EL “SERVICIO” SIRVIÓ Y, ANTE TODO, FUE LEAL AL LEHENDAKARI AGUIRRE
Por guardar la máxima discreción -ya por demás- de quien creó el Servicio Vasco de Información: José ("Pepe") Michelena Aguirre, de lo que en el Servicio se hizo y no se dice, a nadie que al Servicio perteneció le ha dado por hacer algún relato del mismo. Mas, esto no ha impedido para que algunos que tuvieron con él alguna relación se dieran a cábalas y especulaciones sobre si fue algún organismo marginal del Gobierno Vasco y del Lehendakari, e incluso denunciar actitudes de rebeldía en su responsable respecto a nuestras instituciones.
Recientemente incluso se dio a entender por Don Alberto de Onaindia ¡quien lo hubiese imaginado! que cierta contestación de Pepe al Lehendakari acrecentó en éste sus sufrimientos morales contribuyendo a empeorar su condición física propiciándole la muerte; nada menos que esto.
El hecho de ser auténtico o no lo que nos cuenta Don Alberto, de Pepe, y el dudar del aguante del Lehendakari Aguirre como para oír eso y mucho más, el que un aberkide responda al Lehendakari del Gobierno autónomo, el que se deba en decisiones graves primeramente a su Partido Nacionalista, no debe escandalizar a nadie que esté impuesto de las diferencias entre una y otra concepción nacional vasca. Cada uno en su papel. Sólo el día en que nuestra autodeterminación sea completa no existirán ni reservas ni dudas entre una y otra representación, a menos que no caigamos en alguna aberración totalitaria de un color u otro que nos obligue a ser rebeldes a nuestras instituciones. De esto nos dio abundante ejemplo el propio Don Alberto por su inventerada actitud contra la Iglesia Española-franquista, sin por ello dejar de ser fiel a la Iglesia de Cristo.
En realidad, lo verdaderamente imputable de los sufrimientos morales del Lehendakari Aguirre -cuyo primer puesto público fue el de presidente de las Juventudes de Acción Católica de Vizcaya- fue seguramente el que el Vaticano no pusiera en su puesto a la Jerarquía del Cardenal Gomá y permitiera su Carta Colectiva al Episcopado del mundo entero que fue el respaldo moral de la Cruzada Franquista con su misión de sangre y fuego. (1) Y en segundo lugar: aquella desilusión profunda que se llevó cuando Eisenhower, ya Presidente de Estados Unidos, y que fue el Jefe Militar de las Fuerzas Aliadas en la guerra de liberación de Europa de la ocupación germano-nazista e ítalo-fascista, liberación a la que contribuyeron los vascos con su Servicio de Información y aportación militar en Francia, dando su vida el Jefe de Los Servicios Técnicos de Información, Ingeniero Luis de Álava, siendo condenadas a muerte emakunes como Iciar y Vithori pasando largos años de prisión con otros muchos vascos... El que Eisenhower viniera a Madrid en 1953 a firmar con Franco los acuerdos de colaboración económica y militar, es decir, a asentar el régimen tiránico por dos décadas. El día en que Eisenhower se hallaba en Madrid, los que teníamos en París alguna representación política o sindical antifranquista acompañamos al Presidente Aguirre, y al del Gobierno de la República a un acto de protesta en el Cementerio del Pere Lachaise, ante el Muro de los Federados, tomado como símbolo de los paredones de ejecución en España, bien que hubiesen sido ya reemplazados por el "ejecútese" de los tribunales franquistas.
