madrid una Fundación alemana nos mandaba un dulce navideño alemán muy bueno. Otro éxito.
Este año no ha faltado a la cita pero lo ha hecho enviándonos ésta carta, que escrita por un alemán, tiene su miga. Tras su lectura uno constata que de verdad estamos en crisis pero que saldremos de ella. Dice así Dieter:
Estimados amigos:
En nombre de Pilar y toda mi familia os deseo, como desde hace muchos años, acompañado por el dulce navideño alemán, todo lo mejor para estas fiestas y para el año que viene.
Si lo hago a través de una carta más extensa y no de las pequeñas tarjetas de felicitación tiene una razón que refleja un poco la situación socio-económica en la que nos encontramos.
La famosa crisis económica a veces tiene fenómenos absolutamente inesperados que afectan en mi caso hasta un objeto tan inocente y sabroso como los pasteles de Navidad.
Este año por vez primera una gran cadena internacional de supermercados de origen austríaco, "LIDL", se ha lanzado con un "Stollen" y ha invadido, tanto en mi país como en algunos países europeos, todo tipo de centros comerciales y tiendas con un producto parecido pero con un precio tres veces más barato que el que os mando. Esto en sí todavía no sería un obstáculo y sin petulancia afirmo que la diferencia de calidad de "mi" pastel no tiene nada que ver con esta oferta masiva.
Lamentablemente no lo ven así los consumidores y los distribuidores, y mi proveedor, un famoso grupo de panaderos en el centro de Alemania, me ha avisado que este año será la última vez que puede cumplir sus compromisos conmigo. Ya no se meten en el negocio en el extranjero por no ser rentable, pero peor aún, las mismas empresas distribuidoras aquí ya no quieren pagar a los mensajeros que les resultan demasiado caros.
Siendo cliente por más de 28 años en este específico asunto también me conceden la última oportunidad y me garantizan la distribución de mi tradicional regalo al "circulo de hierro" de mis amigos.
Todo ello lo digo con dolor, pero al mismo tiempo os animo a que disfrutéis este dulce regalo esta vez con mucha mayor conciencia mezclada con un sabor agridulce de despedida.
¡Que celebren unas muy Felices Fiestas! y en enero entraré nuevamente en contacto con vosotros para mantener y actualizar mi banco de datos y nuestra amistad, que he intentado cultivar también a través de este detalle al menos una vez al año.
Un fuertísimo abrazo de todos nosotros
Dieter Diciembre de 2008
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