El domingo la Asociación que agrupa a los supervivientes y familiares de la Batalla de Matxitxako entre los Bous y el crucero “Canarias” celebraron su acto anual. Este año, habida cuenta que la carretera entre Bakio y Bermeo estaba cortada, la convocatoria fijaba el lugar en la Atalaya de Bermeo, un lugar magnífico, del que se divisa una vista extraordinaria.
El presidente de Matxitxako Elkartea, es Javier Olabeaga, hijo de un primo de mi ama. Su padre fue el segundo del Bou “Bizkaia”.
Llegué justo cuando comenzaba el acto. Un sacerdote rezaba un “Aita Gurea” por los fallecidos durante el año. Después habló Juan Pardo, alma de la recuperación de esta gesta increíble y buen conocedor de todo lo que pasó con la Marina Auxiliar de Guerra del Gobierno Vasco. Un “Gora Euzkadi Azkatuta” de uno de los supervivientes y el “Eusko Gudariak” , cerraron el acto.
Allí estaban, además de dos sobrevivientes, el anterior alcalde de Bermeo, Goienetxea, concejales del PNV, de Aralar, la senadora Lentxu Rubial y la parlamentaria Idoia Mendia, quien dentro de una semana será la portavoz del Gobierno y su Consejera de Agricultura y Pesca.
Después había una comida y la mayoría volvía a Donosti.
La batalla del cabo Matxitxako fue un enfrentamiento naval que tuvo lugar el 5 de marzo de 1937, durante la Guerra Civil, entre la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi (Euzko itsas Gudarostea), la marina del gobierno autónomo vasco, fiel a la República, y el crucero Canarias, perteneciente a la marina franquista, en aguas del cabo Matxitxako, frente a las costas de Bizkaia.
El 5 de marzo de 1937, el Canarias llegó al Cantábrico y apresó al mercante Galdames, que se dirigía a Bilbao, a la altura del cabo Matxitxako. Para ello tuvo que enfrentarse a los bous vascos (barcos bacaladeros armados con cañones) que, pese su inferioridad manifiesta, le hicieron frente con gran valor y arrojo, resultando hundido uno de ellos (el Nabarra) y averiados los otros dos.
El 4 de marzo zarpó de Bayona el Galdames y, tras salir de aguas francesas, se encontró con los bous Gipuzkoa, Nabarra, Bizkaya y Donostia que acudían para darle escolta hasta Bilbao. Del Ferrol había salido el Crucero Canarias al mando del capitán de navío Salvador Moreno, con la misión de interceptar a los mercantes Galdames y Mar Cantábrico, de los que se tenía información de que llevaban armas y suministros para la República.
La mar gruesa y las condiciones en que navegaba el convoy del Galdames, con todas las luces apagadas para evitar ser vistos por el enemigo y en silencio radio, hizo que el Gipuzkoa y el Bizkaya se adelantasen. Al amanecer, cuando buscaban al resto del convoy, se dieron de bruces con el Canarias.
El Bizkaia estaba capitaneado por Alejo Bilbao, mientras que el Gipuzkoa por el joven Manuel Galdós, ambos curtidos como capitanes en la marina mercante. El capitán del Nabarra era Enrique Moreno Plaza, natural de Cartagena, Murcia. La estratagema de ambas naves fue separarse y tratar de atraer al crucero al alcance de las baterías costeras bizkainas, con cañones de calibre mucho más grueso que los de sus naves, que sólo eran de 52 mm en proa y de 47 mm en popa. El crucero Canarias poseía multitud de cañones de gran calibre y de mucho mayor alcance, junto a varias ametralladoras y una numerosa tripulación experimentada.