Desde Agosto de 1936, en que comenzaron los "encargos" del E.B.B. que presidía Doroteo de Ciaurriz (acompañando desde Irún al diputado Telesforo de Monzón a gestionar en la entonces libertaria e iconoclasta Barcelona, algunas de las armas cogidas a los sublevados de Goded a fin de armar a las milicias vascas y establecer tal aprovisionamiento militar a través de la frontera de Irún, todavía en nuestras manos) en nada actuó Pepe que no fuesen los deseos del Partido. Y cuando perdido Irún y Donosti, estableció con su hermano Juan José y otro par de iruneses su primer enlace marítimo desde Blancpignon, en la ría de Baiona, con Lekeitio y Guetaria, y después, perdida gran parte de Guipúzcoa, con Bilbao, ya el servicio era del Gobierno por decisión del E.B.B., y desde entonces Pepe tuvo ante él representantes directos del Lehendakari, como Antón de Irala y José María de Lasarte, después; asimismo nuestra comunicación por radio estuvo a cargo de Otamendi, desde el gabinete de comunicaciones de la Presidencia en el Carlton.
Por poco que se le conociera a Pepe se tenía la impresión de ser alguien completamente entregado a la Causa, que se mortificaba constantemente temiendo no hacer por ella todo lo posible, y en ningún caso alguien dado a rebelarse contra sus superiores. Y su forma de ser nos la inculcó, con lo que nuestra república tenía no poco de convento en cuanto a disciplina y régimen espartano de gudari.
Cuando se pasó de la sentina del "Domayo” a la Villa Mimosas para aumentar las actividades, pronto Pepe dispuso que fuera utilizada por aquellos apaizas nuestros: Don José Miguel, Don Poli, Don Iñaki... Don Alberto, cuando nos aparecía desde Bilbao, en sus trabajos y reuniones denunciando la Cruzada franquista. Y fue constante este interés de Pepe de añadir al Servicio, a una con lo específico, el que sirviera a divulgar nuestra lucha “Urbi et Orbi”, con aquel Boletín de Información dirigido primero por José Lecaroz y después por Beitia, y en el que incluso colaboraba un irlandés Sullivan Prendersgast. Lo mismo en cuanto a contrarrestar la guerra de los franquistas al euskera rodeándose de gentes calificadas como Altuve, Gorgonio de Rentería, y ocupándose del rescate de Orixe y de sus obras. Siempre recordaré cono me autorizó a compaginar lo del Servicio con las actividades de STV-ELA en el exterior ante las instancias internacionales, en años en que hacía falta resaltar el aspecto nacional de nuestro Sindicato y asegurar su rango internacional.
Se ha dicho, también, por ahí el que éramos "de oficio", por aquello de que conocíamos la "frontera" por haber trabajado en Agencias de Aduana. Sobre esto conviene señalar que Pepe y su hermano sacrificaron desde un principio la Agencia de Aduanas que su padre, uno de los Jelkides de la primera hornada guipuzcoana, había creado a fuerza de años de trabajo. En realidad éramos menos que amateurs en la materia, pero, a fuerza de hacer lo que había que hacer, se llegaba a resultados. Como cuando se descubrió la guarida de los carcas en "Nacho-Énea" en Donibane, y se instalaron micrófonos para la reunión de la Junta de Guerra Carlista, con la complicidad, claro, de las neskas que Cándido colectaba. Lo mismo en cuanto al traslado de los restos de Sabino Arana del Abra al Bearn, a escondidas del capitán del puerto de Baiona, que hubiera puesto el grito en el cielo de descubrir aquel tráfico necrológico, en aquel “Domayo” cuyo capitán Artadi cuando le parecía infranqueable la barra de Bayona, nos gritaba desde el timón: “Muchachos, rezad el Señor Mío Jesucristo que nos llegó la hora…” A veces, también se solía pasar de rosca, como cuando albergamos en "Mimosas" de paso a Bilbao, al enviado del "News Chronicle" Edmond Romilly, sobrino de Churchill, y a su amiga Jessica Mitford (la izquierdista de la familia), para hacer un reportaje sobre los vascos en lucha, pero los sabuesos de sus parentelas respectivas que trataban de impedirles tal aventura hicieron publicar en el "Paris-Soir" la fotografía de "Mimosas”, denunciando nuestras actividades. El berrinche de Pepe, a la sazón en Bilbao fue de órdago, y tuvimos que cambiar de guarida. De aquella primera etapa pionera del Servicio, que terminó con el encierro de todos en el Campo de Concentración de Gurs, a pesar de habernos alistado en el ejército francés al estallar la guerra, deseo resaltar la labor del "pasante" Agustín Ariztia, que con Timoteo Plaza aseguraron desde Sara el enlace constante con el interior de Euzkadi, con la aquiescencia del siempre fiel a nosotros Paul Dutournier, la única autoridad de la República que nos fue adicta.
