Guando Ségolène Royal todavía no era candidata pero se hablaba en Francia de que estaba a punto de serlo, el Grupo de Amistad con Francia viajó a París. Previamente nos preguntaron con quienes queríamos tener un contacto. Con Delors, con Sarkozy, con Ségolène y con el ministro de Transportes. Salvo con Sarkozy que estaba de viaje, estuvimos con los otros tres.
Con Ségolène fue un desayuno. Llegó envarada, nos dio la mano, no nos preguntó quiénes éramos, soltó su rollito, contestó con evasivas y se fue. Le regalamos un pañuelo que se lo puso. Elegante, interesante, pero nada más. Mujeres como esas en la política española y en la vasca he visto más de dos millones. Pero nada que produjera la impresión que estábamos ante una verdadera lideresa.
El marketing tiene muchas virtudes pero no puede inventarse la realidad y la realidad es la de una señora ambiciosa, terca, pero que no aporta nada nuevo y que sus palabras no están avaladas por sus hechos.
Quizás por todo esto no le van las cosas bien.
Las próximas elecciones son para la socialista Ségoléne Royal, una prueba crucial. Para optar de nuevo a la carrera hacia el Elíseo, debe mantener a toda costa la presidencia de Poitou-Charentes.
Sin embargo, pese a que las encuestas la continúan dando como ganadora en su región, en el ámbito nacional francés la popularidad de la que fuera la esperanza blanca de los socialistas ha caído en picado. La otrora reina de los sondeos ha sido desbancada por su antiguo rival en las primarias, Dominique Strauss-Kahn, catapultado a Washington por Sarkozy como presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI). También aparece por detrás del alcalde de París, Bertrand Delanoe, la secretaria general del partido, Martine Aubry y su excompañero, François Hollande.
Además, la que era una de sus principales virtudes, su independencia frente al aparato del partido, es ahora un problema. El 74% de los franceses estiman que la excandidata se ha convertido en un handicap, y el 62% consideran que debería defender las posiciones del PS, de las que disiente a menudo.
Royal afronta su travesía del desierto casi en solitario. Tras perder el pulso por el control del partido en una controvertida votación de la militancia -los dos bandos se acusaron de hacer trampas-, el equipo de la excandidata se "ha ido adelgazando.
El que fuera su portavoz, Julien Dray, y algunos barones territoriales se han distanciado de la excandidata. Otros, como el eurodiputado Vincent Peillon, han dado un sonoro portazo. El filósofo Bernard-Henri Lévi ha dejado de loarla en sus artículos. También se batió en retirada el productor Dominique Besnehard, inspirador de la modernización de su imagen.
Su principal mecenas, Fierre Bergé -pareja del fallecido Yves Saint Laurent- ha cerrado el grifo. Mantiene la cesión gratuita del cuartel general de Royal en el céntrico boulevard Raspail de París, pero se negó a pagar la factura de 41.000 euros que le extendió André Hadjez, la nueva pareja de Royal, por la remodelación de la web de la plataforma de apoyo Desir d'Avenir (Deseos de futuro), criticando su estética cursi.
Veremos qué pasa pero Francia necesita líderes más consistentes.
Pues, nada, Sr. Anasagasti, seguiremos buscando, en España, en Francia y en donde sea. A ver si encontramos un socialista bueno, digno de su aprobación. Aunque, para serle sincero, yo ya estoy empezando a dudar de que eso sea posible y a pensar que, a lo mejor, el problema es de usted, y no de los socialistas. Ya sabe: si un alumno suspende, es culpa del alumno, pero, si todos los alumnos suspenden, es culpa del profesor.
Publicado por: Ramon | 02/28/2010 en 10:15 a.m.
Francia no tiene leaders. Sarkozy (pronúnciese Shárkosi) podría serlo en Hungría, pero en ese gigante de pies de barro que es Francia no se puede ser leader de nada, sino el gestor de una gran creación militar que contiene a las masas francesas, como las llamara Sartre.
El ridículo de Besson -és sarkozyi- a cuenta del obseso debate identitario del inexistente "pueblo francés" no ha podido ser més claro: 50.000 (en letra: cincuenta mil) ridículos envíos anónimos o firmados diciendo cómo es eso de ser "francés". En Euskal Herria se organizó un solo debate. Fue en la Cámara de Comercio, y fue organizada por... EL SUB-PREFECTO !!! No, no ha sido la sociedad civil vasca, no la Cámara vasca de comercio (http://www.bayonne.cci.fr/index.php?Itemid=86), ni asociación alguna: el subprefecto. 4 gatos acudieron, claro.
http://www.debatidentitenationale.fr/organisation-du-debat-sur-l/?search=1&dprint=&mprint=&yprint=®ion=Aquitaine&departement=Pyr%C3%A9n%C3%A9es-Atlantiques+%2864%29&lieu=Aquitaine%7CPyr%C3%A9n%C3%A9es-Atlantiques+%2864%29&submit.x=33&submit.y=10
Mientras tanto, en el rally Dakar, que se celebraba en Suramérica, los pilotos de Iparralde llevaban la IKURRINA, no la bandera del Estado francés, en sus trajes y sus vehículos deportivos. La francesa para el subprefecto, el sr. Morvan.