El Canarias avistó sólo al Gipuzkoa y disparó contra él, destruyendo su cañón de popa y provocándole un incendio. El Gipuzkoa, pese a su manifiesta inferioridad, aceptó con valentía el combate respondiendo al fuego y tocando al Canarias. El saldo de este combate inicial fue de 5 muertos y 12 heridos en el bou vasco y un muerto y un herido en el crucero franquista. El Gipuzkoa, averiado gravemente, se dirigió a Portugalete y el Canarias, persiguiéndole, entró dentro del radio de alcance de las baterías costeras de Punta Galea y Punta Lucero, que abrieron fuego contra él, lo que le obligó a retirarse hacia el Norte, en tanto que el Gipuzkoa conseguía entrar en puerto. Mientras, el Bizkaia, que se había dirigido hacia Bermeo, se topó con un mercante de bandera estonia que había sido apresado por el Canarias y que resultó ser el Yorkbrook con armas para la República, y lo lleva a Bermeo.
El resto del convoy se encontró con el Canarias, que abrió fuego contra el mercante, matando a cuatro pasajeros. El mercante izó bandera blanca y paró la máquina, rindiéndose. A continuación, el crucero franquista abrió fuego contra los bous vascos, primero contra el Donostia, que se alejó, y luego contra el Nabarra, que, pese a su manifiesta inferioridad, presentó batalla, prefiriendo hundirse que rendirse.
El combate duró más de hora y media, y terminó cuando un disparo del Canarias alcanzó las calderas del Nabarra, lo que obligó a abandonarlo. Veinte de sus 49 tripulantes embarcaron en los botes salvavidas. El comandante y otro tripulante (Enrique Moreno y Ambrosio Sarasola) decidieron quedarse a bordo y hundirse con su barco, antes que caer prisioneros de los franquistas. El resto había muerto en el combate. Mientras tanto el Donostia consiguió ponerse a salvo, dirigiéndose a Bayona.
El Canarias recogió e hizo prisioneros a los 20 supervivientes del Nabarra, que unos meses después fueron juzgados en Consejo de Guerra y condenados a muerte. La intercesión directa ante el general Franco del comandante y del director de tiro del Canarias (Salvador Moreno y Manuel Calderón), impresionados por el valor demostrado por el Nabarra, hizo que Franco les indultara y les pusiera en libertad en reconocimiento a su valentía.
El Canarias llevó al Galdames a Pasajes, donde un pasajero se tiró al agua intentando huir, pero fue muerto a tiros. La tripulación y pasajeros del Galdames fueron condenados a prisión y alguno fusilado. El más significado de los fusilados fue Manuel Carrasco Formiguera, político católico catalán de Unió y representante de la Generalidad de Cataluña ante el Gobierno de Euzkadi.
En memoria de los caídos este día, el Gobierno Vasco en el exilio instituiría en 1978 el «Itsas Gudarien Eguna» que suele celebrarse en Bermeo el primer domingo del mes de marzo, salvo este año.
La anécdota que más me impresionó de chaval en la lectura del libro sobre la Batalla publicado por Bidasoa es la del familiar de uno de los muertos en combate que acude al despacho de un responsable del Gobierno Vasco (Joseba Rezola, creo recordar aunque puede que sea el propio Egia). Cuando le comunican a Rezola que esta persona quiere verle, Joseba se prepara para recibir un rosario de quejas por no haber hecho lo suficiente para apoyar a los gudaris del Nabarra desde tierra. Y sin embargo el recién llegado se presenta con esta frase: "Vengo a cubrir el puesto que ha dejado mi hermano". Nunca he visto sintetizados con tanta precisión los valores del sacrificio y el valor.
Nunca les olvidaremos. Oraindik bizirik daude geure oroimenean!!
Publicado por: Edu Araujo | 04/28/2009 en 01:19 p.m.
Eskerrik asko Edu por acordarte de Bidasoa. Como sabes el autor del libro que citas "Matxitxako Luurmuturreko Itsas Guda - 1937-3-5) fue escrito por José Maria de Gamboa, Presidente de Bidasoa hasta su muerte el 10-01-2009. Curiosamente ese mismo día pero del año 1945 fue herido por el Ejercito de Adolfo Hitler (para los que lo ignoran, Adolfo Hitler fue el Führer de la Alemania Nazi aunque él era Austriaco de nacimiento) en la batalla de las Ardenas en Belgica.Ver los posts de Iñaki del mes de Enero.
Agur bero bat Edu!
Joseba
Publicado por: Joseba Agirre Zabala | 04/28/2009 en 09:58 p.m.
