Gabon.
Cuando Elvira de Miguel me llamó para estar hoy aquí en esta presentación le entendí mal sobre de lo que se trataba el libro. Creí que era un trabajo sobre el Partido Izquierda Republicana. Y como esos días andaba con una serie de trabajos sobre el primer Lehendakari, José Antonio de Agirre, cuyo cincuentenario de su fallecimiento en el exilio de París se cumplió ayer, le dije que sí. Agirre formó el 7 de octubre de 1936 un gobierno vasco de concentración con consejeros nacionalistas, socialistas, republicanos y comunista y uno de esos consejeros republicanos había sido apresado en la playa de Zarautz para ser posteriormente fusilado por los militares sublevados. Antes de morir, había mandada una carta de despedida al Lehendakari diciéndole que si su gobierno tenía que decidir sobre la vida o la muerte de una persona, él, desde el más allá, votaba por el indulto.
Y es que como habla este libro, hubo también un republicanismo de centro derecha, y de derecha que no es bueno olvidar.
Y dije que sí porque
Sin embargo, cuando recibí el libro para su lectura reconozco que me llevé una gran sorpresa. No era la historia de Izquierda Republicana, sino que conjugaba en su título
Estaba pues ante un llamativo y atractivo planteamiento que no sólo apostaba por hablar de la actual monarquía, sino de algo más completo y necesario, como queriendo dejar claro que la ocurrente frase de Josep Plá, de que lo más parecido a un español de derechas, es un español de izquierdas, puede ser verdad para una parte del socialismo gobernante, pero que la izquierda y el republicanismo, son otra cosa.
Y no seré yo, quien al lado de semejantes padres de la santa madre izquierda, pretenda tan siquiera, como monaguillo aficionado, opinar con cierta solvencia sobre asunto tan de fondo.
Pero sí decir que el libro es lúcido, está muy bien escrito, se lee con facilidad, es muy sugerente, dice verdades como puños, hace penar y acaba con una atractiva hoja de ruta interesante y gradual, abierta e inclusiva, que debería ser el marco de actuación de una izquierda necesitada de perfil propio y de la utilización de banderas no desteñidas. Procedo de la cultura republicana del exilio, es decir, de uno de los partidos perdedores de la guerra, y me relevo contra tanta manipulación en la que vivimos.
Dice Armando Fernández Steinko que en el Estado español es hoy imposible construir una identidad común si no se aborda el problema lingüístico. Y lo razona.
Lástima que quienes dentro de unas semanas vayan a votar en el Senado en contra de la utilización de las lenguas cooficiales, a propuesta de cuarenta senadores de los llamados periféricos, no tengan en cuenta lo que dice el autor. El Partido Popular y el Partido Socialista unirán sus votos para derrotar esta iniciativa que debería ser una de las banderas de
Armando Fernández Steinko da respuesta a lo que plantea diciendo que hay que fomentar el uso cruzado de todas las lenguas con políticas ciudadanas y graduales, pero no por ello menos activas y persistentes. Lenta y pacientemente habría que ir naturalizando el uso de varias lenguas y de las vivencias asociadas a ellas. Sería un proceso gradual que dejaría frutos a lo largo de una o dos generaciones, no antes. Y explica cómo hacerlo.
Algo así como la empatía llevada a su máxima expresión. Nunca antes había leído yo nada parecido proveniente de un analista que busca soluciones a problemas reales.
Con su aguda observación, verbaliza algo conocido, pero que él lo resumen con contundencia: “Las cosas no pueden seguir así. Los nacionalistas antiespañolistas dicen que tienen un País sin Estado. Los nacionalistas españolistas tienen un Estado sin País, pero la izquierda no tiene ni Estado, ni País. La quinta forma de republicanismo consistiría en la creación de un estado y de un país nuevo que incluya una nueva identidad compartida.”
Algo de esto plantearon nuestros viejos republicanos cuando exiliados en Londres buscaron una nueva forma de articular las identidades peninsulares y lo plasmaron en su libro “
Es lúcida la visión de Fernández Steinko de la Corona al decir que por mucho que se distancie hoy el rey de la derecha, la corona encarna una transición continuista. “Si bien esta transición ha mejorado las condiciones de vida de muchas personas, también ha tutelado el continuismo y bloqueado una salida avanzada de
En la parte final del libro plantea el autor una hoja de ruta con seis puntos y con tres ideas. Dar una especie de salto, consensuar un rumbo general para un programa de trabajo entre muchos desiguales, y plantear la necesidad de un proceso de convergencia organizativa que permita unificar voluntades en un escenario de diversidad.
Mi Partido fue tildado por Prieto en tiempos de la República de querer implantar un Gibraltar vaticanista, pero cuando estalló la sublevación militar el 18 de julio de 1936,el PNV estuvo al lado de la República con todas sus consecuencias, convirtiendo al “rojo-separatismo” en uno de los demonios del dictador a pesar de que el líder de la derecha española exclamara en el Frontón Urumea que más prefería una España roja que rota. En el último gobierno del Lehendakari Ibarretxe estuvo presente Ezker Batua durante todo su período. En el Ayuntamiento de Bilbao se gobierna la ciudad conjuntamente con Ezker Batua y en Navarra
Cuando Julio Anguita presidía el Grupo Parlamentario de IU en el Congreso nos visitó en Bilbao en nuestra Casa. Cenamos en el restaurante de Sabin Etxea, y como por aquel entonces usaba el cocinero un plato para que los invitados pusieran la dedicatoria que se suele hacer en el libro de firmas, Julio lo hizo escribiendo lo siguiente: “En el deleite de una cena insuperable, tras una mesa de coincidencias, hemos acordado buscar una marca de razón, para contrastar nuestras razones”.
Casi, casi, el resumen de este libro.
Un buen discurso, sin duda.
Publicado por: Víctor C. | 03/30/2010 en 05:05 p.m.
El poco interés en cuanto a comentarios recibidos sobre este post evidencia que aun siendo un tema interesantísimo, pocos están dispuestos a gastar meninges en la búsqueda de
un estado más ético, regido por la convivencia entre diferentes y sin imposiciones centralistas y derechistas.
Me da que pensar que muchos están cómodos en este magma semidemocrático que es el artificial estado español
Publicado por: El Cid Capador | 03/31/2010 en 10:55 a.m.