La segunda etapa del Servicio fue la más penosa para Pepe, no solo por hallarse bajo la ocupación alemana y la francesa colaboracionista no menos enemiga, sino por tener que actuar por sí, dado el ignorado paradero del Lehendakari, salvo sus encuentros con Ajuriaguerra en el monte Larrun, ya siendo éste Presidente del E.B.B. y del Consejo Delegado de la Resistencia. Según el acuerdo con el E.B.B. en "Endara”, una rama del Servicio con tres del E.B.B. conseguimos llegar a Inglaterra de polizontes en el transporte de tropas polaco "Barón Nairn”, a fin de tratar de relacionarnos en Londres con los Servicios Ingleses a través del naviero Ortuzar. Frustrado el propósito, al enviar Franco como Embajador a Londres al Duque de Alba y Berwick como garantía personal de que no entraría en guerra con los alemanes ni abriría a éstos la frontera, los del Servicio nos empleamos en industrias de guerra, bajo al apadrinamiento de aquel cuákero tan servicial Mr. Richard West, que ya se había ocupado de los niños vascos allí evacuados durante nuestra guerra. Pero aprovechábamos nuestros tiempos libres en actividades vascas con la creación de "Euskal Etxea”, y en contactos en el plano sindical internacional haciendo que S.T.V.-E.L.A tuviese rango nacional en la Confederación Sindical Mundial, mientras había 2 U.G.T. por España.
Fue entonces Don Manuel de Irujo el hombre de la situación, con la constitución del Consejo Nacional Vasco, y sus acuerdos de colaboración con el General de Gaulle, en los que Don Alberto y José Antonio de Lizaso contribuyeron tan valiosamente.
Al liberarse Francia se abrió la tercera etapa del Servicio, la pletórica, y la reanudamos todos en París. Pepe no dudó en instalarse muy cerca de la Delegación situada en Avenue Marceau, sede del Lehendakari Aguirre y casi diariamente le visitaba dándole cuenta de todo lo que se recibía de Euzkadi. De esta etapa del Servicio hay gentes representativas en Euzkadi que pueden hablar con mucha más autoridad, y que podrían atestiguar que en los quince años siguientes hubo una total compenetración entre el Lehendakari y Pepe. Este además, tenía con él a elementos destacados del Interior, como Joseba, Zugadi, Andima, "Uzturre", “Txomo”, Ordoqui etc. por lo que se limitaba a ser un “primus inter pares”. Aparte su cometido específicamente vasco, el Servicio entonces fue un verdadero cordón umbilical de toda la España antifranquista, y de su presión ante las instancias internacionales, desde los socialistas de Llopis hasta los de la democracia-cristiana de Gil Robles versus Ruiz Giménez. ¡Más no esperemos que nos lo agradezcan, ni los unos ni los otros!.
Pero, volvamos a Pepe: cuando en 1959, el Lehendakari -un año antes de morir- le manifestó que el Servicio había cumplido su misión, Pepe lo aceptó sin titubeo alguno, y nos lo manifestó claramente a cada uno de nosotros. Muy poco después Pepe regresó a Euzkadi, viviendo en ignorado paradero para los demás, y se puede decir que se enterró antes de tiempo. Sin embargo, en la década que siguió, y con el declive del franquismo, fueron los años en que tantos se dieron a la causa pública vasca, en un sentido u otro. De haber tenido Pepe la menor ambición política, le hubiera costado bien poco prestigiar su nombre y conseguir un puesto. Pero fue un hombre para el Servicio, y no para servirse de él.
