Por: Carlos Prieto
La Transición explicada a los españoles: muerto Franco, los políticos de izquierdas y de derechas se reunieron una tarde en un tipi en el bosque, se fumaron unos porros, olvidaron de golpe sus diferencias y anunciaron a la pasmada ciudadanía que España se iba convertir, como por arte de magia, en una democracia... ¿O no?.
El mito de la transición pacífica gestionada por unos estadistas con dotes sobrenaturales se ha exagerado tanto que cualquier parodia se queda corta y cualquier refutación puede provocar más de un paro cardiaco.
En efecto, estupor es la palabra que mejor define la sensación provocada por la lectura de La transición sangrienta (Península), del periodista de investigación Mariano Sánchez Soler, un repaso a la violencia salvaje del proceso que pone muy en entredicho la historia oficial.
"La violencia política de esos años está totalmente ligada al cambio histórico", explica Sánchez Soler a Público. "Los asesinatos se disparan tras la muerte de Franco, se incrementan antes de la toma de decisiones políticas decisivas y descienden bruscamente cuando se da por zanjado el proceso democrático", aclara.
Unas cifras de susto
Las cifras aportadas por Sánchez Soler hablan por sí solas: entre 1975 y 1983, se produjeron 591 muertes por violencia política (terrorismo de extrema izquierda y extrema derecha, guerra sucia y represión). Nada menos que 188 de los asesinados, los menos investigados, entran dentro de lo que el autor denomina violencia política de origen institucional. "Son los actos desplegados para mantener el orden establecido, los organizados, alentados o instrumentalizados por las instituciones del Estado. Te pongo un ejemplo: al estudiante Arturo Ruiz lo mató en 1977 un miembro de los guerrilleros de Cristo Rey de los que ayudaban a la policía a reprimir las manifestaciones. Es lo que entonces se llamaban grupos de incontrolados", explica.
Incontrolados, un término nada inocente. "La Audiencia Nacional limitó su alcance político al calificarlos como grupos no adscritos, pese a que eran organizaciones con nombres, siglas y objetivos muy claros: Fuerza Nueva, Falange Española de las Jons o Hermandad de la Guardia de Franco, entre otras. Al contrario, el terrorismo de izquierdas estaba perfectamente catalogado", cuenta.
Una de las consecuencias del mantenimiento pactado de ciertos aparatos e instituciones del antiguo régimen fue que "en los casos Atocha, Montejurra, Arturo Ruiz y Yolanda González no se investigara la participación directa de funcionarios del Estado o sus conexiones con algunos de los procesados", explica el autor, para el que la violencia política institucional fue "un arma instrumentalizada para garantizar los pactos entre la derecha posfranquista en el poder, que la utilizó como contrapeso para controlar el proceso, y la oposición de izquierdas".
La conflictividad social es otra de las claves de la carnicería. En el año 1977, la policía cargó contra 788 manifestaciones en España, el 76% del total. Había que controlar las calles. "El orden público fue un factor determinante de la Transición. Sirvió para frenar a la izquierda, que entró en el juego y renunció a las calles, donde se producían las reivindicaciones más fuertes. El cambio del franquismo a la democracia debía hacerse con el menor coste político y económico", explica.
El mito de la transición maravillosa como proceso político a exportar se desmorona. "Los hechos lo desmienten tajantemente. Es propaganda pura y dura. Ya es hora de que nos preguntemos por qué las transiciones a la democracia de, por ejemplo, Portugal y Grecia tuvieron muchas menos víctimas que la española", zanja.
Me encanta Inaki Anasagasti. Es como lo mío pero elevado al cubo, lo de su trastorno bipolar politico.
Eso de la carga contra manifestaciones y de la represión me suena lo he vivido yoa siendo mayorcito, en el tercer milenio, y no siendo un nino, lo que era cuando sucedía lo que nos cuenta el articulista.
