Hace dos años, por estas fechas, fue secuestrada la revista “El Jueves”. Publicaba en portada un dibujo considerado soez de Felipe de Borbón y de su esposa Letizia Ortiz y, el juez clausuró la revista. Por esos días también era noticia que los empresarios mallorquines le regalaban al rey el barco llamado “Bribón” número 14 para su regateo en la isla. Y sin embargo aquello se consideraba normal. Incluso el nombre de Bribón.
Ante eso, se me fundieron los plomos y escribí un artículo muy duro contra los veraneos de la familia real porque a mí aquello si me parecía escandaloso y no una caricatura. En mi escrito llamaba “pandilla de vagos” a todo lo que rodea el veraneo real. Esta afirmación, a los tres días la difundió la agencia Efe y se organizó, en agosto de 2007, la marimorena. Aquella si fue la verdadera canción del verano.
Curiosamente fueron los programas llamados del corazón los que en primer lugar se hicieron con la noticia y al difundirla “urbi et orbe” alcanzó un grado de interés informativo diario que prendió en la seca yesca de una opinión juvenil que comenzó en setiembre a quemar efigies del rey.
Aquella situación duró unos dos meses, pero fue muy complicada para la Casa Real que no sabía qué hacer ni que decir y por eso, al calor de esta situación una editorial catalana, me pidió una entrevista. Recibí en mi despacho de Madrid a una señora enviada por la editorial que me encargó un libro sobre mi experiencia en la Villa y Corte durante tantos años.
Les dije que sí y en los tres meses primeros del año 2008, meses de campaña electoral, escribí un borrador que se lo envié. Lo llamé “Una Monarquía Protegida por la Censura”. Habíamos tocado el tabú y la Casa Real había reaccionado silenciando cualquier noticia negativa sobre ellos.
La terminé, la envié, me acusaron recibo y me dijeron que se leía de un tirón. Pero al cabo de tres meses me dijeron que no se podía publicar y no me podían dar la menor explicación. Intuí que la Casa Real había hecho bien su trabajo de presión. Así las cosas un buen día me encontré en el aeropuerto con el periodista y editor Javier Ortiz al que le conté lo sucedido. Me contestó que él se comprometía a editarla. Y ese fue su último trabajo. Desgraciadamente falleció el mes de abril.
Y el libro salió y está en las librerías. Tiene una buena distribución aunque algunas librerías han comenzado a sentir la presión real porque el producto no es políticamente correcto. No es admisible que desde dentro del sistema se cuenta cómo funciona una institución sometida al cabezazo, al silencio, a la censura y han decidido dos estrategias paralelas. Una, silenciarlo. No existe para nada. Otra descalificar al autor.
A pesar de ello el libro ha pasado una cierta barrera del sonido, el diario El Correo dijo que era el segundo más vendido, detrás del de Javier Cercás sobre el golpe de estado del 23-F y muchos lo compran para el verano.
En el libro se narra toda la opacidad que rodean las cuentas del monarca, el hecho de que la figura del príncipe de Asturias solo existe a efectos de la sucesión, las escapadas del rey, su implicación en la guerra de Irak, el apoyo a la campaña de Patxi López, el hecho de que nunca arbitra ni modera nada, el irrespeto a las lenguas cooficiales, la primacía del varón sobre la mujer en una Constitución como la iraní, los negocios del rey y sus amantes, en fin, todo aquello que harían que una encuesta bien hecha y con preguntas adecuadas diese que, a pesar de lo que digan, la monarquía no es la institución más valorada y que cuando desaparezca éste monarca habrá llegado la hora de elegir un jefe del estado de forma democrática y no por procreación. ¿Se da usted cuenta del por qué el libro no gusta nada en la Villa y Corte pero le gusta a la gente joven y a ese republicanismo que lleva demasiado tiempo callado?.
es bueno saber todas las verdades.Empieza ahora con las de los vascos.
Publicado por: isa | 01/27/2011 en 09:21 p.m.