A manera de conclusión traeré a recuerdo un consejo del Lehendakari Aguirre, muy adecuado al tema en cuestión. Era al final de los 50 (¿o comienzos de los 60?) en que la cuestión europeísta, bajo la batuta de Don Salvador de Madariaga, se presentaba como el antídoto del Franquismo. A algunos de la Junta Local del PNV de París, entre ellos a su Presidente Gregorio de Errasti, no nos pareció muy católico lo de la adhesión al Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, tanto por su título que por el planteamiento de sus propósitos, en relación a lo de "los pueblos peninsulares” (Declaración de Munich), en detrimento, estimábamos, de nuestra concepción nacionalista vasca. Después de ciertas consideraciones de orden pragmático que nos hizo Ajuriaguerra en una de sus incursiones hasta París, quedamos bastante convencidos los discrepantes, pero el Lehendakari Aguirre se hallaba al corriente de lo ocurrido, y en un encuentro casual me preguntó sobre ello. Después de referírselo, me dijo con aquel su tono tan convincente acompañado de su proverbial sonrisa "Sí, de ser necesario, hay que ser Erasmos. Pero nunca Luteros!”. Y esta fue siempre la trayectoria de Pepe con el Lehendakari. Un colaborador verdad no es aquel que a su superior le pinta todo de color de rosa. Sino aquel que le hace ver las sombras de toda obra, bien que el cénit de la obra de Aguirre con el Congreso Mundial Vasco, en I956, pareciera garantizar el futuro.
En penitencia Don Alberto -puesto que desacreditó a Pepe-, cuando de Donibane se dirija por la autopista allende el Bidasoa, al pasar de Behobia tome el viraje hacia el altozano de Blaya, y en la calle de San Roque, allí está la tumba de los Michelena, y entre en comunicación espiritual con Pepe. Se dará cuenta muy pronto que tanto Ud. que él han sido fieles a sus vocaciones respectivas: el hacer ver a sus superiores lo mejor que le dictaban sus conciencias, porque esa es la verdadera lealtad a lo que representan, y el mejor servicio a la Causa.
Armaindegui
(1) Recordemos el discurso del Lehendakari Aguirre en Bilbao: "Porqué ese silencio...?” dirigido al Vaticano, inmutable ante el fusilamiento de una decena de apaizas, y el encarcelamiento y persecución de la mayoría del clero vasco.-
Quién necesita leer a Lapierre o Le Carré? En efecto.
Sí, tal como le respondí cuando me preguntó qué tipo de defensa nacional habremos de tener hablando del „ejército europeo”, en su caso, el servicio de inteligencia será lo primero, urgente y prioritario. Será el corazón armado de una fuerza nacional que contará con un submarino y fuerzas de intervención rápida marítimas. Contaremos con unos 60 carros tipo Ulan y con 20 helicópteros como fuerza „aérea” adaptada a la defensa del territorio. No habría aviones. El presupuesto anual ordinario será de 1000 millones de euros. Un ejército híbrido entre el austríaco y el esloveno, como le dije.
Pero un ejército es ciego sin un servicio de información, que será lo más importante.
D
Publicado por: D. M-L | 03/24/2010 en 09:28 a.m.
JELen agur
Interesante documento...
Creo que el Partido (mediante gentes de confianza) debe publicar todo lo referente a la inestmable y nunca suficientemente bien ponderada contribución de Pepe
Mitxelena a la causa de la libertad vasca y mundial mediante la red vasca que dirigió.
Su silencio y discrección, no sólo son excusa sino razón adicional.
Publicado por: Joseba | 03/27/2010 en 09:49 a.m.