La transición no se pudo consumar en Euskadi. La Resistencia fue demasiado fuerte, y aún sigue sin haberse aceptado su imposición. Las cargas contra manifestaciones se suceden desde hace unos annos de Nuevo de modo invariablemente continuado.
Todos tenemos en nuestra retina a los policies regionales entrando en las sedes de Batasuna cargando contra sus militants para clausurarlas, o las cargas brutales contra manifestaciones indefensas pacíficas en muy recientes tiempos.
Ante todo esto la Resistencia por todos los medios necesarios es justificada y santa, por cívica y patriota.
Se ha abierto estos días un museo del Carlismo en Lizarra, con la bendición finalmente institucional navarrera (estuvo Sanz). El Carlismo, que se alineó de modo nefasto con el golpe hispano-africano de 1936 en Euskal Herria también padeció de dicho trastorno bipolar. Luego se enmendó, retomando su tradición telúrica, moral y popular, y fue represaliado. Todos recordamos la carnicería de Lizarra-Montejurra en 1976. Su Majestad el Rey, Carlos Hugo Borbón-Parma, y la Reina, Irene, estaban allí presents, bajo las balas de la repression de Fraga, el ministro del Intruso desgnado por el golpista del ’36 Franco Bahamonde. La razón fue la misma de siempre: el proyecto estatal espanol, al servicio de los intereses de una oligarquía, no podía tolerar una democracia auténtica que respetara por anadidura los derechos históricos de los Territorios.
Recordemos al sabio judío alemán Karl Marx, salvando lo único que se podia salvar del nefasto siglo XIX transpirenaico:
«Los carlistas defendían las mejores tradiciones jurídicas españolas, las de los fueros. Tenían unas bases auténticamente populares, en tanto que el liberalismo estaba encarnado en el militarismo, el capitalismo, la aristocracia latifundista y los intereses secularizados».
Viva el Rey. Viva Carlos Hugo Borbón-Parma. Viva Carolina, duquesa de Gernika.
D
Publicado por: D. M-L | 03/26/2010 en 09:45 a.m.
"La legitimidad política no es sólo votar cada cuatro años, empieza en los pueblos y se apoya en el principio de subsidiariedad"
"Que la gente pueda ser libre y que se respeten los derechos humanos en todo el planeta"
Carlos Hugo Bourbon-Parma, Erregea.
Lizarran, Nafarroan, 2010-ko udaberrian.
Publicado por: D. M-L | 03/26/2010 en 10:06 a.m.
Ya es hora de que se diga la verdad de todo aquello. Yo en esos años era un adolescente, y la verdad, ir por la calle daba muchas veces miedo. Muchas armas y muchos tiros. Estuve muy cerca de recibir alguno en un atentado mientras esperaba al autobús del colegio. Ir detrás de una furgoneta de la policía, con la punta del cetme asomando por la ventanilla trasera, acojonaba bastante. Y los controles de la G.C. con aquellas tanquetas. Y los G.A.R. haciendo exhibiciones en plena calle a la luz del día. Y los fachas dando palizas con cadenas, porras y bates de béisbol en determinadas discotecas.
La verdad, creo que en el Oeste no había tanta violencia.
Ya somos mayorcitos como para creernos los discursitos de la Prego y de que el rey tal y tal... Creo que ahora la situación sigue "atada y bien atada" pero con disfraz de democracia. Un saludo.
Publicado por: Joseba Z | 03/26/2010 en 10:37 a.m.
la transición española es un cuento txino! de hecho siguen los mismo problemas, sobre todo de territorialidad y siguen las mismas familias franquistas en el poder o pegando pelotazos con ayuda de los gobiernos españoles de turno en vez de patxi franco.
Publicado por: amaia | 03/26/2010 en 01:14 p.m.
Yo vuelvo a lo de siempre, lamentablemente, no hubo ruptura y se cambió el régimen, pero se mantuvieron bastantes aparatos del antiguo régimen intactos y no se depuraron responsabilidades.