Eskerrik asko a tí, Joseba!. Nunca he tenido ocasión de contarte una anécdota personal y familiar entorno a José Antonio Agirre y Lekube. Con permiso de Iñaki te la resumo en unas pocas líneas... Tendría yo once o doce años cuando en una visita a mi tío abuelo Enrique Araujo escuché por primera vez, y en una voz que yo idolatraba, hablar del Lehendakari a álguien que le había conocido personalmente. Mi tío, que se alistó como simple soldado el mismo día que estalló la sublevación fascista, llegó al grado de Comandante del Batallón Isaac Puente, de la CNT y fue nombrado Teniente Coronel de Estado Mayor a instancias del propio Agirre. Tenía un carácter tan indómito que pese a simpatizar con su causa, no se consideraba anarquista porque no creía más que en "el corazón de los hombres buenos y honestos, individualmente, no sometidos a más ideología que su propia conciencia". Recibió la medalla al valor de la República junto con todo su batallón por detener el avance del ejército fascista durante quince días tas la caída del frente vasco.
Aquella tarde había leído yo el libro de Steer que tenía mi abuelo y me había llamado la atención el relato que hacía Steer de Agirre, así que le pregunté a mi tío por él. "Un hombre tan bueno como él hubiese merecido gobernar su país en la paz" me contó mientras le brillaban los ojos de emoción. Cuando nos fuimos mi aita me contó un ejemplo de hasta que punto aquel viejo soldado había querido y respetado a su Comandante en Jefe: A la muerte de Jose Antonio, mi tío, que ya había pasado unos años en la cárcel condenado a muerte, se plantó en la frontera de Irun para acudir a su funeral. Cuando el carabinero le preguntó a dónde iba él se limitó a contestar: "Voy al entierro de José Antonio Agirre"... y le dejaron pasar!!. Seguro que aquel guardia civíl no sabía ni quien era aquel Agirre ni a quién tenia delante!!. A la vuelta los superiores del carabinero ya se habían enterado y mi tío pagó su descaro con más meses de cárcel.
Por eso cuando escucho a algunos necios mentir sin vergüenza sobre el Lehendakari me hierve la sangre...aunque sólo sea por honrar la memoria de dos hombres buenos y valientes!!.
Besarkada bat!!!
Publicado por: Edu Araujo | 04/30/2009 en 12:05 a.m.
Un comentario sobre el comandante del Nabarra, Enrique Moreno Plaza. Se ha dicho que era de La Unión (Murcia), pequeña localidad enclavada dentro del municipio de Cartagena. También se ha dicho que era natural de Cartagena. En realidad nació en la localidad minera de El Llano del Beal, muy próxima a La Unión, pero perteneciente al término municipal de Cartagena. Estudió en Cartagena y luego -como yo- se casó con una guipuzcoana. Era pues, cartagenero, el mayor héroe de la Marina de Guerra de Euzkadi, de lo cual me enorgullezco.
Publicado por: Pedro López Baquero | 04/29/2010 en 02:08 a.m.
Es más, el propio Arturo Pérez Reverte, en su artículo dedicado al "Gudari de Cartagena", se lía un poco cuando afirma que era de "La Unión, Cartagena". No. La Unión -se ve que lo escribió deprisa y se le escapó el gazapo- tiene ayuntamiento propio y no pertenece a Cartagena, sino a la provincia de Murcia, aunque está rodeada de Cartagena por todas partes salvo por una pequeña salida al mar. En la actualidad, finalizada la actividad minera, prácticamente es un barrio-dormitorio de Cartagena, sin actividad económica alguna salvo el sector servicios... Pero tiene Ayuntamiento propio e independiente. Sin embargo, el heroico capitán don Enrique Moreno Plaza nació en la población del Llano del Beal, insisto, pegada a la población de La Unión, pero perteneciente -ésta sí- al Municipio de Cartagena.
Publicado por: Pedro López Baquero | 04/29/2010 en 02:15 a.m.
siempre me han contado que el jefe de maquinas que metió el bou gipuzkoa en Portugalete era mi aitite ... como puedo saberlo?
Publicado por: amaia | 04/19/2013 en 04:33 p.m.