En contraste con lo que sucede en Euskal Herria, donde la identidad nacional vasca se vive con espontánea naturalidad por la sociedad civiel en todos los segmentos de toda índole, sin ni siquiera contar con el reconocimiento de un Estado, la identidad nacional francesa es una quimera, pues, como dijo Jean-Paul, gran admirador de Euskadi, a las masas francesas les falta mucho para poder llagar a ser un Pueblo, y el modo de llegar a serlo es copiando al Puablo Vasco.
Sin embargo ni Sarko ni Ségolène ni el fascista BHL son lo bastante leaders para asumir a Jean-Paul Sartre. A mí me parece bien que Francia se descomponga, como Espana.
D
Publicado por: Donatien Martinez-Labegerie | 02/28/2010 en 11:00 a.m.
Por cierto, hablando de la Cámara de Comercio e Industria lapurtarra, veo en la foto de Gara.net de las decenas de personas de la iniciativa civil INDEPENDENTISTAK en su evento fundacional en Miramar Jauregia, a la derecha, al que fuera su presidente, don Antxon Lafont.
Espero que nadie toque ni a Antton Lafont ni nadie de ese movimiento asociativo nuevo, porque como se toque a Independentistak, y encima el PNV se vuelva a callar, la guerra va a continuar por muuuuucho tiempo más, pase lo que pase en Normandie.
Está claro?
Publicado por: Donatien Martinez-Labegerie | 02/28/2010 en 08:38 p.m.
Don Ramón, defina socialista. A mí últimamente me suena a incompetente, ineficaz, tramposo, cuentista, de poco fiar.
Ya sé que estas no son las ideas del socialismo, pero ¿existe el socialismo?
Efectivamente Iñaki y los vascos en general, los vascos que amamos Euskadi,somos un problema para los que ahora representan el socialismo. Y por eso han intentado e intentan acabar con nosotros vía pactos con la ultraderecha posfranquista o lo que se tercie.
Para mí el socialismo es una ideologia que no morirá nunca, pero los socialistas de ahora son simplemente una mafia.
Publicado por: Antón Pirulero | 03/01/2010 en 08:25 a.m.
Don Antón, algún socialista bueno habrá ¿no?
Pero yo tengo la impresión de que el Sr. Anasagasti descalifica a los socialistas por ser socialistas, no por ser malos. Los ejemplos que nos pone, eso sí, son de socialistas concretos, deshonestos o ineptos, con el fin de dar impresión de objetividad. Pero si lo importante fuera la deshonestidad o la ineptitud, alguna vez tendría que salir a relucir algún nacionalista vasco de poca valía. No muchos, con algún ejemplo de vez en cuando sería suficiente. Pero no. Los sinvergüenzas y/o bobos siempre son socialistas.
Por eso me parece lógico concluír que el problema puede que no esté en la honradez y eficiencia de los socialistas, sino en la orientación política (más bien hacia la extrema derecha) del Sr. Anasagasti.
¡Ah! y también es nacionalista vasco. Por eso no le gusta el rey ni Pérez Reverte. Pero ese es otro tema.
Publicado por: Ramon | 03/01/2010 en 11:17 a.m.
Por supuesto que habrá nacionalistas vascos de poca valía, pero para hablar de ellos puede leer Vd. El País, El Mundo, ABC, La Razón,
El Correo..... o participar en los cientos de blogs antinacionalistas (nacionalismo vasco of course).
Déjenos por lo menos este hueco para ponerles a parir a los nacionalistas españoles, no sea egoista hombre, que Vds. lo están haciendo estilo Hermanos Tonetti tal y como decía el constitucionalista español Marcos Gardoqui.
Y los Hermanos Tonetti hacían muy bien lo suyo o sea el payaso, pero cuando un
político hace el payaso es peligroso para todos.
Publicado por: Antón Pirulero | 03/01/2010 en 12:08 p.m.
Me ha fallado usted, Don Antón. ¡Con lo bien que nos estábamos llevando...! Mire, eso de llamar "nacionalista español" a todo el que critica el color de la corbata de un peneuvista, no lleva a ninguna parte. Cierra puertas, pone tapaderas y acordona escenas de crimen, pero no lleva a ninguna parte.
Por cierto, a los hermanos Tonetti los conozco, pero ¿quién coño es Marcos Gardoqui?
Publicado por: Ramon | 03/01/2010 en 03:45 p.m.
Don Ramón, no me había acordado de que no hay nacionalistas españoles. ¡En qué estaría yo pensando, con lo modernos y globalizados que son Vds! En verdad en verdad le digo que no hay nacionalistas españoles, pero cuando les tocan a Vds. la rojigualda, la sagrada unidad de la patria o la selección se ponen muy muy nerviosos,¿por qué?, a pesar de ser ciudadanos del mundo.Que risa tía Felisa.
En cuanto a Marco Gardoqui, que no Marcos perdón perdón, es un constitucionalista español que sabe de economía pero tampoco es nacionalista español, ¡por Dios! y si ése pone a parir a sus amiguetes sociatas muy mal lo deben estar haciendo éstos.
Sobre las corbatas del PNV tiene Vd. también razón. Pradera las llevaba horribles. En cambio los socialistas la llevan con mucho estilo. Ay que me meo todo
Publicado por: Antón Pirulero | 03/01/2010 en 05:08 p.m.