Por Joseba Ezeolaza miembro de Batzarre
No pretendo definir sino subrayar; no quiero dibujar sino sugerir. Animar, en su exacto sentido. Herir pájaros soñolientos.
(Federico García Lorca)
NINGUNA guerra, ningún hecho violento tiene la honestidad de confesar que el dolor que genera, en la mayoría de las ocasiones, es más poderoso que la justicia por la que pretende luchar. Así las cosas, se suman una serie de exageraciones, deseos, realidades a capricho que permiten hacer el intento, contra los tiempos que corren, de reproducirse para seguir en la tragedia.
Estamos en guerra, el ellos y el nosotros, la literatura exagerada, son conceptos que permiten la reproducción social de ETA, de ahí que sea necesario de una vez por todas desmontar ese andamiaje conceptual y sentimental que nos hace seguir pendientes de los que se tapan los oídos a cañonazos, de los que están más acostumbrados a sus ecos que a las voces, estirando una supuesta guerra mentirosa y cruel, que asesina por pensar diferente.
Durante el franquismo y la transición, las fuerzas de izquierdas y las abertzales dieron un plus de rebeldía a ETA, tal vez cegados por el mito guerrillero, por la contestación a un régimen dictatorial que también, vaya paradoja, asesinaba desde el poder por pensar diferente. A partir de esa idea, existió y existe demasiada consideración hacia ETA y su mundo, y poco o ninguna atención hacia las víctimas que su actuar producía y produce. Y se infravaloró las consecuencias negativas de toda índole que acarrea la persistencia de ETA.
Volvíamos la cara para otro lado, teníamos enormes dificultades para mostrar nuestra solidaridad sin matices hacia la persona que había sido víctima.
Desde Batzarre hace unos cuantos años comenzamos a realizar una reflexión madura, serena y transparente sobre nuestro papel en el pasado, y nuestra mirada para el presente. Por eso nuestra autocrítica no es solamente una mirada hacia atrás, hacia un pasado que fue como fue y ya no podemos modificar. Es además, y sobre todo, una afirmación de los valores e ideas con las que ahora queremos que nos identifiquen.
La deslegitimación social de ETA, por lo tanto, es una condición, seguramente imprescindible, para la desaparición de ETA. Por eso desde las izquierdas y el vasquismo debemos reafirmar unos valores que contribuyan, como he comentado, a desmontar el andamiaje y los pluses de una organización antipluralista y, sobre todo, a trabajar contra la deshumanización de las víctimas.
La deshumanización es aquella actitud que pretende arrebatar el rostro a la víctima y sustituirlo por una toga, un tricornio o una ideología. Deshumanización es romper la lógica de la persona como ser social, frente a la barbarie que supone matar. Deshumanización es cuando los mecanismos de inhibición biológicos de la violencia se paran y se sustituyen por otras categorías. En fin, deshumanización es la construcción del otro como objeto del odio, para hacer una valoración asimétrica del dolor.
De ahí que se produzca, en ese mundo, lo que se llama una desconexión moral, por ejemplo, en la valoración de la vulneración de los derechos humanos, o cuando se impone una muerte para luchar contra la supuesta imposición del Estado español.
ETA no es una fuerza abertzale emancipadora, ETA es un retroceso para muchas reivindicaciones, porque su entramado de intimidación sólo aportan realidades muy negativas. ETA no es la expresión del conflicto Euskadi-España, en principio porque el principal problema de la sociedad vasca y la navarra es la mala gestión de su secular pluralidad. El conflicto de ETA es contra la propia sociedad democrática.
Por eso sorprende que haya quienes den credibilidad a ciertas verdades sociales para el universo abertzale y de la izquierda radical que no se sostienen y, lo que es peor, permiten construir una literatura exagerada que agranda la identidad, falsa, de resistente. Se ha dado, y se da, la exaltación de valores y visiones duras, que son más estéticas que rigurosas, como si decir que nada ha cambiado fuera más radical que no decirlo.
Matar o intimidar a la otra parte por pensar diferente o por ser de la otra identidad es absolutamente ilegítimo. Es ilegítimo lo que hacen a sus víctimas, es ilegítimo el por qué lo hacen, y es ilegítimo para qué lo hacen. En todo caso sostenemos que la sociedad sí debe una reparación a las víctimas, cuya situación ha sido y es muy penosa porque al daño sufrido suman su invisibilidad y la insensibilidad social, sobre todo, desde la parte que está políticamente más alejada de ellas.
Es obvio que no todo vale contra ETA. Los casos de torturas y arbitrariedades minan la legitimidad y credibilidad del estado democrático de derecho, y generan un dolor, también, innecesario.
Pero en mi opinión, no cabe la ambigüedad a la hora de condenar las acciones de ETA (y esto no quiere decir amparar o justificar actuaciones contra los derechos humanos), ni cabe utilizar otra retórica en función de quién es la víctima, eso es estar anclado en los 80.
La raíz de ETA es el fanatismo, porque pretende imponer una sociedad contra la voluntad mayoritaria de ésta, porque es antipluralista, porque arremete contra los que defiende legítimamente la identidad mayoritaria en Navarra; la navarro-española.
Lo peor de ETA son las consecuencias de su persistencia, ya que prolonga una tragedia inútil, empeora su propia situación y la de su entorno, favorece a las corrientes que están por restringir libertades y derechos, crea un clima desfavorable para una buena convivencia de identidades y para el cambio político en Navarra es un problema más que evidente.
ETA debe formalizar su abandono de las armas de manera inequívoca, con certeza absoluta para sus víctimas potenciales, que han de poder vivir sin la amenaza que pende sobre ellos. Por eso me pregunto ¿para qué tener un proyecto para las tierras si no tenemos un proyecto para las personas?
Analisis hipocrita.
La ETA es el mejor instrumento para atacar España.
El PNV es una panda de cobarde.
Publicado por: Luis Gonzalez | 02/23/2009 en 12:49 a.m.
Luis Gonzalez: en el fondo eres uno de tantos intransegentes que pueblan "la piel de toro", que cree que -quizas- todos los vascos por el hecho de prentender (una parte de dichos vascos) que no nos sentimos españoles estamos "en el mismo saco", que "todo es uno", Sr. Luis G., como siempre digo: te han comido el coco....(presumo que seguramente desde la COPE o desde la SER, ahi siempre se escuchan comentarios parecidos)
Me gustaria saber -si no es mucho pedir- en que te basas en decir que "El PNV es una panda de cobarde."?? Y por favor...con un poco de fundamento, al menos como el de este magnifico post, la verdad en mi humilde opinion, tiene mas fundamento que eso tan Gratuito y "repetitivo" que la mentira "goebelsbilina (por lo de J.Goebels, para que me entiendan)" dicha por ti y muchos intransigentes como tu, Luis G.
Salu2 desde Venezuela, agur!!
Publicado por: xabier | 02/23/2009 en 03:45 p.m.
Muy simple.
Los españolistas tiene su lista de victimas.
La ETA tiene su lista de victimas.
Cual es la lista de victimas del PNV ?
Querer ser vasco solamente es algo duro y dificil de conseguir.
A la buena, nunca.
A la dura/mala, tal vez.
En el PNV no queda claro la diferencia entre la construccion de un pais y seguir chupando de la teta.
Escuchar a los miembros del PNV en los medios españoles da pena.
Haci mejor ser español y punto.
Y las banderas, mejor tenerlas puestas. Cuando la española no este es porque Euskadi existe.
Publicado por: Luis Gonzalez | 02/23/2009 en 09:33 p.m.