Si transición, viene de transitar, pasar de un régimen a otro, creo que mucha gente más que transitar tuvo que transigir, esto es, "o lo tomas o lo lo tomas"
De esos barros, quizás ciertos lodos, pero sí, no fue pacífico aquello, murió mucha gente ( ETA, AAA, cristo Rey, incontrolados , AAA... disparos sueltos en manifas, en controles, ... ) Lo malo es que todavía padecemos
problemas existentes entonces y no resueltos y me gustaría que se apostara de una vez por la paz, el respeto y el derecho a la libredecisión.
Sería deseable un intento de aclaración de muchos casos X de esa epoca ( vitoria, casos zabalza, caso arregi, atocha, incontrolados, ....)
saludos
haritz
Una pena que no se apoye como digo una apuesta decidida por la paz y sólo se mire el interés particular de los partidos y no el interés general de la colectividad.
Publicado por: haritz | 03/26/2010 en 03:16 p.m.
Aupa Donatien...muy interesantes tus opiniones, pero Iñaki no entra al trapo y punto, él sabrá porqué?
Publicado por: Isuntza | 03/26/2010 en 03:24 p.m.
En un pais como es Espania, no es de extrañar que se llevara a cabo una Transición tan "typical espanish". Me refiero a la típica exaltación de rabia de un día y la total mutis-dad del día siguiente como si fuera una resaka del fin de semana. Esto es, un día matan a uno y todos corren despavoridos por las calles pidiendo penas de muerte, y al otro día se les olvida todo e incluso insultan a los que piden lo mismo pero desde siempre, y sin cambiar de ideas pase lo que pase. Los que el 19 de noviembre de 1975 amaban a Franco, y el 21 de noviembre de 1975 odiaban a más no poder a Franco.
La Transición se llevó a cabo por esos Chaqueteros, que lejos de tener una idea política propia, personal y clara, intentaron con la típica chapuza espaniola que les caracteriza, improvisar una nueva forma de gobierno, que lejos de intentar unir a todos, consiguieron más que nunca separar a todos. Y con razón.
La Transición no ha significado un cambio de mentalidad en Espania. Mi abuelo que venía a veranear en la Costa del Sol, dice que no ha visto cambio alguno de los 60 al año 2010. Sigue la misma chapuza mental en cuanto a gobierno.
No puedo culpar a Sabino en sus razonamientos. De hecho solamente puedo apoyarlos.
Christian.
Publicado por: Christian J. | 03/26/2010 en 05:08 p.m.
Está claro que todavía no se ha superado la época de la Transición. Está claro que algunos "salvapatrias" no se han dado cuenta de que la violencia no es la mejor forma de proceder en la política actual; pero también es verdad que España no acepta una Euskadi distinta a la que ella concibe. Y para impedir que Euskadi evolucione por unas vías no aceptadas por España, antes se utilizaba la fuerza represiva del Estado y ahora, en cambio, se utiliza cada vez más al Poder Judicial. En definitiva, una forma mucho más sutil pero mucho más efectiva debido a que las consecuencias de las actuaciones judiciales son mucho más dificiles de valorar y dimensionar por parte del ciudadano normal y por tanto, no genera tanta resistencia.
Publicado por: ION | 03/26/2010 en 07:18 p.m.
Christian, me alegra que estes ya recuperado.
sabes? decir eso, no resulta popular en España, donde se encuentra mitificada la " transición"
35 años tras la muerte de Franco y eso que yo no conocí aquello, estoy desengañado de este sistema.
El fallo es que No es una democracia conquistada... es otorgada, instaurada como lo quieras llamar y eso se nota y mucho.
HARITZ
Publicado por: haritz | 03/26/2010 en 07:34 p.m.
Eskerrik asko, Isuntza lagun hori, baina ez naiz ni egilea -bakarrik kontularia naiz ni-, baizik eta Karl Marx eta Karlos Erregea dira.
Iritziak libreak dira, gertakariak sakratuak.
Publicado por: Donatien Martinez-Labegerie | 03/26/2010 en 09:26 p.m.